Estudiantes afectados por malos hábitos de alimentación

Un estudio realizado por Save the Children en escuelas de San Salvador, Mejicanos y Ayutuxtepeque, indica que el problema es grave.

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Por Susana Joma

2018-05-12 6:20:57

El problema de obesidad y sobrepeso entre los niños salvadoreños está afincado fuertemente en el limitado e inexacto conocimiento sobre nutrición y salud en general y el excesivo sedentarismo, entre otros factores, eso es lo que evidenció un estudio realizado en agosto del año pasado por la organización Save the Children en el país y que se dará a conocer en los próximos días.

El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud.

Margarita Franco, directora de diseño y calidad de programas en Save the Children, explicó que el estudio se llevó a cabo entre 112 estudiantes de diez a 14 años que estudian en 20 escuelas de los municipios de Mejicanos, Ayutuxtepeque y San Salvador. Si bien el 65 % de ellos asume que mejorar la nutrición se vincula con consumir frutas y verduras, en realidad no saben en qué proporción, con qué frecuencia deben hacerlo, ni qué otros alimentos incorporar en sus tiempos de comida para estar saludables.

Los tres municipios tomados en cuenta para el estudio, que fue de tipo cuantitativo y cualitativo, son los que en el Censo de Talla y Peso de 2016 figuran con el promedio más alto de sobrepeso y obesidad en niños con el 37.5 %. Eso implica que 4 de cada 10 niños en estas localidades tienen ya sea obesidad, o sobrepeso y, según la representante de esta organización, el problema tiende a agudizarse.

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Franco destaca que la organización está preocupada porque el sobrepeso y obesidad se está convirtiendo en una epidemia que compromete no solo la salud, sino también la vida de la población infantil. Señaló que si bien la mayoría conoce que el desayuno debe ser la principal comida del día ( porque en la noche el organismo ha pasado un largo periodo sin alimentación), el estudio identificó que en la práctica “4 de cada 10 (alumnos) están llegando a las escuelas sin desayunar”.

Sostiene que ese es un mal hábito que lleva a que el niño consuma alimentos de forma desproporcionada y, al mismo tiempo, que su metabolismo se haga lento.

El esfuerzo incluyó entrevistas con los docentes y personas encargadas de cuidar a los infantes y resultó que, además, los tutores tampoco tienen criterios para elegir productos que puedan construirle a los alumnos una dieta balanceada y en muchos casos su preocupación pasa porque sus hijos siquiera vayan a la escuela con pan y café en el estómago.

Sedentarismo
“Encontramos cosas críticas en otras áreas de salud, por ejemplo: tenemos muy bajos niveles de actividad física y aquí viene otra vez el tema de conocimiento”, subrayó.

La representante de Save the Children expuso que tanto educadores como padres de familia confunden la actividad física con el ejercicio y asumen que si los niños y jóvenes no tienen acceso a canchas, si no pueden jugar en la calle por la violencia, o no tienen recursos para jugar, no pueden ser activos físicamente; lo cual, según advierte, es erróneo porque la actividad física puede hacerse en espacios cerrados y en tiempos relativamente cortos.

La especialista en Educación señaló que un tercio de las horas que los niños pasan despiertos se mantienen físicamente inactivos.

“Significa que 4.5 horas en promedio de su día despiertos (los niños) la están dedicando a actividades sedentarias. Mucho de esto es lo que nosotros llamamos tiempo de pantalla; me siento frente al televisor, estoy jugando vídeo, hago cualquier cosa que en realidad no requiere nada de actividad física o nada de activar mi circulación”, detalló Margarita Franco.

Sostiene que la situación se vuelve complicada y recuerda que uno de los niños les comentó, como lo más natural del mundo y hasta con alegría, que pasaba nueve horas del día en actividades sedentarias, específicamente viendo televisión.

Alimento y felicidad
El estudio también dio luces de que los escolares relacionan mucho la salud con la felicidad y asocian muchas prácticas nutricionales con aspectos emocionales. “Por ejemplo, el 65 % de nuestros niños reportó que sus comidas favoritas en el día son el almuerzo o la cena porque era el único momento en el día en que podían convivir con su familia”, explicó.

Otro aspecto importante detectado en el estudio es que si bien los niños están viviendo en ambientes altamente violentos, que los llena del denominado estrés tóxico, solamente 2 de cada 10 utilizaba prácticas de mitigación de estrés, como es el caso de respirar o hacer actividad física. El resto no solo no las utiliza, sino que muchos ni siquiera las conocen.

El que no conozcan y practiquen esas técnicas para manejar esa presión los puede conducir a tener problemas de ansiedad y con ello malos hábitos, como el consumo desmedido de alimentos, afirmó.

“Muchas de estas prácticas de mitigación para estrés tóxico le sirven no únicamente para manejar su estrés, sino incluso para prevenir violencia porque usted cuando hace un mejor manejo del estrés se detiene y piensa mejor la reacción que va a tener ante una situación altamente estresante, como una pelea con un compañero o una discusión en casa”, señaló.

Promoción de salud integral

Tras el estudio, y en aras de ayudar a enfrentar el problema de sobrepeso y obesidad, Save the Children creó el programa Niñas y niños más felices, el cual ya empezaron a aplicar a nivel de piloto en las escuelas que formaron parte del estudio.

Este programa, según precisó Margarita Franco, pretende explotar la asociación que hacen los niños entre tener salud y tener felicidad y a partir de ello promoverán hábitos apropiados para la salud nutricional, así como prácticas de salud física, emocional o mental.

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“Estamos en este momento trabajando con 1,196 niñas y niños (de las 20 escuelas) y además con sus docentes y sus cuidadores primarios, que regularmente es la mamá y el papá”, detalló.

Esta iniciativa ha implicado el diseño y producción de textos en los que de forma didáctica, sencilla y muy amena, se les enseña a los escolares cuáles alimentos deben consumir, en qué cantidades, la frecuencia y otros temas de salud.

Personal de esta ONG se encarga de desarrollar, en coordinación con los docentes de las escuelas, estos conocimientos con los estudiantes; el cual se hace vinculado a la asignatura Ciencia Salud y Medio Ambiente y se utilizan horas de la jornada escolar que no están cubiertas por falta de personal especializado, por ejemplo en los casos de las escuelas que no tienen profesor de educación física.

Estas buenas prácticas también se les enseñan a los padres cuando visitan el centro escolar con motivo de alguna reunión.

Al finalizar el piloto la ONG compartirá las prácticas exitosas de cara a buscar que la iniciativa se extienda a todo el país, en sintonía con la sugerencia que la Alianza Global para la Educación hizo en el sentido de que se generen programas de salud basados en la escuela.

Campaña nacional

Paralelo a este esfuerzo Save the Children impulsa, a través de sus redes sociales, una campaña destinada a posicionar en la mente de la población salvadoreña las prácticas de alimentación claves y a motivarla a que demande que en los centros educativos públicos y privados se brinde conocimientos al respecto.

Con esa finalidad, en el sitio en Internet saludintegralsv.com están consultando a las personas si están interesados en firmar una petición para que las escuelas promuevan las prácticas saludables en las áreas de nutrición, salud física y salud emocional, lo cual es urgente para la salud de los niños y estudiantes.