Manuel Uberto Mejía, psiquiatra que explica el caso Karla Turcios

Destaca que los niveles de violencia están al máximo. El problema no exclusivo solo de El Salvador sino de todo el mundo.

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Karla Turcios se desenvolvía en un La Prensa Gráfica como periodista de economía. Foto/Lissette Monterrosa

Por Jaime López

2018-04-24 9:08:34

¿Qué pasa con las personas que, tras una crisis económica o de infidelidad, asesinan a su pareja?, se le pregunta al doctor Manuel Uberto Mejía, psiquiatra del Seguro Social, a raíz del crimen de la periodista Karla Turcios y de otras mujeres que mueren a manos de parejas.

“En los últimos días se ha visto un cambio de actitud en las personas a nivel mundial, en el que se vive con poco compromiso, se quiere que las cosas sean rápidas y hay poca tolerancia. Esto hace que en un momento dado las personas sean incapaces de poder manejar ciertas situaciones y se adhieren al significado de que la vida no vale nada, influenciado por el inmediatismo, la falta de moralidad, lealtad y el respeto a los demás”.

“La intolerancia parece convertirse en moda. Ahora estamos en la moda de no tolerar nada, lanzar expresiones de maltrato a otro y si nos corresponde lo amenazamos… Ejemplo de este tipo de moda ha sido el caso de la periodista asesinada…

¿A qué nivel de violencia están llegando algunos salvadoreños?

“Los niveles de violencia están al máximo. El problema no solo es del salvadoreño, ni solo del tipo que mató a un montón de personas en Las Vegas, EE. UU., no es una situación exclusiva de El Salvador, sino de todo el mundo, en el que se vive un significado de varias cosas que se han perdido por vivir un mundo totalmente distinto. La gente sigue patrones: yo vi tal cosa y la voy hacer.

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¿Hay algún patrón que se repite en esta ola de violencia?

No, tampoco estas personas tienen ninguna alteración de carácter mental que justifique su actitud. La persona que mató a la periodista es un excelente actor, hasta llorando estuvo en el cementerio, además dio un discurso, el tipo sabía que la había matado, si es que resulta cierta la investigación.

Hemos llegado a tener una actitud cínica, un cinismo impresionante en donde somos capaces de mentir sin tener ninguna alteración mental, lo que predomina es la capacidad y la inteligencia de querer sacar ventaja.

¿No hay un patrón común en los últimos asesinatos?

No. No hay un patrón común que se repita en cada asesinato. El caso de la periodista era una relación estable de pareja; no sabemos cuál fue la justificación de matarla. Verdaderamente el aprendizaje inconsciente abre la posibilidad de matar a la pareja.

¿Incide el clima de violencia que vive El Salvador?

Yo creo que sí, de alguna manera es como la canción que dice “la vida no vale nada”, incluso el aprendizaje de todo lo que estamos viviendo de la irresponsabilidad y el cinismo de nuestros gobernantes, de los diputados y de los políticos.

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¿Son hechos premeditados, planeados o surgen de la explosión de las personas?

Sí, son hechos premeditados y planificados, aunque pueden haber caso de explosión o rabia, pero estos crímenes tan graves, como el de la periodista, ha sido totalmente premeditado, como ir a dejar su cadáver a cierto lugar, luego se regresa y después inventa toda una versión. Hubo premeditación, plena planificación en este hecho.

¿Recomendaciones para despojarse de estas conductas?

Debemos recuperar los aspectos de respeto y moralidad, así como reforzar el afecto espiritual… El derecho ajeno se está irrumpiendo.

El salvadoreño es como el “animalito” por excelencia, siempre quiere sacar ventaja, robar, salir adelante, no hacer fila, tirase en contrasentido por lograr sus metas pero, ¿qué va a lograr? Comete el acto criminal y dice: “¿Y qué?” Reta a los demás que están haciendo cola y siguiendo el sentido normal; muestra una necesidad de imponerse al otro. Eso se da por imitar lo que ve en películas.