Juancito ya no va a la escuela porque le robaron la silla de ruedas

Moisés carga a su hermano Juan Isaí, de 12 años. Al fondo los observa su abuela, Irma Rivas, de 77 años, quien es la responsable de los niños.

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Foto EDH/Marisela ??vila

Por Iliana ??vila

2018-02-01 8:28:58

SAN MIGUEL. Hace 12 días robaron 37 computadoras, equipos y la silla de ruedas del Centro Escolar del cantón Llano El Coyol, en el municipio de El Tránsito. La silla era de Juancito, un alumno de 2o grado.

Juan Isaí Larín Coto, de 12 años, padece de parálisis desde los ocho meses de nacido, relataron sus parientes, quienes no tienen un diagnóstico médico reciente de la condición del niño.

El niño no logra articular palabras y solo emite sonidos, tampoco puede movilizarse solo.

El año pasado Juancito fue recibido en la escuela del cantón para cursar primer grado, este año ya formaba parte de la lista de alumnos de 2o grado, pero no ha podido asistir a sus clases.

Moisés ayuda con el cuido de su hermano. Foto EDH/Marisela Ávila

La encargada de llevar al niño viajaba en autobús desde el caserío La Ceiba hasta el la escuela del cantón, ya en la institución utilizaba la silla de rueda para movilizarlo; la silla también servía como pupitre.

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La silla de ruedas quedaba en la escuela porque trasladar al niño y la silla en autobús resultaba complicado, explican los parientes.

“La silla se queda en la escuela porque les era difícil viajar con ella en el bus, ya tenía su puesto en el salón de clases y le servia para movilizarse dentro de la escuela, no nos esperábamos que se perdiera de esta forma”, dijo con tristeza una maestra de 2o grado, quien pidió omitir su nombre.

La docente recuerda la provechoso que fue la asistencia del niño a las clases.

“Él tiene sobre edad (escolar), pero le ayuda mucho venir a la escuela. Él interactúa, yo le decía que quería oírlo cantar y me cantaba a su manera. Los niños lo ven como un compañerito más. Se divierte mucho cuando está en el recreo porque ve muchos niños con los que se relaciona”, comentó la maestra de 2o grado.

Ahora el niño se queda en casa. “Acá estamos bien, no tenemos calor”, dijo Irma Rivas Reyes, de 77 años, abuela de Juancito mientras está sentada en una hamaca bajo una galera hecha de lámina. Junto a ella están Juancito y uno de sus hermanos.

Foto EDH/Marisela Ávila

A partir de noviembre de 2017, Irma es la encargada de Juancito y sus dos hermanos menores.
La madre de los niños fue arrestada por la Policía Nacional Civil.

Debido a la ausencia de la madre, el niño ya no asiste a las terapias que recibía en una institución, no ha visitado al médico, dejó de asistir a la escuela y ya no recibe la canasta básica mensual que le otorgaban en Ciudad Mujer de Usulután, porque no cuenta con el apoyo de otra persona que le ayude a movilizarse.

“Al niño le encanta ir a la escuela, estar en la computadora, son risadas las que se tira, ya se sabe los colores y con las terapias ha logrado ser más solido porque era un pollito aguado ??? hoy el hermano es el que me ayuda a llevarlo a cama y cambiarlo, yo no puedo porque estoy enferma”, explicó la abuela.

La silla de ruedas que tenía del niño se la habían regalado.

“Yo le agradecería a alguien que me done una, no tengo cómo comprarla, esta sillita (tipo mecedero de pitas) se la compré de una pensión que me dan de un hijo, en esta silla no se puede mover; el hermano me lo lleva a la cama, lo cambia y bailan”, describió la abuela.

La zona donde vive la familia es de alto riesgo.

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