Aquel sábado 14 de abril, Mario Alberto Huezo salió de su casa en la colonia Costa Rica abordo del carro tipo sedan, de color negro. En el asiento de atrás viajaba ya muerta Karla Turcios y de copiloto, el niño de ambos de seis años de edad, según las investigaciones de la Fiscalía y Policía.
Las alertas telefónicas indican que a las 12:08 del mediodía, los dos celulares, números 7682-5078 de Karla y 7938-4093 de Mario, salieron de la colonia Costa Rica hacia la carretera Troncal del Norte. A las 12:55 p.m. se activa una antena y registra que ambos celulares seguían juntos en la referida carretera.
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Mario Huezo cometió varias contradicciones al declarar sobre la "desaparición" de la comunicadora.
Posteriormente a la 1:00 p.m. están en la colonia San José Las Flores; en Guazapa se localizan a la 1:12 de la tarde. Doce minutos más tarde (1:24) en la zona conocida como La Cabaña se activa otra alerta y finalmente a la 1:55 en el municipio de Nueva Concepción, en Chalatenango. La última cámara que captó el vehículo fue la instalada en el desvío del municipio de Amayo.
Ya en la zona donde fue encontrado el cadáver, las alertas de las antenas advierten que el celular del imputado y el de la periodista permanecieron juntos por más de ocho minutos en la zona.
Las mismas cámaras registraron la misma ruta de regreso del sujeto a bordo del mismo vehículo siempre con la compañía de su hijo de seis años hasta su casa en la colonia Costa Rica en San Jacinto a las 3:55 de la tarde. 20 minutos después (4:16) realizó varias llamadas al celular de su pareja como para despistar su “aparente preocupación”.
Las activaciones de las antenas de telefonía, comparada con el registro de cámaras, es una de las evidencias tecnológicas que tiene el ministerio público para acusar a Mario de ser el responsable de participar en el asesinato de su pareja Karla Turcios.
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