Agente prófugo habló con inspector del ex-GRP antes de desaparecer a Carla Ayala

Nuevos testigos en el caso relataron a la Fiscalía que el inspector Pablo Estrada Villalobos tuvo contacto con Juan Josué Castillo Arévalo, alias Samurai, dos veces, una de ellas antes que huyera con la víctima.

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Para hoy está prevista la segunda parte de la reconstrucción del caso Carla Ayala. Foto EDH/ Menly Cortez

Por Stanley Luna

2018-05-29 2:55:14

Dos nuevos testigos del caso Carla Ayala relataron a la Fiscalía General de la República (FGR) que el inspector del extinto Grupo de Reacción Policial (GRP) Pablo Estrada Villalobos no capturó al exagente prófugo Juan Josué Castillo Arévalo, acusado de desaparecer a la policía, aunque tuvo dos oportunidades, y que en ambas habló con el imputado.

El pasado 19 de abril, en su declaración indagatoria, el exagente del GRP e imputado en el caso, Josué Antonio Pérez Pineda había dejado entrever una relación de amistad entre Villalobos, mejor conocido entre sus colegas como Isaías, y Castillo Arévalo (a) Samurai.

Los dos testimonios, admitidos al proceso el 2 de mayo pasado por el juez Sexto de Instrucción Roberto Arévalo Ortuño, corresponden al cabo Samuel José Alas y al sargento Carlos Humberto Ventura Martínez, de indicativo Enigma, quien según Pérez Pineda, era parte del dispositivo para capturar a Samurai, pero no estaba en la pluma del ex-GRP, pese a que era el lugar que le habían ordenado vigilar.

Enigma, según confirmó el pasado 14 de febrero a la fiscal que le tomó su declaración, tiene 24 años de pertenecer a la Policía Nacional Civil (PNC) y estuvo otros 17 años en extinto grupo elite.

Ex agentes del Grupo de Reacción Policial (GRP) durante la reconstrucción judicial ordenada por el Juez Sexto de Instrucción de San Salvador, la noche del 22 de marzo de 2018.
Foto/ Archivo

El testigo relató que el 28 de diciembre del año pasado, cuando se realizó la fiesta en la sede del GRP, en la residencial San Fernando, en San Salvador, recibió el turno de “clase de servicio” (asistente del oficial de servicio) a las 3:30 p.m. Horas después, a las 11:00 p.m., dijo que vio a Samurai bailando con otros agentes. El expolicía prófugo lo hacía de forma exagerada y tiraba patadas.

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“Le llamó la atención que la manera en que bailaba, daba a entender que se encontraba como alterado su comportamiento. Desconociendo lo que haya ingerido para actuar de esa manera”, dice la declaración tomada por la Fiscalía.

El sargento dijo que en la fiesta el exjefe del GRP Julio César Flores bailó con la agente Yenny de los Ángeles Rosales, amiga de Ayala y a quien él había invitado días antes de la celebración.

Según la investigación, el mismo oficial invitó Ayala a la fiesta tres días antes, tras abordar por teléfono temas relacionados con la Unidad Disciplinaria de la Policía, donde ella laboraba junto a Rosales.

28 de diciembre 2017

El testigo relató que el 28 de diciembre del año pasado, cuando se realizó la fiesta en la sede del GRP, en la residencial San Fernando, en San Salvador, recibió el turno de “clase de servicio” (asistente del oficial de servicio) a las 3:30 p.m. Horas después, a las 11:00 p.m., dijo que vio a Samurai bailando con otros agentes. El expolicía prófugo lo hacía de forma exagerada y tiraba patadas.

La fiesta terminó a las 11:20 p.m., de acuerdo con Enigma. A esa hora, el agente identificado como Orantes Marroquín, alias Lanza, se le acercó para decirle que Flores, de indicativo Ernesto, le había ordenado que formaran comisiones para ir a dejar a sus casas a Ayala y Rosales, porque ya estaban listas para retirarse. Él aseguró ante la Fiscalía que no conocía para entonces a Ayala.

El sargento le habría dicho a Orantes Marroquín que le dijera a Ovidio Antonio Pacheco Morales, alias Bufer; y Wilfredo Deras Hernández, alias Gladiador, que se encargaran de llevar a las policías hasta sus casas; además, que durante ese momento, se le acercaron otros colegas que manejarían las patrullas para llevar a sus casas a asistentes a la fiesta, tras el aval de Villalobos, quien esa noche estaba de oficial de servicios.

El testigo aclaró que no vio salir de la fiesta a las mujeres policías, sólo a Bufer, y perdió de vista a Isaías; y que después de 10 minutos que la fiesta terminara y que supervisara que todo estuviera en orden, se fue a su oficina a arreglar una documentación. A las 11:40 p.m. subió a su habitación, en segunda planta, pero antes de dormir recordó que le faltaba ultimar diligencias para armar una comisión de agentes para una misión al día siguiente y se fue al comedor del puesto policial, que era conocida por los agentes como área de video.

En ese momento, Gladiador llegó al lugar uniformado y armado, dijo Enigma. Se paró frente a él y este le preguntó qué le pasaba. “El hijueputa ese de Samurai le dio un balazo a la chamaca que llevamos”, le habría dicho el hoy imputado refiriéndose a Ayala, y le explicó que Rosales se había ido con Lazo, pero que la víctima y Samurai estaban en ese momento en la comandancia de guardia.

Enigma sostuvo ante la Fiscalía que él le dijo al imputado que levantaran a Isaías, pero en ese momento subió Bufer tocando la puerta del cuarto del exjefe del GRP y le informó de lo ocurrido. A él, el testigo le habría preguntado qué pasaba. “Puta, esa cabrón la cagó”, se supone que le respondió Bufer.

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Inspector habló con exagente prófugo

El cabo Alas refirió que al momento que Gladiador y Bufer regresaron al ex-GRP, él estaba bajo un árbol de mango, a una distancia de cinco metros de donde llegó el carro patrulla 01-2924, asignado para trasladar a Ayala a su casa. Este fue estacionado en la puerta de la comandancia de guardia y de ahí se bajó, del lado de copiloto, Gladiador, y del lado del piloto Bufer.

“Buzos”, habría dicho Bufer, y entró a la exsede policial, seguido de Gladiador. El cabo dijo que entre dos o tres minutos, vio salir a los policías junto a Isaías, pero antes que estos llegaran donde estaba la patrulla, el carro comenzó a retroceder buscando la calle. Fue entonces que vio a Samarai de motorista, pero alegó que no vio a Ayala.

Cuando el carro ya estaba en la calle, de acuerdo con el testigo, Isaías y los otros dos imputados corrieron hasta él y llegaron a la puerta del conductor. El oficial de servicios habría intercambiado palabras con Samurai mientras la patrulla se desplazaba lentamente.

“Isaías intercambió unas palabras con el piloto mientras el carro se movía muy lentamente, desconociendo de qué hablaron, ya que el dicente no escuchó por la distancia donde se encontraba, pero los tres compañero no le dieron seguimiento al vehículo”, confesó Alas el pasado 7 de febrero.

Aclaró que el día de la fiesta había salido de licencia, y que cuando observó que Samurai se retiraba en el carro, Isaías le explicó que el exagente había lesionado a una policía, y le pidió que le ayudara a perseguirlo.

La acusación fiscal señala que Samurai lesionó en la pierna izquierda a Ayala cuando este acompañó a Gladiador y Bufer a dejar a la agente a Apopa. Esto ocurrió en el semáforo que está antes de llegar al redondel La Gloria, en Mejicanos.

Pero hasta el momento, las autoridades no aclaran qué llevó al exagente prófugo a atacar a la víctima, tampoco por qué viajó junto a sus compañeros, a quienes sí se les había asignado la tarea de llevar a su casa a Ayala y Rosales.

El cabo indicó a la Fiscalía que cinco minutos después de lo solicitado por Isaías, él salió junto a otro agente a buscar a Samurai y Ayala. Gladiador y Bufer tenían aproximadamente cinco minutos de haber salido de la base del extinto grupo policial.

Alas señaló que junto a su colega buscaron al prófugo y a la víctima en la zona metropolitana de San Salvador, hasta en los hospitales, pero al escuchar a través del radio que Bufer y Gladiador lo hacían en la carretera de la autopista al Aeropuerto Internacional Monseñor Romero, decidieron continuar el rastreo en la carretera antigua calle a Zacatecoluca, La Paz.

Antes de llegar a Olocuilta, según Alas, recibió una llamada de Isaías, quien les ordenó que retornaran, porque del sistema de videovigilancia le habían informado que la patrulla en la que Samurai viajaba había sido captada cerca de la residencial La Gloria, rumbo a Apopa.

Alas dijo que el colega que le acompañaba la llamó a agente de la Sección Táctica Operativa (STO) de Apopa para advertirle que si veían el vehículo lo detuvieran, y se desplazaron hacia la colonia Santa Teresa , donde vivía Ayala. Ahí se encontraron con dos equipos de la STO que les señalaron que habían rastreado la zona sin tener resultados. En ese momento llegó un cabo del ex-GRP, y el testigo y su colega regresaron a la sede policial a las 12:20 a.m. del 29 de diciembre.

Isaías reclamó por no capturar a Samurai

El sargento Enigma contó que cuando bajó a la comandancia de guardia, luego que Gladiador y Bufer le contaran a Isaías lo ocurrido, escuchó que este regañaba al personal por no haber perseguido a Samurai, un punto que contradice el accionar relatado por Alas.

El sargento aseguró que el comandante de guardia Misael Abisai Samayoa Landaverde le contó que le había preguntado a Gladiador, cuando este arribó supuestamente a informar a Isaías de lo ocurrido, si esa llegada la registraba como entrada o novedad, pero el exagente le respondió: “pendiente”.

El testigo dijo que cuando Isaías supo de lo ocurrido por parte de Gladiador y Bufer, fue junto con ellos a darle la información a Ernesto, y este ordenó al oficial de servicios que realizara despliegues de búsquedas y también coordinara con delegaciones y puestos policiales para ubicar a Samurai.

Los hoy imputados se desplazaron con rumbo a San Francisco Javier, en Usulután, luego que Gladiador informara a los oficiales que recordaba dónde vivía Samurai.

Cuando llegaron retornaron a la sede policial, Ernesto e Isaías los llevaron ante un grupo de la Unidad de Control de la Policía, y le pidieron que declararan lo que sabía. En ese momento llegó el agente David Efraín Solís Salazar con una llamada telefónica activa de Samurai. El teléfono lo tomó Ernesto, pero luego se lo pasó a Gladiador, quien intentó convencerlo de volver a dejar la patrulla, y le preguntó por Ayala. “Sin testigo no hay delito”, habría respondido Samurai.

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La desaparición de la policía sigue siendo un misterio. Ya pasaron 101 días y las pistas son pocas; su compañero, un agente del extinto Grupo de Reacción Policial, quien le disparó, también sigue desaparecido.

A partir de ello, relató Enigma, Isaías y Ernesto tuvieron una reunión, y al finalizarla le encargaron a él una comisión para la captura de Samurai. Este, por su parte, también alertó al comandante de guardia de entonces, Juan Antonio Linares Flores; y a Pérez Pineda, quien tenía el turno de “águila” -de vigilancia-, que tenían que capturar al imputado si lo veían llegar.

Pasado los minutos, cuando Isaías y Ernesto estaban en la segunda planta, el testigo relató que observó que Samurai llegó hasta la entrada del ex-GRP. “Ahí está sierra”, contó a la Fiscalía que le gritó al oficial de servicios, quien bajó, y junto a tres policías más, incluido él, comenzaron a seguir al prófugo. Paralelo a ellos también una patrulla había iniciado la persecución.

Cuando estaban a 10 metros de la pluma de la residencial donde se ubicaba la sede policial, el sargento dice que Isaías se puso a la par de Samurai y observó “como que hablaba”, pero luego se paró enfrente e intentó detenerlo, y el oficial de servicios se fue hacia atrás.

El imputado, quien no andaba armado, aprovechó a escapar, subiendo a un carro particular que lo esperaba, este era manejado por familiares de Samurai. Hasta entonces también Isaías comenzó a disparar, dijo Enigma.

A partir de este incidente, según el testigo, dos patrullas dieron persecución al carro, pero sólo capturaron a los familiares de Samurai -quienes quedaron libres en el proceso.

Enigma relató a la Fiscalía que el exagente GRP tenía en el exgrupo elite a un hermano, Onan Castillo Arévalo, y que después que el exjefe de este, Carlos Romero Lazo, le leyó una orden de traslado porque el polígrafo había indicado que no era confiable, Samurai entró a su oficina y lo amenazó con un fusil.

“Por comentario (el testigo) ha escuchado que el inspector Isaías le propuso al señor Ernesto para que regresara Samurai”, según la Fiscalía. Para hoy está previsto que el juez Arévalo Ortuño continúe con la reconstrucción de la desaparición Ayala. En el procedimiento declararán Alas y Ventura Martínez.