Mitad de feminicidios son perpetrados por menores de edad

De 160 feminicidios que se cometieron en el primer semestre de 2017 en El Salvador, según un estudio delictivo de la Corte Suprema de Justicia, la mitad fueron materializados por niños y adolescentes

descripción de la imagen
Cada vez los menores se involucran en delitos como feminicidio o asesinatos de mujeres por su condición de ser, según un estudio reciente de la Corte Suprema de Justicia Foto/ Lissette Monterrosa

Por Jaime López

2018-04-05 6:13:01

Los mujeres en El Salvador corren el mismo riesgo de morir a manos de menores de 18 años que de adultos. Un estudio de la Corte Suprema de Justicia sobre la recurrencia delictiva de esa población, reveló que en el primer semestre de 2017, los menores de edad equipararon los feminicidios perpetrados por adultos: mataron a 80 féminas.

En lo que va del año, seis menores han sido procesados por feminicidios en los juzgados de menores de la capital.

De acuerdo con el estudio del total de delitos que se registran en El Salvador, el 95 por ciento son cometidos por adultos y un 5 por ciento por menores de 18 años.

De enero a junio de 2017 fueron procesados 1,796 menores por delitos como feminicidios, extorsión y violaciones sexuales, según la jueza Tercera de Familia de San Salvador, Carmen Elena Molina.
“El objetivo de revelar estas estadísticas es para que se creen las políticas públicas necesarias que eviten y combatan estos flagelos, prevenirlos y dar a conocer la labor institucional del Órgano Judicial”, afirmó la jueza.

Las estadísticas de la Corte revelan que de enero a junio de 2017 se registraron 160 feminicidios (asesinatos por su condición de mujer), y que de la totalidad 80 fueron perpetrados por “niños” y adolescentes, y una cantidad similar por los adultos.

Estos hechos se registran en los centros de mayor concentración urbana.

Podría interesarle:

Detienen joven ligado a red internacional de pornografía infantil

De acuerdo con el Ministerio Público al joven se le acusa por Posesión de Material Pornográfico de Niños a través del Uso de Tecnologías.

Para la jueza Tercera de Familia, el dato revela que de continuar por esa escala, los adolescentes en el corto plazo fácilmente triplicarán los crímenes contra las mujeres.

Y tampoco es casualidad, si el 88 por ciento de los adolescentes que han sido condenados por diferentes delitos procede de familias de miembros de pandilleros.

Asimismo, el 85 % de los condenados por feminicidio, extorsión y violaciones sexuales provienen de hogares desintegrados y en 43 % son hijos de madres solteras.

Los pocos que nacieron bajo la sombra de un aparente hogar con la figura del padre, la madre y sus hermanos, son disfuncionales o presentan problemas en uno o en los dos jefes de hogar, tales como alcoholismo, drogadicción o delincuencia.

Las violaciones y otros delitos sexuales son cometidos en un 80 por ciento por adultos, pero un 20 por ciento es atribuido a menores.

El estudio de la Corte, ha puntualizado que el nivel de criminalidad de los niños y adolescentes es grave, pues se ha detectado violadores en serie que no solo agreden a mujeres adultas, sino a niños de su misma edad (en ambos géneros) y que además están siendo procesados por violencia intrafamiliar tras agredir a sus parientes.

El sistema de justicia del menor infractor ha logrado que el 81 por ciento de los procesados reciba una condena no mayor de los 15 años y 19 por ciento es absuelto, porcentaje que al final reincide en delitos en condiciones mucho más graves.

La Ley solo sanciona los delitos que se atribuyen a mayores de 12 años, pero en El Salvador, una buena cantidad de delitos son cometidos, incluso, por menores de 12 años y que en su mayoría son utilizados por las pandillas como “antenas”, vigilancia y para cobrar la extorsión que imponen a los comerciantes, distribuidores de mercadería y personas normales.

De la totalidad de menores que han sido procesados; un 56 por ciento guarda detención en alguno de los centros de internamiento pero el 44 por ciento goza de medidas alternas para su rehabilitación y su posterior reinserción a los programas de reeducación. La jueza Tercera de Familia es consciente que aunque la Ley busca su rehabilitación eso no es posible porque las condiciones que esperan al adolescente no cambia en nada que cuando cayó en delito.