Castigo físico en niños, con alta incidencia en El Salvador

Según autoridades del Conna este tipo de castigo tiene mayor predominio con respecto a otras situaciones de abuso que se dan contra los menores, y las que más lo ejercen son las madres.

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Por Susana Joma

2018-01-01 7:30:01

Con preocupación, la directora ejecutiva del Consejo Nacional de la Niñez y la Adolescencia (Conna), Zaira Navas, afirmó que anualmente esa institución recibe un aproximado de seis mil casos de niños maltratados.

“Del total de casos que nosotros recibimos anualmente más del 48 % están vinculados a la afectación a la integridad personal, por golpe, por abusos verbales, por maltrato psicológico, incluso por abuso sexual”, sostuvo.

Navas, quien fue consultada sobre el tema a principios de noviembre pasado, en el marco de un conversatorio con periodistas, aseguró que “es una situación bien grave” las violaciones a derechos de los niños que se dan en los hogares salvadoreños o sus entorno cercano.

Estas valoraciones coincidieron con un informe sobre maltrato físico en niños que el Fondo de las Naciones Unidas (Unicef) publicó a inicios de ese mes bajo el título “Una situación habitual: Violencia en las vidas de los niños y adolescentes”.

“Cerca de 300 millones de niños de 2 a 4 años de edad en todo el mundo (3 de cada 4), son habitualmente víctimas de algún tipo de disciplina violenta por parte de sus cuidadores; 250 millones (alrededor de 6 de cada 10) son castigados por medios físicos”, señala el documento.

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La directora del Conna sostiene que el castigo físico además de dañar el cuerpo, de infringir dolor, pone al niño en una situación de desventaja, de miedo, frente a la persona que le tendría que generar confianza y que además está llamado a protegerlo.

“Un abuso de este tipo puede generar lesiones hasta muy graves. Tenemos casos, que ustedes han podido ver en medios de comunicación, de padres que queman las manos de los niño, que los ponen en situaciones de tortura también”, enunció.

Además de que los infantes tienden a crecer con miedo a sus padres o tutores, según lo expuesto por Navas, el maltrato físico al que son sometidos lleva a volverse violentos, a reaccionar de esa manera frente a cualquier situación que vive en la escuela, e incluso, más adelante, cuando son adultos, a golpear a mujeres o a personas que son menores de edad que ellos.

Zaira Navas insiste en que en el país “el castigo físico tiene mayor predominio sobre cualquier otra situación de abuso contra los niños. Estamos hablando de niños que presentan golpes fuertes en la espalda, en la cabeza”.

La funcionaria detalla que las familias utilizan objetos contundentes para castigar a los niños: “estamos hablando de una cacerola, de una escoba, de un cincho, un zapato, de cualquier objeto”.

El problema, advierte, es que muchos de los padres castigan a sus hijos cuando están encolerizados o muy molestos.

Según externó Navas, la Encuesta de Hogares y Propósitos Múltiples de 2015, que consultó sobre la cantidad de niños que habían recibido maltrato físico, reveló que más del 50 % son víctimas de este tipo de situaciones en su hogar, y en su mayoría esto provenía de quien estaba con la responsabilidad de cuidarlo.

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“En El Salvador la mayor parte de los responsables de los cuidados son as mujeres. Así que son las mujeres las que aparecen con mayor incidencia, pero eso está relacionado con el hecho de que son las jefas de hogar”, indicó.

De acuerdo con la representante del Conna, contrario a lo que está pasando, los niños desde muy pequeños deben recibir estimulación positiva, lo cual implica que las familias establezcan normas y límites.

En opinión de Navas para evitar caer en castigos físicos los padres deben enseñar a sus niños, desde sus primeros años de vida, la forma de cuidarse, de protegerse, de vestirse y alimentarse. Sin embargo, tienen que acompañarlos en ese proceso.

En la familia también se deben establecerle horas para hacer determinadas actividades como la de levantarse, acostarse, bañarse, limpiar su habitación.

A los pequeños también les tienen que dejar claro qué es lo que pueden hacer, que es lo que no pueden hacer, con qué pueden jugar y con qué no pueden jugar, pero además explicarles cuáles son las consecuencias de incumplir las normas y límites, lo que nunca debe traducirse en castigo físico.

“La consecuencia debe estar relacionada que el niño sepa quién es el responsable de que ya no tenga las prebendas (o beneficios de los que goza)”, externó.

La directora del Conna asegura que para hacer frente a esta problemática como institución han promovido campañas con las que se busca proteger a los niños contra el castigo físico y han promovido una reforma a la Ley de protección integral de la niñez y adolescencia (Lepina) para que de manera expresa se prohiba el uso del castigo físico en los hogares.

De allí que lamenta que los diputados, en el seno de la Asamblea Legislativa, no hayan acompañado y por el contrario enviaron al archivo las iniciativas de ley que han sido presentadas en busca de poner fin a este tipo de violaciones a los derechos de los infantes.

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Precisó que uno de los proyectos de ley que pretende prohibir la violencia contra los niños en el hogar fue impulsado por el Conna, con apoyo de otras organizaciones, y fue introducida por el Presidente de la República al Órgano Legislativo.

Recuerda que en el 2016 el partido de gobierno también presentó una pieza de correspondencia en la que pidió se reformara el artículo 38 de la Lepina, específicamente en donde dice que los padres tienen derecho a la corrección moderada, porque corrección moderada también implica el uso de métodos violentos para la disciplina de niños.

Igual apunta que los diputados desoyeron una pieza de correspondencia que una diputada del partido ARENA presentó siempre con el fin de frenar este tipo de castigos.

“Yo he insistido mucho que la Lepina, ni nosotros, estamos buscando restar el rol de disciplina, el rol de orientación y el rol que tienen los padres sobre la educación de sus hijos, en lo absoluto. Lo que estamos llamando es a no usar métodos violentos que lesionen la integridad física, la integridad emocional, el amor y apego que los hijos deben tener a sus padres y madres”, enfatizó.