Leiva, el comerciante de billetes del centro

Las denominaciones de los billetes que comercializa son variadas. Jorge Leiva tiene siete años de dedicarse a ese negocio.

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Por Enrique Carranza

2018-02-24 7:34:23

SAN SALVADOR. Por 300 dólares usted puede adquirir en el Centro Histórico de la capital un álbum con billetes de la mayoría de países de América.

La colección está formada por 115 ejemplares de diferentes denominaciones, todos resguardados en páginas plastificadas.

Jorge Leiva, quien se dedica a la comercialización de monedas y billetes en la esquina oriente de la Biblioteca Nacional, es el propietario de la extensa colección.

“Esta (la colección) la obtuve con otra persona que tenía una más extensa. Algunos de los billetes están en curso legal, otros no”, explica Leiva.

Al pasar las páginas de la carpeta, en la cual están guardados esos billetes, se logra la sensación de como si se viajara por cada país de donde provienen.

“Hay de Paraguay, Canadá y Brasil, entre muchos otros”, comenta Leiva mientras pasa las hojas del folder.

Los colores, tamaños y personajes plasmados en los mismos son variados, en algunos llama la atención el estado casi impecable en el cual se mantienen.

Inicios

El local de Leiva es pequeño y en su interior la vitrina, acompañada de una mesa, además de un aparador, son utilizados para mostrar la variada mercadería que distribuye.

“Antes vendía repuestos industriales, pero por cosas de familia debí trasladarme hacia Usulután, dejé mi trabajo formal, y al regreso a San Salvador comencé a vender productos chinos en escuelas, luego me aventuré por un local en el centro de San Salvador, siempre con cosas chinas. Un día, ella (su compañera sentimental) puso en la vitrina unas monedas de El Salvador y se vendieron, vimos que era negocio y así comenzamos”, recuerda Leiva.

También comenta sobre uno de los billetes más fuera de lo común que ha pasado por sus manos, “era salvadoreño, no recuerdo de cuánto era, pero si que tenía una locomotora en el reverso, era como de 1892”, dice.

Además, hace un breve repaso por la historia de la moneda salvadoreña.

No todo ha sido fácil para Leiva, al inicio debió pagar el precio de incursionar en un mercado que hasta ese momento le resultaba desconocido.

“La inocencia o mejor dicho el desconocimiento hizo que me fuera mal al inicio. A veces compraba billetes y los vendía baratos, luego me enteraba cuál era el precio real. Otras, quien me asesoraba me los compraba, igual caía”, dice Leiva.

Además, de monedas y billetes, en ese local hay antigüedades, según el propietario, las de bronce son las más buscadas. “También hay piedras con cristales y candeleros, esos los compran para adornos”, comenta.

Este comerciante se siente satisfecho con su trabajo, sostiene que muchas veces el dinero que reúne es suficiente para estar solvente con sus responsabilidades.

No repara en quejarse por los inconvenientes que ha tenido su negocio, debido a los trabajos de remodelación de plazas que realiza la municipalidad desde hace un año.