Gobierno considera declarar emergencia por los sismos

La reconstrucción de casas y el servicio de agua potable son las principales necesidades expuestas por los alcaldes de los municipios afectados al Presidente de la República.

descripción de la imagen

Por Iliana Ávila

2018-05-09 8:04:23

El Presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, dijo estar contemplando la posibilidad de emitir una declaratoria de emergencia en la zona de Chirilagua, en San Miguel; Intipucá y El Carmen, en La Unión, por los enjambres sísmicos que afectan a estos municipios desde el pasado sábado 5 de mayo, ya sea solicitándolo a la Asamblea Legislativa o a través de un Decreto Ejecutivo.

“Para poder utilizar los 45 millones de dólares de préstamo de Japón, que son para estos casos, que se ha aprobado por parte de la Asamblea para estos casos”, dijo el mandatario.

 

 

Agregó que entre las primeras solicitudes presentadas por los alcaldes de los municipios afectados se encuentra resolver el problema de la vivienda y atender la demanda del agua, debido a que en la zona de El Carmen algunos pozos se han secado.

Como primera acción el mandatario dijo que el Ministerio de Hacienda tiene un millón de dólares a disposición de la Comisión Nacional de Protección Civil para atender las necesidad de la población afectada.

El Director General de Protección Civil, Jorge Meléndez, explicó que 500 mil dólares serán destinados para la construcción de las primeras casas.

“En la primera fase se priorizarán 100 viviendas, las más dañadas, para su reparación o reconstrucción rápida y después, a medida que vallamos teniendo más insumos, más evaluación técnica, vamos a seguir con más casas en otras fases”, dijo.

El resto se ha divido en 50 mil dólares destinados en gastos de operaciones de emergencia y 450 mil dólares para la atención de las personas albergadas como alimentación, kit de higiene, limpieza y atención especifica en niños y personas con discapacidad.

Según las cifras oficiales, debido al enjambre sísmico que afecta la zona de Chirilagua, Intipucá y El Carmen, existen 26 albergues con 2,043 personas, así como 400 casas dañadas; pero los números pueden variar.

“Pero en realidad ya se estuvo viendo el informe de inspección y hemos elevado a 653 viviendas dañadas en distintos niveles; el problema es considerable, es posible que hayan aumentado el número de albergados porque a la medida que hay sismos genera nuevos daños” explico Meléndez.

La forma de definir cuáles serán las primeras familias beneficiadas con la construcción de las primeras 100 casas será mediante un trabajo conjunto entre las diferentes Comisiones Departamentales de Protección Civil presididas por los Gobernadores junto con los alcaldes. La parte técnica será coordinada por el Viceministerio de Vivienda.

“Ya identificadas estas primeras 100 casas y terminado el enjambre sísmico, se va a proceder a la construcción y, a demás de eso, se hará la gestión para el resto de casas que resulten inhabitables y también habrá una ayuda para aquellos casos de vivienda que lo que necesiten es reparación, colocación de techos o cosas así”, detalló el Ministro de Gobernación, Arístides Valencia.

Valencia dijo que darán respuesta a los damnificados, independientemente se apruebe o no la declaratoria de emergencia; pero reconoce que de llevarse a cabo les deja en disponibilidad de recursos. Para ello deberán de hacer una evaluación previa, donde predominan dos factores: el tiempo que dure el enjambre sísmico y los daños ocasionados.

Protección Civil estima que el 9 % de la población de Chirilagua se encuentra albergada, esto significa un “indicador bastante fuerte” que propicia influir en la declaratoria.

“Yo estoy de arrimada porque no tengo vivienda”

La tarde del martes, 160 tienda de campañas fueron llevadas a la instalaciones de la cancha La Manguera, en Tierra Blanca, después de tres noches a la intemperie las “casitas” son una “bendición” para que siete personas puedan dormir protegidos de la inclemencia del tiempo.

“Hoy no nos vamos a mojar, ni anoche que pensamos que iba a llover. Estas noches atrás no hemos dormido bien porque el viento nos ha azotado, pero ya hoy en estas casitas, por la noche estaremos bien abrigaditos entre familia”, dijo María Magdalena González.

María vive con su esposo e hijos, y debido al enjambre sísmico su casa de adobe resultó afectada.

“Se nos cayó la casita a pedazos y otras paredes se ha rajado, vamos a esperar una ayuda porque no tenemos de donde hacer nada, estamos esperando la ayuda que el señor gobierno nos va ayudar un poquito aunque sea para volver a construir la casita”, se consuela María, esperanzada por la visita que presidente de la República realizó en al albergue.

A María le acompaña su suegra Teresa de Jesús Reyes, de 71 años, que desde hace algún tiempo esta viviendo con la pareja al no tener casa propia.

“Yo estoy arrimada porque la casa se me molestó (dañó), no tengo vivienda, yo quiero una ayudita aunque sea de lámina, en el solar de mi hijo se puede construir, yo me contento”, aseguró.

Ambas mujeres esperaron afueras de la tienda de campaña, bajo el implacable sol y por un periodo de una hora aproximada, con la esperanza de poder llevar su solicitud de forma directa al presidente Sánchez Cerén; sin embargo, fue casi imposible ya que otras personas tenían la misma inquietud.

Espera pronto a su cuarta hija

Con nueve meses de embarazo Marta de Orellana, de 35 años de edad, inicia el día muy temprano para poder dirigir la cocina que alimenta a más de 300 personas en el albergue de Tierra Blanca, Chrirlagua, San Miguel.

Marta es la esposa del concejal Nelson Orellana y junto a su cónyuge se esmeran en distribuir la ayuda de forma equitativa, aunque de vez en cuando tengan que resolver algunas inconformidades.

Este es el cuarto embarazo de Marta. Su primer hijo, Nelson Vladimir, nació el 16 de enero del 2001, tres días después del terremoto del 13 de enero. “Esa fue una experiencia que no quisiera ni acordarme, él nació en el hospital San Juan de Dios (en San Miguel) fue un trauma que hoy cuando iniciaron los temblores yo sentía bien feo; pero me tuve que calmar por la gente, porque si me ven nerviosa a mi, ellos también se pone nerviosos”, comento.

Esta mujer, incluso, apoya en otras necesidades del albergue porque “la gente que se nos desmaya, se nos pone mal, jalando ropa, cualquier cosita, siempre estamos trabajando”.

El médico que atendió a Marta le dio como fecha probable de nacimiento de su cuarta hija este 11 de mayo y, muy a pesar del trabajo, asegura sentirse bien.

“Gracias a Dios ahorita me siento bien, no se deja de sentir cansado uno pero ahí voy, se me ha portado tan bien”, expresó.

La familia Orellana no ha tenido tiempo de pensar en un nombre para su hija, pero entre bromas manifiesta que tendrá que nombrarle “terremoto” por la experiencia vivida.