Aumenta la importación de llantas usadas

Compra de llantas usadas ha crecido desde 2009. En 2012 se importaron casi 13 mil toneladas

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Las llantas usadas son previamente clasificadas para su comercialización. Foto EDH / archivo

Por Karen Molina negocios@eldiariodehoy.com

2013-01-01 10:00:00

La difícil situación económica que atraviesa el país en los últimos años ha obligado a los automovilistas a preferir las llantas usadas antes que las nuevas, una elección que ha elevado la importación de estos neumáticos.

Según datos del Banco Central de Reserva, el país compró en 2012 un total de 12,933 toneladas de llantas de todo tipo versus un total de 7,816 toneladas de llantas nuevas.

La gráfica (ver gráficos) muestra que en 2008 el país solo importaba 9,855.66 toneladas de llantas usadas, pero ese peso aumentó en 2011 a 13,313.43 toneladas. Este año, los números podrían sobrepasar ese volumen puesto que los datos solo están actualizados hasta noviembre.

En dinero, la importación de llantas nuevas representa un compra de casi $40 millones de dólares, mientras que la compra de llantas usadas solo representa un poco más de $8 millones.

A pesar de que el volumen de importación de las llantas usadas es mayor y va cada día en ascenso, su precio es siempre menor.

El gerente general de la empresa importadora de llantas Dasal, Carlos Estéfano García, aseguró que debido a que la materia prima con la que fabrican las llantas ha ido en aumento, el producto ha aumentado de precio.

“Ha subido el hierro y el caucho con el que las hacen”, aseguró.

Una llanta nueva para un carro sedán puede costar hoy en día hasta $60 u $80, dependiendo de la marca, un precio que los automovilistas no siempre pueden pagar.

Por eso, se ha incrementado la demanda de las llantas usadas, por las que se puede pagar entre $20 y $30.

“En este país la mayoría de personas está comprando llantas usadas”, dijo García.

Según García, el precio de las llantas usadas ha ido en aumento todos los años, mientras que el de las llantas usadas ha sido más estable en el tiempo.

El empresario afirma que, puesto que en el país, la mayoría de las personas tienen ingresos mensuales entre $300 y $1,000, la mayoría opta por ahorrar y resolver la necesidad de una llanta en buen estado aunque esta sea usada.

“De hecho, quien más compra llantas nuevas en el país es el Gobierno, a través de las licitaciones, pero la gran mayoría de la gente compra llantas usadas”, afirmó el ejecutivo.

La Asociación de Importadores y Distribuidores de llantas nuevas y usadas, que aglutina a unas siete empresas en todo el país, importa el 80 % de ese total de llantas, aseguró Cristian García, presidente de la asociación.

Según los datos oficiales, los países a los que más se les compra llantas nuevas son Estados Unidos y Japón, que son también los principales países de donde se importan automóviles.

Las llantas usadas también vienen, en su mayoría, de Estados Unidos, China e incluso, desde Canadá y Alemania.

Debate por su compra

La importación de las llantas usadas ha sido punto de debate entre el Ministerio de Medio Ambiente y las empresas que las compran.

En 2010 el ente gubernamental anunció que preparaba una ley para prohibir la importación de llantas usadas bajo el argumento de que éstas traen enfermedades y afectan el medio ambiente en el país.

Sin embargo, las importadoras niegan que este negocio sea comprar basura, pues afirman que las llantas que se importan al país son seleccionadas con rigurosidad en plantas internacionales que reciben las llantas en desuso.

Cristian García afirma que las empresas agremiadas a la Asociación le compran las llantas a plantas situadas en España y Estados Unidos, donde las llantas son inspeccionadas rigurosamente y probadas antes de enviarlas a otro país.

“No es basura lo que llega al país. Antes pasan por un proceso de verificación para ver que sí cumplan con estándares de calidad”, destacó.

La propuesta de eliminar la importación de llantas usadas aún sigue en debate. La ley no ha prosperado y las empresas importadoras esperan que no siga su curso, pues según Carlos García, la compra de estos neumáticos no solo beneficia a las personas que trabajan en las empresas, sino a miles de salvadoreños que recompran llantas usadas para venderlas en sus talleres o en sus reparaciones de llantas informales.

“Hay cientos de personas que trabajan de forma indirecta en este negocio”, sostuvo García.

El reencauche, es decir, una nueva cubierta para la llanta, es otra opción que los salvadoreños utilizan para ahorrar dinero. En esto, las empresas también importan el material, pero en menor cantidad, según el empresario.