La enfermedad renal, un problema que aumenta

En promedio, al año 628 personas con daño renal fallecen. En su mayoría son hombres

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Joven recibe terapia de hemodiálisis, procedimiento por medio del cual le limpian los tóxicos del cuerpo. Fotos EDH / douglas urquilla

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2013-01-14 8:00:00

En El Salvador y Nicaragua, la enfermedad renal terminal (ERT) ha matado a más personas que la diabetes, el VIH y la leucemia en los últimos cinco años. “Así de mal estamos”, manifestó Zulma de Trujillo, presidenta de la Asociación de Nefrología de El Salvador.

De acuerdo con la especialista, las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) muestran que el país tiene la más alta mortalidad de la enfermedad en el mundo, sobre todo en hombres.

Los datos del Ministerio de Salud (Minsal) del informe de labores del año pasado detallan que 721 personas con daño renal fallecieron en 2011.

En los últimos cinco años, cada año murieron, en promedio, 628 pacientes con enfermedad renal crónica. El nefrólogo Carlos Henríquez expresó que la OMS ha declarado que la insuficiencia renal no es una patología mortal.

“Son enfermedades que son recuperables desde cualquier punto de vista a través de un buen tratamiento de diálisis, cosa a la que la gran mayoría de la población no tiene acceso, mucho menos a un trasplante”, comentó Henríquez.

En el país, la principal causa de muerte en hombres es la insuficiencia renal, seguida de traumatismo e infarto agudo del miocardio.

El panorama, de acuerdo con la presidenta de la asociación, se pinta muy difícil porque al daño renal ocasionado por la diabetes y la hipertensión se le suma una de etiología (causas de las cosas ) no conocida que afecta específicamente a hombres.

Entre 2002 y 2010, el número de pacientes en tratamiento sustitutivo (diálisis y hemodiálisis) pasó de 1,142 a 3,656, según el informe elaborado por de Trujillo.

En 2011 el Minsal registró 311 nuevos casos. El 78 por ciento de ellos es hombre, el grupo de edad más afectado es de los 60 años a más, seguido por los de 40 a 59 años.

Los departamentos que reportan más casos son Usulután, San Miguel y Sonsonate.

“No se creció más porque los hospitales no dan abasto para eso. Prácticamente desde 1995 hasta el 2010 la enfermedad renal había aumentado 10 veces en su valor”, comentó de Trujillo.

La nefróloga expresó que al momento la carga de la enfermedad es tan grande que en el hospital Rosales el 60 % de las camas está ocupado por pacientes con esta patología.

“Lamentamos que hasta la fecha tengamos que estar realizando diálisis peritoneal con catéter rígido, que es una diálisis obsoleta, pero no contamos con la suficiente infraestructura para tener a todos los pacientes en las terapias sustitutivas”, expuso de Trujillo.

En 2010, de acuerdo con el informe elaborado por la presidenta de la asociación, se detectaron 1,637 pacientes con enfermedad renal en todo el sistema de salud.

El nefrólogo Carlos Henríquez considera que hay un mayor diagnóstico por parte del personal de salud, pero continúan enfrentando los mismos problemas: terapias incompletas, no hay descentralización de los servicios y la detección sigue siendo tardía.

“Quizá hemos sostenido ese problema, y por muchos esfuerzos que se han hecho en los hospitales por paliar esta situación si no hay un presupuesto adecuado para los programas de diálisis y la creación de un programa nacional de trasplante es bien difícil que se pueda reducir la mortalidad”, opinó Henríquez.

Por su parte, de Trujillo cree que los hospitales no están preparados para manejar esa gran cantidad de gente que es identificada con daño en los órganos. “Realmente hemos colapsado”, comentó.

Agregó que en el Rosales hay 700 pacientes en tratamiento, pero solo el 50 por ciento tiene las mejores terapias, hemodiálisis y diálisis peritoneal ambulatoria. “El resto, con mucha pena y lástima, se queda en una diálisis con catéter rígido haciéndose una diálisis una vez por semana, que no es lo óptimo, esto por distintas causas”, acotó.

Violeta Menjívar, viceministra de Servicios de Salud, dijo que el problema de la enfermedad renal es grave en país. “Aquí nosotros lamentamos seis personas fallecidas por dengue, pero los fallecidas por insuficiencia renal son centenares. Cuando entramos (en 2009) ya recibimos una cantidad de pacientes crónicos, (entonces) hay un acumulo. Las cifras son altísimas, se llega hasta 700 personas fallecidas por esta enfermedad”, dijo Menjívar.

Añadió que trabajan en varias áreas para darle respuesta a esta situación, entre ellos destaca las investigaciones desarrolladas en el Bajo Lempa, en Jiquilisco, Usulután; en Ahuachapán y San Miguel.

Agregó que están tratando a las personas diagnosticadas, se creó una unidad renal en el Bajo Lempa y este año se fortalecerán los hospitales con equipo para aumentar la capacidad de atención.

Trasplante

La presidenta de la asociación dijo que en nefrología, entre más diálisis se le hace a los pacientes es mejor. Si solo se hace una vez a la semana se acumulan tóxicos.

De Trujillo expuso que además de las terapias los pacientes requieren de medicamentos para la anemia y los problemas de hueso, el apoyo de una nutricionista y un siquiatra. “El tratamiento integral es complejo y de remate no tenemos trasplante renal, entonces se va haciendo una cosa que solo se va metiendo, pero no hay dónde salgan los pacientes con una mejor opción. Si no se trasplantan van a seguir en diálisis con todas las complicaciones, se van a deformar los huesos, van a andar siempre anémicos”, dijo de Trujillo.

En 2011 en el Rosales se realizaron dos trasplantes de riñón, los primeros y únicos en la historia de ese hospital.

En el Bloom, desde 2000 se hacen cirugías de ese tipo, pero el año pasado el programa se paralizó. Henríquez expresó que a finales del mes o inicios de febrero esperan poder reiniciar para darle una mejor calidad de vida a los niños.

Henríquez comentó que si no existe una válvula de escape en los hospitales (trasplante o diálisis ambulatoria) los establecimientos seguirán saturados.

“Realmente uno es un tanto soñador. En 2011 se hicieron dos trasplantes en el Rosales. Lo hicimos para demostrarles que sí podemos. Costó como usted no se imagina. Pensamos: ya saben que lo podemos hacer, apóyennos, (pero) no hemos recibido ninguna respuesta”, expresó de Trujillo.

Mientras que la viceministra de Servicios de Salud comentó que en el tema de trasplante se necesita una mayor inversión.