“Paren la violencia”, clama el padre de jóvenes asesinados

Prueba de ADN reveló identidad de los hermanos hallados semienterrados. Fueron sepultados en Chalchuapa

descripción de la imagen

Por Oscar Iraheta/ Cristian Díaz

2018-03-03 10:08:32

Las pruebas de ADN terminaron con la incertidumbre de la familia de Jaime Ernesto, de 22 años; Óscar Alejandro, de 24, y José Mario, de 27, todos de apellidos Salazar Serrano. Estos estudios determinaron que los cuerpos hallados el pasado 9 de febrero son los de los tres hermanos, quienes desaparecieron cerca del Mercado Colón, de Santa Ana.

 

 

El pasado viernes fueron enterrados en el cementerio general de Chalchuapa por sus familiares.

Los cadáveres de los tres hermanos estaban semienterrados en la hacienda San Francisco de Santa Ana, después de haber sido reportados como desaparecidos el 29 de enero.

Tras cerca de un mes de investigaciones, los restos de las víctimas fueron entregados a sus familiares en la colonia Cuzcachapa, en las afueras de Chalchuapa, donde residían los jóvenes y fueron velados.

Ver:

Análisis de ADN confirman identidad de tres hermanos asesinados por pandillas en Santa Ana

La identificación de los cuerpos tomó cerca de un mes

“Quisiera que le pusieran paro (a la violencia), no por mis hijos porque ellos ya van de camino, sino por los jóvenes que quedan. Es una lástima que tanto joven esté desapareciendo. He quedado completamente destrozado, no quisiera que otros padres sufrieran lo mismo que yo”, clamó el padre de los jóvenes mientras tomaba fuerzas para no quebrantarse.

“Eran unos muchachos bien honestos, no andaban en malas cosas. Me duele porque jamás fueron malas personas”, dijeron allegados a la familia.

Los tres hermanos fueron educados en un hogar con mucha disciplina. No hubo vicios y vagancia, su padre era un hombre serio y su madre una vendedora en las calles y mercados de Santa Ana.

Seguir viendo:

Cadáveres encontrados en finca serían de tres hermanos reportados como desaparecidos en Santa Ana

Las autoridades han encontrado más de un cadáver en estado de putrefacción en la hacienda San Francisco del Cantón Cutumay Camones, en Santa Ana

A todos les gustaba mucho la mecánica automotriz, pero solo Óscar Alejandro la realizaba para ganarse su salario y mantener a sus dos hijos, uno de ellos de 5 años, quien desde el día de la desaparición, no ha dejado de preguntar por su padre. Su otra hija, apenas cumplió siete meses de edad.

Jaime Ernesto estudiaba segundo año de la carrera de Derecho. José Mario trabajaba en una maquila de la zona.

El día que desaparecieron, los hermanos regresaban de comprar repuestos cuando se estacionaron en calle La Campiña porque su madre compraría unos vegetales. La señora regresó y sus hijos no estaban, tampoco la camioneta.

Pero al llegar a la casa, ellos no estaban. Parientes, que salieron a buscarlos vieron la camioneta en una calle conocida como la 25 pero la perdieron de vista.

Los jóvenes y sus asesinos pasaron frente a la delegación norte de Santa Ana e ingresaron a una colonia atestada de pandilleros de la 18, pero los investigadores afirman que las víctimas estaban en terrenos dominados por la MS.