“Casa para todos” es una triste realidad en San Miguel

b Compañía calificadora dice que demanda, la primera de este tipo en EE.UU., carece de méritos

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La carencia de agua, a veces, obliga a guardar o a recibir una que no es apta para el consumo. foto edh /carlos segoviaUno de los vecinos de la promocionada Nuevo Belén, muestra algunas de las grietas en su vivienda. Foto edh / carlos segovia

Por Jenny Ventura Carlos Segovia negocios@eldiariodehoy.com

2013-02-14 9:00:00

Laura Morán llegó a vivir a San Miguel hace un año. En su deseo de superación, junto a su esposo, trató de hacerse de una vivienda en la residencial Nuevo Belén, proyecto bandera del programa gubernamental Casa Para Todos, que ofreció viviendas “dignas a precios bajos” y con prioridad a personas de muy limitados recursos económicos.

Las ilusiones de Morán y su compañero de vida fueron destrozadas luego de escuchar y ver los requisitos que se le exigen al aspirante a adquirir una vivienda en la referida colonia.

El requisito que mató su esperanza fue el de ganar como mínimo 500 dólares. La cifra no la cubren ni siquiera entre ambos. Pero esa solo es una parte de las dificultades que el proyecto Casa Para Todos planteó a los migueleños que trataron de hacerse de una vivienda.

Más allá de las dificultades que plantea adquirir vivienda, que es lo contrarió a lo que promocionó Mauricio Funes durante su campaña presidencial, que ofrecía facilidades para los salvadoreños de adquirir viviendas dignas, están los problemas de quienes sí lograron el objetivo.

Este medio ha publicado en diversas ocasiones las quejas de los propietarios de viviendas en Nuevo Belén sobre techos en mal estado, paredes rajadas o sin bases sólidas, inundaciones en los pasajes tras cada tormenta debido a la falta de colocación de una tuberia adecuada.

Se suma, en los últimos meses, problemas de drenajes en los baños y pilas de las viviendas.

Por ejemplo, este medio visitó ayer el proyecto. La vivienda de Carlos Flores, ubicada en el pasaje 16, presentaba problemas en la evacuación del agua de los baños y pila.

“Cuando uno echa el agua al resumidiero, en el caso de la pila, se sale por el tubo y va a dar a la alcantarilla de agua lluvia y los vecinos se enojan con uno porque el agua para en la calle, pero todos estamos en las mismas condiciones”, dijo.

Agregó que en su baño no puede ducharse, pues si lo hace, toda el agua que usa se devuelve desde el tragante y le inunda la vivienda. Ese problema se repite una y otra vez en muchas viviendas de diferentes pasajes.

Otro de los problemas en común es que en invierno, los techos parecen coladeras y la dificultad se registra desde que las viviendas fueron habitadas, según Sandra Yanira Arriaza, otra habitante del proyecto.

En junio de 2012, El Diario de Hoy publicó los problemas de grietas en paredes, asi como paredes que temblaban con el mínimo movimiento generado por un vehículo. Entre esas quejas iban problemas en chapas, techos y tuberías inadecuadas.

Sin embargo, ayer, las viviendas que se visitaron hace casi ocho meses, siguen en las mismas condiciones y su dueños esperando una respuesta de las autoridades.

Todos coincidieron en que denunciaron la situación en la oficina local de Fondo Nacional Para la Vivienda Popular (Fonavipo), que es la institución que otorgó los créditos a quienes adquirieron vivienda en la Nuevo Belén. Y en efecto, Fonavipo confirmó en junio de 2012 que tenían 25 denuncias por diferentes fallas.

Otro de los sin sabores de los habitantes de la colonia es lo racionado que les llega el agua y que cuando reciben el servicio, que lo brindan internamente en el proyecto a través de un consorcio, les llega sucia. Verde.

Varias pilas que fueron verificadas por este medio estaban llenas de un agua verdosa, imposible de ingerir y usada solo para lavar ropa, según los residentes.

Otro gran problema de ese proyecto, que buscaba ser de beneficio social, es la parte de las cuotas. Los propietarios de las viviendas aseguran que cancelan cuotas de entre 95 y 102 dólares.

Melvin Artola dice que la cuota que paga es de 100 dólares y que la vivienda entregada no lo vale. Sostiene que nunca pudo ver la vivienda antes de adquirirla. “Nos dieron las llaves, pero no pudimos ver la casa”, dijo con impotencia. Al igual que él, otra ciudadana, que prefirió no brindar su identidad, aseguró que no le dejaron ver la casa antes de firmar los documentos de adquisición.