Tal parece que a los diputados salvadoreños les gusta tomar café gourmet, pero no les interesa que las plantaciones se estén quedando hasta sin hojas por el avanzado ataque del hongo de la roya del cafeto.
Ayer, cuando se esperaba que por fin se discutiera una declaración de emergencia contra la roya en la Comisión de Agricultura de la Asamblea Legislativa, el tema quedó relegado por la falta de asistencia de Orestes Ortez, presidente de dicha comisión.
Con la actitud de los legisladores, El Salvador se sigue quedando atrás del resto de países de la región centroamericana, cuyos gobiernos si atendieron el llamado de los productores y emitieron los respectivos decretos de alerta.
El primero en decretar “estado de emergencia” para combatir la enfermedad fue el gobierno de Costa Rica. Siguieron el ejemplo, Honduras, Guatemala y Nicaragua, cada uno de los cuales asignó fondos especiales para ejecutar las acciones (ver infografía).
Mientras tanto, en El Salvador, el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) sólo se ha limitado a anunciar un plan de atención que comprende la entrega de un paquete agrícola, del cual los productores aseguran que no han recibido nada.
Marcelino Samayoa, gerente de la Asociación de Beneficiadores y Exportadores de Café (Abecafé), dice que una petición de emergencia tendría que salir del directorio del Consejo Salvadoreño del Café (CSC), pero que este no sesiona desde julio del año pasado.
El panorama, según los productores de café, es preocupante, sobre todo porque no tendrán la capacidad financiera para honrar las deudas, con el Fideicomiso Ambiental para la Conservación del Parque Cafetalero (Ficafé) y el Fideicomiso de Saneamiento Agropecuario (Finsagro).
Luis Chávez, de la cooperativa Las Lajas, dijo que ante la situación del sector, el gobierno no sólo debería decretar la emergencia, sino también una prórroga de los pagos correspondientes a este año.