Emotiva despedida para hermanos que fueron asesinados

Los jóvenes de 15 y 18 años fueron sepultados el miércoles la capital. Eran estudiantes, servidores en una iglesia y hacían voluntariado.

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Mientras que Yahir recién había terminado el noveno grado, con altas calificaciones, y se disponía a iniciar su bachillerato, relataron los dolientes. Foto por Lissette Monterrosa

Por Diana Escalante

2018-01-10 7:47:48

SAN SALVADOR. Los hermanos Jasson y Johan Rodríguez Orellana, de 18 y 15 años respectivamente, eran inseparables; se cuidaban entre ellos y tenían anhelos similares, eso es lo que contaron varios de sus allegados, la tarde del miércoles, en el funeral de los jóvenes.

Ambos fueron víctimas de la violencia, la noche del lunes. Varios sujetos con apariencia de pandilleros irrumpieron en la vivienda de la familia y los mataron a balazos ante el resto de moradores.

Toda la familia tenía pocas semanas de haber llegado a residir a la urbanización Nuevo Lourdes, en Colón, La Libertad. Las dificultades económicas los obligaron a abandonar la casa en la que habitaron por varios años en una populosa zona de San Martín.

Foto por Lissette Monterrosa

Los dolientes dicen desconocer la razones por las que los estudiantes fueron ultimados; mientras que las autoridades presumen que el doble homicidio estaría relacionado con la disputa de territorio que hacen las pandillas, aunque los hermanos no eran integrantes de estos grupos.

La mayoría de asistentes al funeral de los Rodríguez eran jóvenes; muchos de ellos no pudieron contener el llanto mientras que algunos parientes y amigos hacían un repaso de la vida que llevaron Jasson y Johan.

Juan Carlos Tenorio, pastor de la iglesia donde los Rodríguez se congregaban, destacó la tenacidad de los jóvenes, pues aunque desde niños enfrentaron dificultades familiares, al separse de su madre y criarse solo con su padre; y pasar muchas necesidades económicas, pudieron fijarse metas y las alcanzaron.

Foto por Lissette Monterrosa

Jasson cursaba primer año de la Licenciatura en Idioma Inglés en una universidad privada. Fue becario de la Fundación Forever; su excelente desempeño académico, su buena conducta y su disposición para hacer actividades de voluntariado lo llevaron a conseguir que la universidad, a partir de este año, asumiera los costos de sus estudios. Además, desde el mes pasado trabajaba en un call center.

Su hermano se graduó el año pasado de noveno grado y estaba por iniciar el bachillerato. Además, el próximo sábado se uniría al grupo de servidores de la iglesia a la que empezaron a asistir desde hace nueve años. Sus amigos recordaron que él veía en su hermano un modelo a seguir.

“Todo esto no se le da a cualquier persona, sino solo a aquel que se esfuerza y muestra que hace la diferencia. Ellos eran dos jóvenes que fueron ejemplo de obediencia y de servicio”, dijo una amiga.

Foto por Lissette Monterrosa