BRASILIA.Brasil está frente al riesgo de una racionamiento generalizado de la energía por primera vez desde 2001, debido a un verano seco y calurosos que ha reducido el agua de los embalses de los cuales se alimentan las hidroeléctricas y ha elevado el consumo.
Expertos en electricidad afirman que aun si el país logra evitar el racionamiento podría tener que compensar los déficits con un mayor uso de energía termoeléctrica -que es más costosa- y eso podría perjudicar los planes de la presidenta Dilma Rousseff para bajar las tarifas eléctricas este año.
Según cómo Rousseff maneje el déficit -y si llueve en las próximas semanas- las consecuencias podrían afectar la capacidad de Brasil de lograr su meta para la inflación en 2013 y dañarían el crecimiento en una economía que ya está estancada. El temor a un racionamiento afectaba el mercado de valores brasileño, con una pérdida el lunes de casi un 1 por ciento de la bolsa de Sao Paulo.
Varias grandes ciudades sufrieron apagones esporádicos en los últimos meses. Restringir la electricidad, un escenario que analistas del sector privado ven como probable, podría causar fuertes disrupciones en la industria de la sexta economía más grande del mundo, que incluye a grandes consumidores como las empresas del sector siderúrgico y minero.
A fines de diciembre, Rousseff rechazó la idea de racionar la electricidad y dijo que era “ridículo” pensar en eso.
Pero el diario Folha de Sao Paulo reportó ayer que Rousseff convocó a una reunión de emergencia con funcionarios del sector de energía para discutir la situación.
Funcionarios del Gobierno dijeron a Reuters que la reunión de la comisión que supervisa el suministro de la energía había sido programado con anterioridad.
El año pasado, el déficit de energía provocó apagones generalizados. Además, es un tema sensible para Rousseff a quien, como ministra de Energía hace una década, se le encomendó que nunca volviera a producirse un racionamiento de la energía en Brasil.—Reuters