Santiago Deras Rivera fue un cañero que enfocó su vida a encontrar las posibilidades para hacer crecer el rubro. Incursionó en ese mundo desde pequeño, según una sobrina, lo que lo llevó a lo largo de los años a convertirse en socio y directivo de la Asociación de Productores de Caña de Azúcar de El Salvador (Procaña).
Tenía previsto viajar ayer domingo a Cuba, donde se desarrolla el Congreso Internacional sobre Azúcar y Derivados, pero el sábado tres delincuentes lo asesinaron en un intento de robo, en el barrio El Centro, en Aguilares.
El año pasado, con la junta directiva de Procaña también asistió a México, relató un productor de caña que laboró aproximadamente 20 años con él y que pidió que se omitiera su nombre.
De acuerdo el cañero, Deras Rivera fue un hombre que todo el tiempo se afanó por el bien de los demás. Desde hace unos 10 años representaba, y a veces era el vocero ante el ingenio La Cabaña -en donde estaba dentro de la Comisión de la Zafra- de alrededor de 500 productores de caña del sector de El Paisnal, en San Salvador.
“Representaba muy bien los intereses. Conocía mucho las necesidades de los cañeros”, resaltó.
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Al hablar de necesidades, el productor señaló la visión de Deras Rivera para incursionar con nuevas tecnologías en el cultivo de la caña, que se convertía en las clave para el aumento de la producción. Además de ser el punto de enlace con el ingenio, ya que contaba con una comunicación muy fluida para exponer los temas que importaban a los productores.
“Siempre fue promotor de nuevas tecnologías, que es lo que nos ha ayudado a tener mejores producciones. Al tener mejores producciones aumentan nuestras posibilidades de rentabilidad, (Deras Rivera) siempre fue dado a promover y a compartir las tecnología”, destacó.
“Amigo de todo el mundo”
“Líder de la familia, amigo de todo el mundo”. Así describió a Deras Rivera una de sus sobrinas, quien lamentó que la labor que su familiar comenzó desde joven haya sido truncada por la delincuencia.
Mencionó que la víctima era segundo de cuatro hijos, y el único varón. Había tenido cinco hijos, todos hoy mayores de edad, pero ninguno vivía con él y hace años se había separado de una relación.
Ella relató que otra de las funciones de su tío era buscar a personas para la siembra de la caña, y que siempre cuidaba su trabajo de forma cautelosa. Salía de su casa antes de las 5:00 a.m., volvía a eso de las 10:00 a.m., pero luego abandonaba nuevamente la vivienda para ir a supervisar el cultivo.
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Ella respalda la hipótesis de las autoridades: que el cañero fue asesinado tras un asalto, porque en ningún momento recibió amenazas. Dijo que posiblemente había ido al banco a sacar dinero y pagarles la semana de trabajo que estaría en Cuba a las personas que laboraban con él.
“Fue un hombre muy trabajador, un hombre muy social, muy caritativo con las personas, vemos los hechos, las amistades que han venido a recordarlo, los frutos que dejan las personas y la buena conducta”, apuntó una de las hermanas de la víctima.