Algo diferente se fermenta en las playas de La Libertad. La Playa El Tunco, a 42 kilómetros de San Salvador, es uno de los destinos preferidos de los turistas salvadoreños y extranjeros.
En el lugar se puede disfrutar de hermosos paisajes a la orilla del mar, montar olas con algunos de los surfistas expertos, probar algunos de los platillos típicos de la zona y, recientemente, degustar de una cerveza artesanal.
Brew Revolution es una empresa que hace de esta playa su hogar. Cada jueves enciende sus hornos para cocinar algo nuevo en la zona, sus cervezas.
El Salvador no es nada nuevo para su propietario, el estadounidense David Newbom. Nacido en California, ya había visitado varias veces el país con su antigua empresa Barefoot Coffee.
La primera de ellas en 2005. Con esta compañía compraba café directamente a los productores artesanales para luego distribuirlo en Estados Unidos. Estos constantes viajes lo llevaron a conocer no solo el país, sino Guatemala y Honduras.
Los constantes periplos entre Estados Unidos y El Salvador fueron calando. Decidió vender su empresa y radicarse en el país y abrir otro de sus sueños: una cervecería artesanal.
Con una inversión de 100,000 dólares construyó su destilería en la Playa El Tunco y le da empleo a cinco mujeres de la localidad. Ahí empieza a preparar los 350 litros semanales de bebida que luego pone a la venta en su local.
La cervecería abrió sus puertas el 1 de junio de 2012 y con menos de un año en el mercado, ya distribuyen su catálogo de cervezas en al menos 20 establecimientos en San Salvador, Santa Tecla y Concepción de Ataco.
En esta destilería le da vida y sabor a sus tres cervezas principales: La Mercurio IPA, la Venus Wit y la Nyx Black Ale.
Con gusto artesanal
Newbom asegura que no hay mucha diferencia entre hacer café y hacer cerveza. Para él, el proceso es tan fácil como complicado a la vez. Es fácil porque es un proceso con pasos determinados y es complicado por toda la ciencia que hay detrás de la elaboración. “Al final es como con el café, uno lo que quiere es sacar los azúcares y enzimas de la semilla (malta). Se pone a hervir agua hasta que ya está listo”, explica.
Este proceso lo realiza en sus hornos y máquinas para hervir, equipo que fue construido El Salvador. Primero calienta el agua para extraer el azúcar de la semilla, proceso que le lleva unas 10 horas. Luego viene la fermentación que puede durar unas dos semanas; para finalmente llegar al reposado tres semanas después. Ahora ya están listas para la venta.
“Al principio nos habían dicho que no hiciéramos cervezas con sabores, y que nos quedáramos con lo clásico, pero ¿por qué íbamos a hacer lo que ya se hace acá?”, bromea Newbom.
La mayoría de los ingredientes para sus cervezas artesanales son de la región. Solo se importa el lúpulo y la malta desde su país. “Nos gusta hacer cerveza de donde estamos, por eso es que en las bebidas puede encontrar sabores como el dulce de panela, tamarindo, maracuyá, manzanas pedorras, piña y café”, por supuesto, asegura.
La “slow life”
Brew no solo vende cervezas, también trata de vender un concepto; el de la “slow life” o vida lenta. Esta idea se refiere a tomarse el tiempo, a no dejarse llevar por las carreras del día a día, sino empezar a apreciar las cosas.
Con ese concepto en mente este ciudadano estadounidense se buscó la Playa El Tunco para montar la empresa. “Esta playa y El Paseo El Carmen (en Santa Tecla) son los lugares con más energía y dinamismo que encontramos en el país, son los lugares en los que hay que estar”, asegura. La nueva variedad de cervezas ya es parte del paisaje del Tunco, que incluye brisa, sol, mar y los seis grados de alcohol que se han combinado con los diversos ingredientes y sabores que dan vida a esta cerveza. Salud!