Deserción escolar por violencia se ha triplicado en últimos dos años

Pandilleros llegan al extremo de verificar planillas de profesores para extorsionarlos, según denuncia de una gremial.

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Cada vez más los profesores están bajo amenaza de grupos terroristas que les impiden realizar su trabajo en libertad.

/ Foto Por Archivo

Por Jaime López

2016-07-19 9:16:00

Como si fuera poco que en El Salvador hay unos 500 mil “Ninis” -jóvenes que ni estudian ni trabajan-, la violencia de las pandillas suma cada vez más a las cifras negativas en la educación.

En los últimos dos años en El Salvador, la deserción escolar provocada por la delincuencia se ha triplicado; pasando de 13 mil estudiantes que abandonaron sus escuelas en 2014, a los 39 mil que dejaron sus aulas debido al acoso o amenazas de pandilleros el año pasado.

Las cifras son por demás alarmantes si se considera que para el año 2009, las autoridades solo reportaron una deserción de 6,100 estudiantes.

La cifra de deserción es mayor, porque en algunos casos algunos dejan de ir a clases por motivos diferentes a la delincuencia; cambio de domicilio, por viajar al extranjero o porque optan por trabajar. 

Los datos que corresponden  Educación sin duda que descifran uno de los mayores problemas que afronta la comunidad estudiantil que cuando es acosada, como ha sido el caso del Centro Escolar de Piedras Pachas en Izalco, optan por salvaguardar su vida, aunque esto retrasa su aprendizaje o los aleja de la escuela por completo.

De acuerdo con el Sindicato de Maestros y Maestras de Educación Pública de El Salvador (SIMEDUCO),esos datos se quedan cortos pues un estudio realizado en 2015 para determinar porqué los estudiantes abandonaban las escuelas, reveló que 100 mil alumnos dejaban los centros educativos por la violencia y no es la quinta causa de deserción sino la primera.

En muchos casos, los jóvenes pierden su año escolar debido a que no es fácil que se puedan inscribir en otro centro educativo. La territorialidad que imponen los pandilleros es el otro gran obstáculo para los jóvenes ya que si en su lugar de residencia delinque una pandilla, difícilmente pueden ir a otra escuela si la mara que ahí delinque es la contraria. “Eso es como una condena a muerte”, dice una profesora que opta por el anonimato.

Según datos del Mined hechos públicos las mayores deserciones de estudiantes se han dado en La Paz; Cuscatlán y en un municipio del sur de San Salvador.

El ranking de los municipios más afectados por la deserción escolar motivada por la violencia de las pandillas es encabezado por San Luis La Herradura (La Paz), seguido por San Ramón (Cuscatlán), Rosario de Mora (San Salvador), y luego por San Francisco Chinameca (La Paz) y El Rosario (Cuscatlán).