El expresidente de la Comisión Ejecutiva Portuaria Autónoma (CEPA), Alberto Arene, lamentó ayer el retraso que hubo en la aprobación de la reforma a la Ley de Carreteras y Caminos Vecinales que permitirá impulsar un programa de Asocios Público Privados (APP), para financiar la iluminación y videovigilancia de 140 Km. de las principales carreteras nacionales, no solo por su importancia en sí misma, sino porque le seguirían muchos APP hasta por un valor de $1,500 millones.
Para el también economista, la responsabilidad de los legisladores debería ir más allá y es, precisamente, “auditar lo que ha sucedido con el programa más importante de asocio y cooperación que estaba llamado a transformar el modelo de crecimiento económico, a partir de la creación de condiciones que fomentara la competitividad, la inversión, y las exportaciones del país”, a través de los APP.
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Añadió que si el Gobierno no asumió la continuidad del proyecto especial que se firmó entre los Gobiernos de Estados Unidos y el de El Salvador, en la Administración Funes, y este gobierno ya no le dio continuidad, o solo puntual y parcialmente, era una responsabilidad de los legisladores, pues han pasado siete años de firmarse la Alianza para la Prosperidad, y cuatro de haberse firmado el Fomilenio II, que coincide con el inicio de este gobierno.
Cuestionó qué cómo era posible que hayan transcurrido siete años de ejecución de este proyecto, o de implementación de esta visión, y que en términos de APP todavía no haya uno, habiendo dejado ir los dos grandes asocios que estaban llamados a liderar este proceso, como la ampliación del Aeropuerto Internacional de El Salvador, que era el proyecto por excelencia, y el proyecto de creación del parque eólico con la Comisión Ejecutiva Hidroeléctrica del Río Lempa (CEL).
“Nunca vimos a los legisladores investigar por qué fracasó el puerto La Unión o por qué y cómo se rechazó el APP para el Aeropuerto Internacional, ¿Por qué se optó entonces por endeudar a CEPA?”, enfatizó.
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Y por otro lado, dijo, este no es un tema solo de financiamiento para evitar que el Estado y las autónomas se endeuden más, este es un tema de gestión de empresas y de negocios complejos internacionales; donde grandes compañías internacionales que ganen una concesión de manera transparente y competitiva pueden hacerlo mucho mejor, dejándole más beneficios de empleos, inversiones, ingresos fiscales y de exportaciones y divisas al país, como es el caso de un puerto internacional de contenedores o de una terminal aeroportuaria que ya dispone de un importante hub.
Finalmente, recalcó que le extrañaba qué cómo era posible que hayan pasado siete años, o cuatro años en caso de Fomilenio, y El Salvador no se ha enterado. “Eso refleja un déficit o hay intereses poderosos para que no se entere o refleja un síndrome profundo y prolongado de déficit de atención del país entero. Este es el tema estratégico a abordar lo demás son cacahuetes”, concluyó.