Lolotique, bajo el control de la Saylor Locos Salvatruchos

Las autoridades policiales no han confirmado si los asesinos del padre Walter Vásquez son integrantes de ese grupo criminal.

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Por Oscar Iraheta

2018-04-04 9:08:04

El municipio de Lolotique es uno de los más religiosos que hay en el oriente del país.

Es un pueblo que tiene comercio en pequeño y una gran parte de la población vive de las remesas familiares. Su extensión territorial abarca nueve cantones y 26 caseríos, por eso los policías consideran que los pandilleros tienen una zona fértil para cometer delitos como extorsión, homicidio y venta de droga.

Las fuentes detallaron que uno de los pandilleros, apodado El Callado, es uno de los cabecillas que se oculta en la zona conocida como Las Pilas y Cola de Mono. Los pandilleros movilizan armas y huyen por montañas hacia el municipio de Moncagua.

Después de una semana, las autoridades no han hecho pública ninguna captura relacionada al homicidio del padre Walter Vásquez Jiménez. El director de la Policía, Howard Cotto, no ha confirmado si los responsables del crimen fueron los pandilleros de la clica Saylor Locos Salvatruchos (SLS), la cual opera en el referido municipio y otros lugares vecinos.

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Walter Vásquez Jiménez, de 31 años, fue asesinado el jueves por la tarde por presuntos pandilleros en el sector de la Casona, cantón Las Ventas de Lolotique en San Miguel. Los delincuentes cubiertos con gorros pasamontaña lo mataron luego de bajarlo del pick up en el que se conducía.

Sin embargo, fuentes de la corporación policial afirman que el asesinato del padre Vásquez Jiménez tiene relación con los pandilleros que operan en los cantones del municipio de Lolotique. Desde el día del crimen trascendió que el sacerdote tenía desacuerdos con los mareros, pero no se ha establecido de qué lugar.

El padre Vásquez tenía más de un año de servir en el municipio de Mercedes Umaña en Usulután, en el lugar los vecinos dicen que hay presencia de la mara Salvatrucha.

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Vásquez Jiménez es el primer sacerdote asesinado desde el fin de la guerra.

Antes estuvo atendiendo la iglesia del municipio de San Buenaventura, donde los pandilleros que viven en la zona son de la 18.