El pandillero Rommel Alfredo Rivas Martínez fue condenado a 40 años de cárcel por asesinar a Mario Hernández, de 22 años, y Fernando Batres, de 40, ambos sordomudos que llegaron perdidos a la comunidad Tutunichapa IV.
El condenado se los encontró y se los llevó a un lugar, donde junto a otros los mataron a golpes con un tubo, tan solo por ingresar a la zona sin permiso.
El Tribunal 1º de Sentencia de San Salvador halló culpable a Rivas Martínez a la pena de 40 años de cárcel, por el delito de homicidio agravado, en perjuicio de dos personas.
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Mauricio Armando Sánchez Torres, una mujer transexual, está desaparecida desde finales de 2016. La Bella compró dos casas, una por $160,000 y otra por $240,000, ambas en Santa Tecla, y en efectivo.
La sentencia fue sustentada con pruebas periciales y documentales, además la declaración de un testigo con régimen de protección, con clave “Filosofo”, quien identificó a Romel en el álbum fotográfico, presentado por Fiscalía.
Unidad de Vida de S.S., logró la condena de Romeo Alfredo Rivas Martínez a cumplir una pena de 40 años de cárcel por un doble homicidio. Rivas asesinó a dos sordomudos que se extraviaron en la comunidad Tutunichapa IV. pic.twitter.com/I6mZUA0ibB
— Fiscalía El Salvador (@FGR_SV) 22 de mayo de 2018
El hecho ocurrió el 30 de agosto de 2016 en la Comunidad Tutunichapa 4, cuando, según el agente investigador, ambas víctimas se habían perdido.
Consta en el expediente judicial que en ese momento fueron rodeados por cuatro pandilleros, entre ellos Romel quien con arma de fuego, los obligaron a avanzar unos 15 o 20 metros de donde los interceptaron, para luego asesinarlos a golpes con un tubo de hierro y estrangulamiento con un lazo en el cuello.
Los cuerpos de las dos víctimas, fueron encontrados al día siguiente envueltos en sábanas en la Colonia Guatemala de San Salvador.
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Según examen forense, Hernández, una de las víctimas, murió por politraumatismo (varios golpes), herida en cuello con arma blanca y estrangulamiento, Batres, murió por las mismas causas, así como por heridas en el cuello, en la frente y fractura de costillas a consecuencia de los múltiples golpes.
El imputado fue condenado por a 20 años por cada una de las víctimas, por ser considerado el coautor de los homicidios.