Policías reclaman que no hay grupos élites contra las pandillas

Fuentes policiales que pidieron reservar su identidad por temor a represalia, dijeron que las autoridades crearán una sola unidad élite con policías del GRP, FES, y GOPES. Los agentes expresaron su descontento por los traslados, según ellos, injustificados.

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Fuerza Especializada de Reacción de El Salvador (FES). foto edh / archivo

Por Oscar Iraheta

2018-02-11 10:01:46

El traslado de más de 25 efectivos, entre agentes, cabos y sargentos que formaban parte de la Fuerza Especial de Reacción de El Salvador (FES), ha provocado descontento entre la mayoría del personal.

Los afectados, quienes pidieron reservar su identidad por temor a represalias, aseguran que los cambios se deben a una “futura desarticulación y reducción de la operatividad” de la segunda unidad élite que tiene la Policía Nacional Civil.

Las fuentes afirmaron que, además, será desarticulado el Grupo de Operaciones Policiales Especiales (GOPES).

Documentos en poder de El Diario de Hoy confirman que el último traslado firmado y ordenado por el subdirector de la PNC, Baldemar Flores Murillo, se llevó a cabo el pasado lunes 5 de febrero.

La orden revela que una docena de efectivos de la FES “deberá presentarse a las jefaturas de las delegaciones” en San Vicente, San Salvador, Cabañas y otras delegaciones para realizar tareas de seguridad pública y no labores en misiones especiales.

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Consideró que imputado podría entorpecer las investigaciones que la Fiscalía sigue contra el grupo élite.

Las fuentes policiales aseguran que el primer traslado ocurrió en diciembre pasado.

“Estamos muy desmotivados y algunos compañeros molestos. Nos han traslado sin ninguna justificación a otras áreas de seguridad pública donde estaremos desperdiciados, ya que nuestra capacidad operativa es para trabajar de otra manera”, expresó uno de los afectados.

Los informantes aseguraron que solo cuatro integrantes de la FES fueron removidos de la unidad sospechosos de haber participado en la supuesta ejecución de un pandillero en el norte de San Salvador. En la nueva orden, girada hace una semana, no se detalla el motivo de los traslados.

En el mismo documento también se incluyen más de 200 traslados de agentes, cabos, sargentos y empleados de áreas administrativas.

Los efectivos del referido grupo élite expresaron sus molestias por los cambios y la incertidumbre, ya que aseguran que la mayoría de personal tiene procesos abiertos de investigación por haber participado en enfrentamientos con los pandilleros.

“Estamos preocupados porque no sabemos qué pasará con nuestros procesos. No esperábamos que las autoridades nos pagaran con esto cuando nos hemos entregado hasta con la vida en el terreno. Es injusto”, razonó un agente.

El jueves anterior, durante una conferencia dirigida por la vocera oficial de la institución, subcomisionada Karla Andrade, confirmó que en 2018 los enfrentamientos entre pandilleros y policías se han reducido un 37 % respecto a los ocurridos en 2017. Andrade atribuyó la reducción a “la reacción policial en el terreno”.

Los traslados, no confirmados por las autoridades, se suman a la desarticulación del Grupo de Reacción Policial (GRP), considerado el principal equipo élite que tenía la Policía para responder ante una emergencia terrorista o provocada por las pandillas.

Los traslados de los agentes a tareas de seguridad pública se llevaron a cabo luego que una agente policial y un efectivo del GRP desaparecieran al finalizar una fiesta en la referida unidad.

Un golpe a la economía familiar de los efectivos

Los informantes aseguran que los traslados del personal afectarán su economía familiar, ya que dejarán de recibir el dinero extra que paga la corporación policial por ser parte de una unidad especializada.

“Es triste la realidad que vivimos. Nos hemos sacrificado días enteros tratando de superarnos para ganar un par de dólares más para mantener a nuestros hijos y hoy nos mandan de nuevo a donde hace muchos años empezamos; es desmotivante y dan ganas de dejar la Policía”, sostuvo uno de los efectivos élite.

Los agentes revelaron que cada mes recibían entre 160 y 180 dólares como parte de un bono extra por ser de una unidad élite y otra cantidad de dinero para alimentación.

El mismo beneficio recibían los policías del GRP que fueron trasladados hacia delegaciones policiales para realizar tareas de seguridad pública en enero pasado. Las autoridades prometieron seguirles dando ese dinero.

“Nos están mandando a lugares lejos de nuestras casas, lo que implica un gasto extra en nuestra economía y sobrevivimos en peligro de ser identificados por los pandilleros”, explicó un agente.

El último curso que realizaron los efectivos de la FES se realizó hace tres semanas y “hubo un gasto de municiones, las cuales hacen falta en la operatividad diaria”, afirmó una fuente policial.

Cambio de jefe redujo operatividad policial

El 1 de enero de 2018 el director de la Policía, Howard Cotto, ordenó 45 cambios en jefaturas. Uno de esos cambios ocurrió en la FES, la cual estaba a cargo del inspector jefe José Cisneros. El nuevo jefe es el subcomisionado César Ortega, quien asumió el nuevo cargo tras dirigir la delegación de Soyapango.

Los denunciantes señalaron que Ortega cambió la línea de trabajo que se venía desarrollando y, en su primer discurso, expresó que se investigaría exhaustivamente al personal que estuviera involucrado en enfrentamientos con los pandilleros.

“Las nuevas órdenes han desmotivado al personal porque parece que las autoridades se ponen del lado de los pandilleros y no de los policías. Se nos pidió que evitáramos el contacto y abrir fuego contra los pandilleros en las montañas”, sostuvo un agente.

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El director de la corporación Howard Cotto explicó que las funciones del grupo élite, suspendido temporalmente desde la fecha de la desaparición de la agente Carla Mayari Ayala, son asumidas por otras unidades.

Los efectivos policiales aseguran que, en lo que va del año, los equipos de la FES sólo han registrado un enfrentamiento. Este ocurrió en Zacatecoluca y dejó el saldo de un pandillero muerto.

En ese mismo periodo de tiempo, pero después de su creación, el director Cotto anunció que la FES había recuperado viviendas e incautado armas.

Dos meses después, el jefe policial afirmó que los efectivos estaban destacados en 10 municipios. Entre ellos San Salvador, Santa Ana, Sonsonate y San Vicente, obteniendo como resultado la disminución de “muchos delitos”.

Después de un año, las autoridades realizaron un acto de rendición de cuentas de la FES, donde destacaron la reducción en la cifra de homicidios y las extorsiones.

Tras el aniversario de la FES, un video publicado en las redes sociales de la Policía afirmó que la unidad élite había detenido a 30 mil pandilleros y decomisado 3 mil armas.

El 16 de febrero de 2017 el vicepresidente Óscar Ortiz, junto al gabinete de Seguridad, visitó un campamento móvil ubicado en la hacienda San Lorenzo de San Matías, en La Libertad.

Todos llegaron en vía aérea a la zona para verificar los resultados y el trabajo de más de 100 hombres de la FES que llevaron a cabo una operación de 72 horas. “No están solos”, dijo Ortiz.

Luego agregó: “Vamos a seguir invirtiendo en nuestra Policía y en nuestros miembros de las Fuerzas Armadas en todo sentido: equipamiento, tecnología e iremos mejorando gradualmente las condiciones personales y de equipo de cada miembro de nuestras instituciones. Estamos ya trabajando para tener una base propia de la Fuerza Especializada”.