“Me truncó, me quitó sueños, pero igual hice mi vida por otro lado”, quien habla es una salvadoreña radicada en Montreal, Canadá, que hace unos días vino de visita a El Salvador y el pasado miércoles fue a la Fiscalía General de la República (FGR) a denunciar por acoso sexual al director del Ballet Folclórico Nacional, Roberto Navarrete, por quien, dice, abandonó el sueño de convertirse en bailarina. A la denunciante la llamaremos Eneida, para proteger su identidad.
Eneida se suma a las bailarinas que denunciaron el acoso sexual que presuntamente sufrieron por Navarrete en diferentes periodos, de acuerdo con un reportaje del periódico digital El Faro. De las seis víctimas mencionadas en la publicación, tres ya habían interpuesto la denuncia en la FGR, otras tres todavía no. De este último listado, una bailarina ya se acercó a la institución para pedir que investiguen al funcionario del Ministerio de Cultura, al igual que otra no mencionada en el reportaje.
El titular del ballet es procesado por el Juzgado Especializado de Instrucción para Una Vida Libre de Violencia y Discriminación para las Mujeres, que otorgó medidas de protección a las víctimas; entre ellas evitar que Navarrete se les acerque mientras continúan las investigaciones.
Roberto Navarrete, director del Ballet Folclórico Nacional. Fotos EDH/René Estrada
El plazo de las medidas ya caducó y el juzgado todavía no las ha reactivado, según las denunciantes. Hasta el momento, la jueza no ha programado la audiencia preliminar, pero fuentes cercanas al caso confirmaron que la semana pasada el personal del juzgado, como parte de las indagaciones, llegó a las instalaciones del Ballet Folclórico Nacional para recopilar pruebas.
Eneida está radicada en Montreal desde 1986, después que se graduó de Letras de la Universidad de El Salvador (UES). Allá se dedica a la gestión cultural, canta, tiene un club de lectura, y después de 30 años de haberse alejado de la danza, hace cinco dijo que había vuelto.
La víctima relató a El Diario de Hoy que a mediados de 1984 ingresó al taller de Danza Universitaria de la UES, pero se salió en 1985 tras cuatro ocasiones en las que dijo haber sido acosada por Navarrete. Para entonces tenía entre 19 y 20 años.
Según Eneida, el funcionario la llamaba a su oficina, en el edificio de Extensión Universitaria, y ahí le tomaba la mano y la besaba a la fuerza, y se encubría bajo la excusa que él estaba loco por ella y que la amaba.
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La última vez, recordó, fue acosada después de una presentación realizada frente a la Biblioteca de la UES. Ya estaba de noche y cuando caminaba con Navarrete a guardar la utilería a Extensión Universitaria, el imputado la tiró hacia un muro y puso un brazo sobre su cuello, abarcando su espacio, e intentó besarla. “Frotaba su miembro erecto sobre el cuerpo de una, y esa vez comenzó con eso mismo, pero como esa vez veníamos de una presentación y yo estaba con un refajo, me quiso quitar el refajo”, señaló la presunta víctima.
Eneida contó que escapó de Navarrete esa noche y ya no volvió al taller de danza, pero Navarrete la llegaba a buscar al edificio donde recibía sus clases universitarias, le decía que olvidara lo que había pasado y que si ella se esforzaba pasaría a formar parte de la danza universitaria. Ella, dice, le sentenció que si seguía acosándola su papá “le iba a meter el corvo”.
Desde entonces, y hasta que se graduó de la UES, contó que trató de evadir a Navarrete, y fue el año pasado que se atrevió a hablar por primera vez de su caso. Lo hizo con una bailarina salvadoreña que fue enviada a Montreal para compartir su experiencia con el grupo de danza folclórica compuesto por salvadoreños, del que Eneida es parte en Canadá.
Manifestó que cuando la bailarina le preguntó con quién había estudiado danza en El Salvador, le respondió que con Navarrete, pero que la abandonó porque él la acosaba. La artista, dijo la Eneida, se quedó admirada y le afirmó que lo que ella denunciaba el funcionario lo seguía haciendo.
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“Este señor no tiene la solvencia moral para estar al frente de nada que tenga que ver con jóvenes, con mujeres con niños… No, él es un peligro con guantes blancos”, concluyó Eneida, dejando claro que aunque las autoridades le digan que su caso ha prescrito (ya no puede judicializarse), su objetivo con la denuncia es darle peso al proceso que enfrentan las otras bailarinas.
Víctima denuncia que fue acosada a sus 18 años
A esta víctima la llamaremos Karla, quien denunció el mes pasado a Navarrete ante la FGR.
La víctima, de 30 años, relató a este medio que cuando ella tenía 18, el director del ballet la intentó besar una noche, dentro de su carro, cerca de la UES. Karla perteneció al Ballet Folclórico Juvenil y aspiraba estar en el Ballet Folclórico Nacional. Entre junio y septiembre de 2005 abandonó sus clases porque tenía que realizar un curso que su colegio le exigía previo a la Prueba de Aprendizaje y Aptitudes para Educación Media (PAES).
Al ausentarse del baile, dijo que que Navarrete comenzó a escribirle para preguntarle cómo estaba, pero luego sus saludos pasaron a invitaciones para salir.
En septiembre de ese año, Navarrete le habría enviado un mensaje invitándola a la presentación del ballet con marimba en el Teatro Presidente, y de acuerdo con la víctima, le ofreció llegarla a su casa una vez terminara el evento. Ella aseguró que eso no le generó desconfianza, porque irían dos personas más en el carro, a parte que el imputado era amigo de su papá, y Karla también era amiga de la hija de este.
Según Karla, esa noche, primero fueron a la colonia Zacamil, en Mejicanos, a dejar a las otras personas, pero cuando se dirigían hacia su casa, cerca del Zoológico Nacional, Navarrete hizo una parada próxima a la UES. Eran las 9:00 p.m. Ella pensó que el carro se había arruinado.
“Viene él, sin decirme nada, se me acercó demasiado a quererme besar. Me asusté, me hice para atrás yo misma. Le hice una cara súper expresiva, una cara como que iba a llorar, asustada. Él como que se arrepintió, se avergonzó”, confesó la víctima, tras ello, dijo que Navarrete le pidió disculpas y justificaba que ese acto no había sido su intención.
Después de esa situación, la víctima contó que enfrentó a Navarrete y le advirtió que no confundiera las cosas, que ella quería ganarse los puestos por su talento. Él le respondió que ya no pasaría nada y que “la cuidaría como una rosa”. La víctima no habló nada de lo ocurrido con su familia, temía que su papá tomara represalias con Navarrete; a su mamá se lo contó hace cuatro años.
Karla dijo que Siguió llegando al ballet un año más, pero se salió, según ella, porque Navarrete comenzó a excluirla en los bailes, a pesar que había sido una de las artistas principales del grupo.
En 2007, le avisaron que habían plazas y si estaba interesada en aplicar, pero no lo hizo, pensando que los hechos podrían repetirse. Hoy se dedica a vender productos, ya no baila.
“Él obstaculizó el sueño de muchas personas más, espero que se haga justicia y que ya no siga en este cargo”, denunció Karla.
Otro caso
Eleonor, nombre otorgado a la víctima por ese medio digital, es otra de las víctimas que acudió después de la publicación del reportaje a la Fiscalía para denunciar a Navarrete. Según ese medio, a Eleonor el funcionario le propuso acostarse con él a cambio de pasar del Ballet Folclórico Juvenil al Ballet Folclórico Nacional.
“En mi caso, espero que lo destituyan de todo del cargo”, dijo la víctima a El Diario de Hoy al consultarle qué espera del proceso.
Para el director del Ballet Folclórico Nacional, Roberto Navarrete, las acusaciones en su contra por acoso sexual es una estrategia que viene desde hace años por tres bailarines que se pugnan el poder por tener su cargo.
“Lamentablemente, el punto sensible que se busca es el punto de moda, la palabrita suena bonita, acoso sexual”, señaló ayer el imputado a este medio, y agregó que tiene pruebas para desvirtuar las imputaciones.
“El punto sensible que se busca es el punto de moda, acoso sexual”
Roberto Navarrete sostiene que acusaciones en su contra por acoso sexual son estrategia de tres bailarines que quieren ocupar su cargo
Navarrete justificó que desde hace 15 años, esos artistas; dos mujeres y un hombre, a las que conoció en el taller de Danza Universitaria de la Universidad de El Salvador (UES) y luego se las encontró en el Ballet Folclórico Nacional buscan ocupar su cargo, y que según él, primero intentaron derrocarlo aludiendo que no tenía capacidad técnica para ser director del ballet, luego lo señalaron en actos de corrupción y hoy lo acusan de acoso sexual.
“Han hecho una conspiración. En su momento yo voy a presentar mi demanda contra eso”, sostuvo el pasado lunes 21 de mayo en una llamada telefónica, y dijo que en su momento montará una conferencia de prensa para referirse al tema.