Javier Simán: “Necesitamos un gobierno que atienda las necesidades básicas”

En esta entrevista, el precandidato a la presidencia de la República por el partido ARENA, Javier Simán, comparte sus valoraciones sobre la renovación en ARENA y sus propuestas de servicios públicos en caso de llegar a presidir el Órgano Ejecutivo en 2019.

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Javier Simán, precandidato a la presidencia por el partido ARENA para las elecciones 2019. Foto/ Lissette Lemus

Por Guillermo Miranda Cuestas

2018-03-21 9:37:22

¿Por qué la sociedad civil y especialmente los sectores más críticos hacia los gobiernos que tuvo ARENA deberían de confiar de nuevo?
Ha habido un desencanto con la clase política. Pareciera que la clase gobernante se agotó, ya no encuentran soluciones a los problemas del país y eso lo estás viendo con este gobierno del FMLN. En las últimas encuestas, un alto porcentaje de los salvadoreños ya no cree en los partidos políticos y eso es peligroso, porque lo malo no son los partidos políticos ni el sistema político, lo malo es algunos actores políticos. Entonces lejos de promover un cambio en el sistema político hay que promover un cambio en los actores políticos que generan ese descontento en la población.

¿Qué hizo que ARENA perdiera el Ejecutivo en 2009 y qué lecciones puedes destacar de ello?
Uno de los principales problemas es que tenías al presidente de ARENA que era el mismo Presidente de la República. Eso fue un error y fue un error permitirlo, porque tú no puedes tener esa doble función. De hecho, he sido muy crítico de personas en el partido que tiene muchos sombreros. Tú tienes que evitar al máximo el conflicto de intereses. Sí creo que en algún momento, en el último gobierno, se perdió el rumbo, se alejaron de los principios, se volvió más importante ser popular que ser capaz o ser honesto. El trabajo que se venía haciendo muy bien se desenfocó. No es lo mismo el populismo y la popularidad, que hacer las cosas bien para nuestra gente, que debería de ser la prioridad. ARENA ya aprendió esa lección, hay caras nuevas y nueva sangre en ARENA y se está volviendo a las raíces y los principios.

¿Qué implica el cambio que planteas tanto dentro como fuera de ARENA?
Vengo hablando de un cambio radical porque la población así lo está pidiendo. Hemos visitado todo el territorio y la gente está esperando un cambio, pero no uno superficial y cosmético como es el que nos han prometido todos los gobiernos, la gente quiere un cambio radical. Eso implica cambiar las cosas desde su raíz. El problema de seguridad lo tenés que atender desde su raíz, no solo darnos la impresión de que has bajado los homicidios como fue con las dos treguas. El problema de salud hay que atacarlo desde su raíz, no solo dar la impresión de que lo estás resolviendo.

Javier Simán, precandidato a la presidencia por el partido ARENA para las elecciones 2019. Foto/ Lissette Lemus

Hablemos sobre las primarias. Hay personas con cierta preocupación al tratarse de unas primarias entre personas de sectores comerciales importantes, en el sentido que la política sea administrada por grupos empresariales. ¿Qué le dirías a estas personas?
En mi caso tengo experiencia en el sector comercio pero vengo de la industria y además soy profesional, soy abogado. No estamos en este esfuerzo por buscar un beneficio económico, no necesito ese beneficio económico. Mis negocios no dependen del gobierno, no le vendo nada al gobierno, soy exportador. Lo que yo busco es un mejor país porque estamos en este mismo barco y si nos hundimos nos hundimos todos. Muchos dicen que esta es una contienda entre dos empresarios; pues mirá, creo que esta es una contienda entre los que queremos cambiar las cosas y los que quieren seguir haciendo las cosas a su manera. Y empieza dentro de ARENA el cambio que queremos. Ahora, lo curioso no es que vengamos del sector empresarial, sino que los tres venimos de afuera del partido, no somos candidatos que hemos hecho una carrera política, venimos de la sociedad civil tratando de cambiar las cosas. Es una visión diferente. En mi caso, tené por seguro que no ando buscando hacer negocio porque no hago negocio ni necesito hacer negocio con el gobierno. Se trata de hacer un mejor país para que a todos nos vaya bien.

¿Qué te diferencia a ti de tus adversarios?
Estamos pidiendo al partido que permita que sean los afiliados los que vean, comparen, hagan preguntas, conozcan y luego decidan. Que se nos dé la oportunidad igual a todos de que nos conozcan los afiliados. Estoy poniendo mi experiencia a disposición y mi preparación para ir a hacer lo que estoy convencido que hay que hacer para sacar a nuestro país adelante. ¿Qué andamos proponiendo? Regresar a lo básico. Necesitamos un gobierno que atienda las necesidades básicas. No nos corresponde andar vendiéndole sueños a la gente, tú tienes tu propio sueño y nosotros tenemos que asegurarnos de que lo puedas cumplir aquí en nuestro país, que tu sueño se vuelva el sueño salvadoreño y no estés buscando emigrar a conseguir el sueño americano. Ese es rol del gobierno, crear las condiciones y las instituciones que te permitan triunfar.

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Si de este proceso no resultas ganador, ¿cómo te ves en estos próximos meses?
Estoy muy confiado que con la voluntad de Dios y el apoyo de los areneros vamos a salir ganadores el 22 de abril. Como te digo, no ando buscando empleo, estoy abandonando mis ingresos, mi empleo, mis responsabilidad para hacer algo por el país que nos va a ayudar a todos. Yo estoy dispuesto a dedicar el tiempo que sea necesario para sacar a nuestros país adelante. De lo contrario, yo regreso de donde vengo, tengo responsabilidades que ir a atender. No es que esté buscando vivir de la política de aquí en adelante.

De ganar las primarias y luego la presidencia, ¿cuáles son las necesidades más inmediatas?
Antes de llegar a la presidencia hay muchísimo trabajo que hacer. Primero, la unificación del partido porque solo con una ARENA fuerte, fiel a sus principios nacionalistas, es que vamos a ganar en 2019. Tenemos primero que trabajar por recuperar ese orgullo nacionalista, no solo de los afiliados sino de todos los que se identifican con el partido y que de alguna manera se han alejado. Segundo, tenemos que conformar un gabinete. Nuestra idea es conformar una comisión de personas con mucha experiencia que en su vida empresarial o profesional se han rodeado de buena gente, personas capaces e idóneas, para que empiecen a hacer el proceso de selección de quienes nos acompañen en esta misión. Tercero, cuando lleguemos al gobierno no va haber tiempo de ir a aprender, desde el primer día tenemos que implementar y hacer una reingeniería de las instancias del gobierno. Luego hay retos que vienen encima una vez asumís la presidencia; por ejemplo, un mes después de asumir, se vencen casi $1,000 millones de deuda pública. No lo vas a resolver hasta junio de 2019, hay que comenzar a buscar esos acuerdos en la Asamblea Legislativa desde ahora. Otro reto es que a los tres meses de haber asumido empiezan a deportar a los salvadoreños que salieron beneficiados con el TPS y que ya les terminó. No vas a esperar hasta junio para resolver ese problema, hay que empezar a cabildear con el gobierno y con el Congreso de los Estados Unidos para buscar una solución permanente. Una vez asumamos, el reto más grande es la falta de oportunidades y el tema de la seguridad.

De llegar al gobierno, encontrarás un aparato estatal en el que la función pública no está tan fortalecida como quisiéramos. Hay varios miles de militantes de partidos políticos en cargos públicos, ¿cómo administrar este desafío?
Este gobierno ha aumentado 44,000 puestos públicos. Nosotros tenemos que diferenciar entre funcionarios públicos y funcionarios políticos. El funcionario público es aquel servidor que está haciendo carrera al servicio de la población, a ellos tenemos que garantizarles que va a poder escalar y para eso hay que hacer evaluaciones y todo eso. Pero hay que ver los que son militantes, si solo están llegando a cobrar su cheque o qué trabajo están haciendo porque en el gobierno no hay espacio para gente militante si no tiene la capacidad para el trabajo que esté haciendo. Se necesita la Ley de la Función Pública que está engavetada en la Asamblea Legislativa y que va permitir que los funcionarios públicos puedan desarrollar su carrera, pero también va a limitar a que el gobierno no sea un generador de empleo solo para militantes partidarios. Vemos oportunidades ahí de dar un mejor servicio a la población, porque con todo este aparataje estatal deberíamos de dar una atención mucho mejor, por lo menos en salud, seguridad y educación.

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Hablemos entonces de servicios públicos claves, como el de seguridad ciudadana.
Ese es un tema que nos puede tomar toda la mañana. Primero, pareciera que el gobierno no ha entendido cuál es el problema y debemos enfocarnos en entender el problema antes de buscar la solución; porque este es un problema social, es un problema económico, también es un problema de narcotráfico y lavado de dinero, de violencia familiar, de raíces sociales. El gobierno cree que este problema es por la pobreza, pero Nicaragua es más pobre que nosotros y no tiene este problema. Si tenés las premisas equivocadas la solución va a ser totalmente inapropiada. Tú tenés el consejo consultivo de seguridad, que es un comité enorme donde todo mundo participa pero lo que ellos proponen no tiene nada que ver con lo que el gobierno está haciendo, lo tiene de adorno. Si vas a tener a los ciudadanos participando, dales un rol que realmente nos dé recomendaciones para hacerlo. Creemos que hay que trabajar mucho en la prevención, hay que ir a meterse a los barrios y las comunidades. Tienes el área del combate, que no solo quiere decir mano dura; tiene que ver con que la Fuerza Armada tiene un rol diferente al de la Policía. Uno es seguridad pública y el otro de soberanía nacional. No pueden andar juntos, tienen diferentes responsabilidades. ¿Qué hacen los reos en las cárceles? Es decir, ¿cuál es tu política penitenciaria? Tienes revueltos a los que están detenidos con los que están condenados y eso no se puede. Hay que revisar también las instituciones que son parte de la solución. Hay mucho que hacer también en el tema de rehabilitación y reinserción de los reos.

Foto/ Lissette Lemus

ARENA propuso “segundas oportunidades” en su programa legislativo para rehabilitación y reinserción. ¿Cuál es tu visión en este tema?
Comparto que hay que buscar medidas de rehabilitación y reinserción, pero creo que hay que empezar un poco más atrás. ¿Cuál es la política penitenciaria? Es decir, ¿cómo separamos a los reos? ¿Qué hacen los reos mientras están cumpliendo sus sentencias? ¿Cómo es posible que todavía haya teléfonos celulares en las cárceles? ¿Qué están haciendo los reos para garantizar que cuando salgan vivan una vida productiva? Los deberían de estar capacitando en oficios para que se puedan autoemplear. En fin, hay que empezar un poco más atrás en este tema, no solo es buscar darle una segunda oportunidad. Les vamos a dar una segunda oportunidad pero si no los hemos preparado para esa segunda oportunidad, hay una alta probabilidad de que fracasen.

Entremos al tema económico, ¿cómo generar un mercado laboral dinámico?
La pregunta que te tenés que hacer es quién genera los empleos. No es el gobierno, son los ciudadanos, son los privados. Cuando hay confianza y se arriesgan a montar sus negocios, sus firma de abogados, su clínica, su taller… Eso depende de la confianza y de la seguridad que existe en el país. Y eso sí es responsabilidad del gobierno; la confianza y la seguridad. El gobierno tiene que facilitar para que más salvadoreños se animen a montar negocios, ahí van a venir las oportunidades. No solo hay que pensar en cómo traer inversión extranjero, eso por supuesto que hay que hacerlo, sino también motivar a los pequeños emprendedores porque son ellos los que la ven más difícil con la tramitología, la burocracia, la arbitrariedad de las instituciones de gobierno en ayudar a montar un negocio. Se vuelve tan difícil hacer negocios en el país que la mayoría de la gente prefiere seguir en la informalidad.

¿Cómo interviene en todo esto la política social desde tus perspectiva?
El gobierno tiene que invertir en infraestructura. Eso no solo te genera empleo, sino que te hace más competitivo, más atractivo para que los emprendedores monten negocios o los extranjeros vengan al país. Lejos de estar endeudándose para gasto ordinario, el gobierno pudiera endeudarse para infraestructura pública. Hay muchos programas sociales que hay que mantener, pero otros hay que reenfocarlos y rediseñarlos, porque un subsidio debería estar diseñado para ayudarte a sacar a la gente de la pobreza, no como una herramienta electoral para que sigan votando por el que se los regala. Y eso es lo que hemos visto por años; subsidios que no ayudan a salir de la pobreza, sino que solo sirven para que la gente vote por el partido que está en el gobierno. Hay que mantener esos subsidios pero rediseñarlos. Por ejemplo el subsidio eléctrico: $1,900 millones en 7 años. Con esa cantidad de dinero ya hubieras construido presas hidroeléctricas, pozos geotérmicos, granjas eólicas, granjas solares.
Todo eso implica que el gobierno tenga los ingresos para realizar esta inversión y la situación fiscal del país no es la mejor.
Al contrario, creo que la situación fiscal del país es la mejor que ha habido en toda la historia. Este gobierno es el que más impuesto ha recaudado en la historia del país: $4,400 millones. El último gobierno de ARENA en 2009 recaudaba solo $2,600 millones. Entonces ya tienes los recursos, la pregunta es qué está haciendo el gobierno con esos recursos.

¿No ves la necesidad de nuevos impuestos o de readecuar la estructura tributaria?
Hay que eliminar impuestos porque hay impuestos que te están deprimiendo la economía. La economía no crece porque hay muchos impuestos. El gobierno está bolseando a todos los salvadoreños y los está dejando sin recursos, recursos que pudieras utilizar para mejorar tu calidad de vida, para educar a tu hijo, para ampliar tu casa o comprar carro. Pero el gobierno los está bolseando y se lo está gastando de una manera que no se refleja en mejores servicios a la población. Si nuestra economía creciera al doble como la de Honduras, el gobierno recaudaría más impuestos sin necesidad de poner nuevos impuestos.

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Te planteas como un hombre de fe. En el gobierno hay asuntos que se encuentran con temas religiosos, ¿cómo manejar este balance?
Es que no debería haber ninguna incompatibilidad. Uno no va al gobierno a imponer su fe, uno va al gobierno a respetar la Constitución. Para un gobernante, su guía es la Constitución de la República. Por supuesto que sus principios y sus valores dependen mucho de su fe y no va a hacer nada en contra de eso. Pero a veces entramos en discusiones que pueden ser importantes pero son bastante irrelevantes ante la situación que está viviendo la población. Cuando recorres la población te das cuenta de los problemas que está sufriendo. Nuestra gente no tiene qué comer, está sufriendo la inseguridad. Cuando ves esos problemas tenés muy claro que la prioridad de los salvadoreños es buscar empleo y vivir más seguro. Ante esas dos prioridades hay otros temas sociales que a veces pasan a segundo plano y que no conviene entrar a esas discusiones mientras no resolvamos los problemas reales. El gobernante tiene que ir a respetar la Constitución, no imponer sus nuevas ideas ni su nueva visión de país. Ahí es donde nos hemos perdido en el pasado porque cada cinco años viene un nuevo gobernante con una nueva visión de país que cambia el rumbo y no hemos ido a ningún lado. El rumbo está claro en la Constitución.

Precisamente por la situación de pobreza y otros factores se vincula la interrupción del embarazo con necesidades de primer plano.
Sí, lo que pasa es que no podemos jugar a ser Dios. Entre el derecho a la vida del bebé y el derecho de la madre de escoger. Se trata de que acompañemos a esas madres desde el principio con una mejor educación, con un mejor acompañamiento, con mejores oportunidades, con hogares dignos, con seguridad financiera para que no lleguen a esa situación. Y es ahí donde podemos hacer una gran diferencia: empezar a acompañar a nuestra población desde temprana edad. Aquí se mueren 15 personas diarias por homicidio y nadie dice nada por ellas. Ahí hay niños, madres, mujeres embarazadas, policías. Pero si hacen mucho ruido por cinco casos al año que se han dado de sentencias por algún caso de aborto. Creo que hay que enfocar las prioridades, los salvadoreños no podemos seguir viviendo la situación en la que estamos. Requerimos de un cambio radical, queremos vivir en paz, en prosperidad, que a todos nos vaya bien para que alcancemos nuestro propio sueño salvadoreño en El Salvador. Tú le preguntás a la mayoría de jóvenes y todos quieren aprovechar cualquier oportunidad para irse a Estados Unidos. ¿Qué hay en Estados Unidos? ¿Por qué no lo podemos tener aquí? Ese es el reto del gobierno, generar esas oportunidades.