CUSCATLÁN. Si por alguna razón usted tiene la oportunidad de viajar por el municipio de San Ramón, en el departamento de Cuscatlán, y se encuentra con un rótulo que dice “Los Encantos del Duende”, no dude en hacer un alto y de ser posible tomar algunos minutos para conocerlo.
Se trata de un pequeño sitio turístico privado, de carácter rústico, pero que está en vías de desarrollo. Hasta el se llega por la carretera El Litoral.
A la entrada del terreno los visitantes se encontrarán con una plantación de verduras y de otras plantas comestibles.
En la parte de abajo, a la que solo se accede descendiendo por 120 gradas de cemento, hay tres piscinas artesanales cuya agua proviene de vertientes naturales, una ramada para descansar, mesas, vestidores y cocina.
Sobre el porqué del nombre Los Encantos del Duende, esto tiene que ver con una leyenda que muchos residentes repiten con mucho orgullo.
Aseguran que hace muchos años, en tiempos de sus abuelos, del interior de una cueva que también está en la parte baja del terreno salía un pequeño duende travieso.
Este personaje solía lanzar piedritas a las señoras que llegaban a lavar a los vertientes que están ahí, y al final les tiraba una monedita de oro.
Una figura del duende, hecha de barro, está en la entrada de la mencionada cueva como si resguardara su tesoro.
Los ramonenses, como les llaman a los oriundos de esa localidad, afirman que la cueva es tan profunda que no se encuentra la salida. Incluso cuentan que algunas personas que han tratado de adentrarse en ella se han visto obligadas a retornar a la entrada porque sienten que se agota el oxígeno.
Sin embargo, Eusebio González, responsable del sitio, explicó que hoy en día no se puede entrar a ella porque como allí nace el agua han hecho un reservorio para abastecer las piscinas, dos son para adultos con una profundidad entre 1.50 y 1.65 metros, y la tercera que es para niños, de 60 centímetros.
“La gente le gusta ir a la entrada de la cueva para ver el duende”, dice.
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Don Eusebio, como le suelen llamar sus vecinos, explicó que con esfuerzo, poco a poco, han ido dándole forma al balneario.
Al principio no les llamaba mucho la atención la idea de hacer allí un centro de descanso familiar, pero se terminaron de decidir ante las sugerencias de los mismos residentes.
“ Queríamos y no queríamos (aventurarnos en el proyecto), pero la gente fue pidiendo. Así fue como primero hicimos dos piscinas y luego la tercera”, comentó.
González manifestó que en invierno los vertientes de agua natural que hay en el terreno generan mucha agua al punto que se forman especie de chorrones.
Este centro recreativo, ubicado a escaso metros de la entrada del municipio, está abierto desde las 8:00 a.m. y cierra a las 5:00 p.m.
El valor de ingreso es de $1.00 para los adultos, pero los menores de siete años de edad no cancelan nada. El parqueo vale $1.00 también.
Los fines de semana, cuando llegan más visitantes, suelen instalar una venta de pupusas. Mientras, los comerciantes de la zona llegan a vender fruta pelada. No obstante, si usted realiza una visita en el transcurso de la semana es recomendable que lleve comida. Quienes estén interesados en conocer Los Encantos del Duende pueden contactar con la unidad de turismo de la Alcaldía de San Ramón para pedir más información y coordinar una visita.
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María Francisca Castillo de Rivera, delegada de Turismo de esa municipalidad, informó que los días de feriado nacional, incluso el Sábado de Gloria y el 1 de enero, es cuando se da más afluencia de turistas que proceden de los municipios vecinos, entre ellos Cojutepeque, San Cristóbal, Santa Cruz Analquito.
Castillo de Rivera detalló que en el marco de la romería de la Virgen de Los Remedios, que se llevó a cabo en ese municipio en febrero pasado, muchos de los fieles que llegaron aprovecharon para visitar el lugar turístico. En cuanto a la seguridad, sostuvo que el municipio es bastante tranquilo y en la zona hay presencia de soldados y policías.
Para las personas que disfrutan de sembrar plantas en casa, o cocinar con productos frescos, les resultará muy agradable la experiencia de colectar y sobre todo adquirir a buen precio las verduras que se cultivan en ese sitio.
Para diciembre suelen vender rábanos, berro, pipianes y pepino. Sin embargo, en febrero se encuentran güisquiles, cilantro y mora.
Para finales de agosto, coincidente con las fiestas patronales, en ese lugar también se pueden degustar mamones.
Eusebio González explicó que la mayor parte de lo que se produce en Los Encantos del Duende se lleva a comercializar a los mercados vecinos.
Dado que en el turicentro hay un estanque en donde cultivan tilapias, los visitantes de igual manera pueden aprovechar para llevar a casa: La libra vale $2.00. Según se conoce El Encanto de Los Duendes es uno de los sitios que desde la alcaldía se ha tratado de potenciar como destino turístico, para favorecer el desarrollo de la zona.