El piloto salvadoreño que atravesó 15 veces el Atlántico

El capitán José Martínez Urquía, quien a fuerza de sacrificio estudió una carrera costosa, se ha retirado después de 41 años de labor. Llegó a pilotar aviones con casi 200 pasajeros.

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Por Jaime López

2018-05-05 9:00:21

Tras 41 años de sobre volar mar y tierra, José Antonio Martínez Urquía se retiró el 30 de marzo anterior de una profesión que, asegura, si volviera a nacer, la volvería a estudiar.

De sus 60 años, 33 de ellos los dedicó a las aerolíneas TACA y Avianca.

“Tuve la dicha de cruzarme unas 15 veces el Atlántico trayendo aviones de las fábricas, aviones que compraba TACA de otras empresas y poderlos volar desde Europa a El Salvador”, recuerda.

Aparte de sus travesías por el referido océano, de sus recorridos en el aire, el vuelo más largo, dice, es el que realizó de la antigua Yugoslavia a El Salvador. Pero además recuerda un proyecto de vuelo entre Nueva Zelanda que tuvo TACA y él fue el primer piloto que en esa línea aérea sobre voló el mar que separa Nueva Zelanda y Australia.

San Salvador 14-03-2018. Jose Antonio Martinez, Piloto desde hace 41 años cuenta su experiencia como piloto. FotoEDH. Lissette Monterrosa

“Yo fui el primer piloto chequeado por la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos para poder volar con pasajeros no teniendo aeropuertos alrededor, estábamos volando sobre el mar de Tanzania”, rememora.

Preguntado sobre si en su experiencia personal figura alguna similar a esas escenas de películas en las que un grupo de pasajeros se convierte en rehenes de terroristas, el capitán responde con un aliviado “no” y agrega: “gracias a Dios, nunca tuve un problema de esos”.

El capitán afirma con satisfacción que tampoco sufrió un accidente por descuido técnico, turbulencia en las alturas por tormentas eléctricas o por un suceso inesperado. “Me retiro de esta linda profesión, dándole gracias a Dios, y con la frente en alto de que el trabajo ha sido cumplido, y me voy sano y salvo”, reflexiona.

Según él, se retiró con “un récord limpio”, y que “ninguna vez dejé algún simulador en el que estamos sometidos cada seis meses de evaluación ante las autoridades, para verificar las habilidades propias de cada uno, los conocimientos propios en cada avión y gracias a Dios, mi fólder queda limpio”.

Pero, a pesar de contar con un récord intachable en su desempeño, no escapó de llevarse algún susto.

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Martínez Urquía recuerda que en un vuelo de El Salvador a Bogotá, Colombia, se dio una pérdida del sistema hidráulico. Este sistema hace que las partes móviles de la aeronave se muevan con mayor facilidad a base de presión hidráulica, lo que causó perdida de todo el líquido. Ante esa situación, dice tuvieron que hacer ciertos procedimientos como demorar el vuelo y luego regresar a la base del aeropuerto Internacional Monseñor Romero.

“Vivimos momentos de tensión, sin embargo tanto el primer oficial como mi persona, y guiado con el conocimiento ganado a través de los años por simuladores, no hubo mayor problema; quizás es lo más serio que me ha pasado en mi carrera, gracias a Dios”, afirma.Martínez hace un breve recorrido de lo que han sido sus inicios y el final de su carrera: comenzó en aviones C-152, que es pequeño de apenas dos cupos y se retira volando en un avión de 198 pasajeros. En términos de altura, dice, significa que empezó sobre volando a cinco mil pies y se retiró pilotando entre 39 mil a 49 mil pies de altura.

“Fui progresando, volé en aviones de seis, 12 pasajeros, y luego en las líneas aéreas con más personas”, sintetiza.

La aviación civil o la carrera de piloto no es nada fácil ni tampoco es barata. En la época en que estudió dice Martínez que costaba 28 mil colones ($3,200), algo que ahora cuesta $32 mil.

Por su alto costo y en vista de que él no contaba con esa plata, inició estudiando Medicina en la Universidad de El Salvador, sin embargo no era lo suyo, él quería ser piloto pero sus padres no podían financiarle. Fue así como se apoyó en Educrédito, un sistema de crédito para universitarios de escasos recursos que se pagaba cuando se graduaba.

San Salvador 14-03-2018. Jose Antonio Martinez, Piloto desde hace 41 años cuenta su experiencia como piloto. FotoEDH. Lissette Monterrosa

Pero para Martínez, ser piloto no solo era su sueño, sino que era su destino. Dice que tuvo la suerte de ganar la lotería en dos ocasiones y con ello pagó el crédito adquirido y terminó su carrera.

Él se graduó de la escuela de aviación Aeropastor, fundada en El Salvador por el piloto veterano ya fallecido, Juan Pastor.

Martínez Urquía dice que ya como piloto escaló todos los niveles que en ese ámbito se propone: desde el cargo de oficial hasta el mayor: ser capitán a cargo de la aeronave.

Solo hay algo que lamenta no haber conseguido: volar con su hijo, quien a sus 20 años murió al caerse la nave en la que recibía su primera clase como aviador.

El accidente ocurrió el 12 de julio de 2012 en Soyapango. Además murió otro alumno y el instructor (ver nota a parte).