Homicidios de pescadores en el Cerrón Grande siguen en la impunidad

Más de doce homicidios de pescadores y habitantes de las riberas del Embalse del Cerrón Grande, siguen en la impunidad. Hace una semana fue asesinado el último pescador en el Tablón.

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Por Óscar Iraheta /Diana Escalante

2018-03-19 11:22:41

La Policía no duda de que los responsables de cometer varios homicidios en la zona del Embalse del Cerrón Grande, son los pandilleros que operan en la zona de El Tablón, Santa Bárbara, La Angostura y otras islas del lugar, las cuales se han convertido en una zona de alto índice delincuencial en los últimos dos años.

El último hecho de violencia que ocurrió en el embalse fue en el cantón El Tablón, donde el 12 de marzo fue asesinado José Francisco Solís Flores, de 39 años. Otro pariente, había sido ultimado el 4 de marzo en el mismo lugar.

En febrero pasado en el lugar conocido como La Conacastera, en el municipio de El Paisnal, al norte de San Salvador, un cabecilla de la 18 murió en una balacera. La Policía asegura que esa zona se ha convertido en escondite de varios sujetos de la pandilla 18.

El viernes 9 de febrero pasado, varios cabecillas de la referida estructura delincuencial fueron sorprendidos por la Policía. En el hecho, murió un pandillero que no fue identificado por falta de documentos de identidad. Su rostro estaba tapizado de tatuajes de la 18. El sujeto tenía un fusil y una pistola en su poder y su cadáver quedó entre las aguas del lugar.

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A diez kilómetros de distancia sobre el agua, en el cantón El Tablón, del municipio de El Paraíso, en Chalatenango, el 21 de octubre de 2017, José, de 51 años, y Pablo, de 47, ambos de apellidos López Alberto, fueron asesinados en el interior de una canoa cuando regresaban de pescar.

Las víctimas habitaban en condiciones modestas en el cantón El Tablón. Trabajaban de pescar en el embalse y de cultivar maíz y frijol. Estos oficios los aprendieron de su padre desde que eran niños.
El doble homicidio dejó en desamparo a los padres, ya que estos dependían de los dos hijos asesinados para su manutención.

Los dos hermanos estaban solteros, eran inseparables y por eso la gente decía que parecían gemelos. En el cantón eran admirados por ser muy trabajadores y generosos con el fruto de su trabajo.

José y Pablo salían desde temprano a pescar en su canoa y, algunas veces, regresaban hasta el amanecer para encontrarse con comerciantes a quienes les vendían a 3 dólares la docena de pescado, según lo relataron sus padres. La Policía sospecha de quiénes son los pandilleros que cometieron el doble homicidio, pero hasta la fecha no hay detenciones.

 

 

Nueve días antes, siempre en el mismo lugar, un joven habitante de la zona (que se ganaba la vida vendiendo golosinas en los buses) fue ultimado por los pandilleros de la mara Salvatrucha.

El 29 de octubre de 2017, dos hermanos fueron asesinados en una isla en el cantón Santa Bárbara, en El Paraíso.

Leonel Eliseo Guardado Sánchez de 19 años y Juan Rubén Landaverde Miranda de 17 desaparecieron un viernes por la tarde.

Sus cadáveres fueron encontrados al día siguiente en una canoa y con varios disparos de escopeta en varias partes del cuerpo. Ambos salieron a pescar y ya no regresaron a su casa, dijeron sus parientes.

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Les llaman “Los Veteranos” o “Los Vigilantes”. Patrullan de noche con los rostros encapuchados y con armas legales e ilegales; de día mantienen una red de inteligencia que es imposible que un pandillero se les cuele.

Los investigadores de la Policía sospechan que una de las víctimas había tenido una relación sentimental con una muchacha, quien al mismo tiempo, era novia de un marero del municipio de El Coyolito.

La falta de presencia policial en las aguas del Cerrón Grande y la pasividad de la Policía en perseguir a los pandilleros, recrudece la violencia en un lugar con bellos paisajes y rica en su flora y fauna, de los que depende la subsistencia de muchos pobladores.