Arnoldo Romero: “Él preferiría que le siguieran llamando Padre Romero”

En Ciudad Barrios, de donde es originario el Beato Romero, hay una enorme alegría porque será santo.

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Por Iliana Ávila

2018-03-07 7:36:01

Al frente de una gran librera se encuentra una fotografía de don Tiberio Arnoldo Romero. En el cuadro se le observa recibiendo la eucaristía de manos de su hermano, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, cuando aún era párroco en la ciudad de San Miguel. Hoy revive con alegría el anuncio de la canonización de su hermano mayor.

“Es una felicidad que no se puede explicar, esta noticia nos ha dejado con una inmensa alegría, no solo a la familia si no que a todas las personas que lo conocieron. Cuando lo beatificaron, yo dije que no pensáramos que era solo para la familia sino de todos, que podemos pedir todos por igual”, expresó.

Arnoldo Romero, de 91 años, aún recuerda con claridad las conversaciones con su hermano, como aquella que sostuvieron días antes de que el Beato Romero fuera trasladado a San Salvador y lo nombraran Secretario de la sede de la Conferencia Episcopal de San Salvador.

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“Antes de trasladarlo un obispo auxiliar, que era norteamerciano, dijo que para que no se fuera molesto le iban a conseguir el nombramiento de Monseñor porque él solo era padre, esa era una noticia que no la esperaba, pero él le dijo a la gente que prefería que le siguieran llamado Padre Romero” recuerda.

Don Arnoldo todavía mantiene presente el esmero con el que su hermano trabajó para poder contribuir con la construcción de la catedral Basílica de San Miguel, la reparación de la Iglesia Santo Domingo y la iglesia San Francisco de Asís.

“Siempre estuvo al pendiente de la catedral en construcción, hacía unas entradas en el mes de septiembre para recaudar fondos, cada barrio llegaba una tarde y el daba la noticia de con cuanto llegaban (dinero) todo era con transparencia. Así fue trabajando hasta que terminó, la pintaron y quedo muy bonita, luego lo trasladaron”, recordó.

Don Arnoldo no oculta la molestia que sintió en el momento que el Padre Romero fue trasladado a San Salvador, al ver todo el esfuerzo que hizo su hermano para terminar la construcción de la Catedral Basílica: “el me dijo, (que) no me quitan, me trasladan, y como yo doy voto de obediencia tengo que obedecer. Él se fue de acá para siempre”.

En 1970, Óscar Arnulfo Romero fue nombrado Obispo Auxiliar de San Salvador y en 1977 se convertió en Arzobispo de San Salvador.