Noelia Muñoz, una maestra, directora y madre

Ella reconoce que, a pesar de tener una ???limitante??? física, hace todas las tareas que requiere su trabajo. Hace un año el Ministerio de Educación declaró como ???subutilizada??? a la otra maestra que trabajaba en el lugar, e ingresó a todos los alumnos en la modalidad de aulas multigrados, con secciones integradas

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La maestra se caracteriza por su dedicación y buen humor. / Foto Por Foto/ ??scar Iraheta

Por ??scar Iraheta / Lisseth Guillén

2017-06-23 7:40:12

Si la maestra Noelia Muñoz, de 45 años, se enferma o asiste a una reunión administrativa, las clases en el Centro Escolar Caserío Las Tunas del municipio de San Ignacio se paralizan. La docente tiene que hacer las tareas de directora, profesora, ordenanza y cocinera; después de su trabajo en la docencia, hace labores de madre y esposa.

Noelia quería ser enfermera; pero una sugerencia del director de su colegio donde estudiaba bachillerato en Salud la desanimó de tajo. El maestro llamó a su madre y le dijo que “tenía que tomar una decisión”.

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La maestra nació sin un brazo y, según el director, ella no haría curaciones, trasladar a un paciente de una camilla y otras tareas de la medicina.

“Hija, si yo te sigo dando el estudio en esta área al final no encontrarás trabajo por tener solo un brazo, no estamos haciendo nada, mejor estudia para profesora”, recuerda la maestra que le dijo su madre.

Desde ese día cambió su futuro profesional. Nunca se imaginó que esa decisión le iba a llevar a un mundo laboral que terminaría amando.

Desde hace diez años, todos los días, se levanta con el mismo ánimo de siempre. Desde muy temprano recibe a cada niño con una sonrisa y un cálido abrazo en el fresco municipio de San Ignacio, en el departamento de Chalatenango. Noelia tiene un modo muy alegre.

Antes de empezar con las clases tiene que poner en orden las tareas administrativas de la dirección, debe programar las reuniones con la departamental, padres de familia, capacitaciones, recibir alimentos, programarlos cada día de la semana, entre otras tareas.

Así empieza el día laboral de la maestra y madre de dos hijos que estudian la secundaria y la universidad.

Los salones de la pequeña escuela que lidera Noelia lucen limpios y ordenados. Son coloridos, abecedarios de figuras, los meses ilustrados en globos de colores, fechas de cumpleaños y mensajes de superación. Todos han sido elaborados por la maestra.

Afirma que el tener desventaja física no le impide realizar carteles y otra manualidades para ambientar los salones de clases.

Aulas integradas

Noelia tiene a su cargo 45 estudiantes distribuidos en dos salones en el formato de aulas integradas en los turnos de mañana y tarde.

Por ser un número reducidos de niños, hace un año el Ministerio de Educación declaró como “subutilizada” a la otra maestra que trabajaba en el lugar, e ingresó a todos los alumnos en la modalidad de aulas multigrados, con secciones integradas.

Esta metodología hace que los alumnos reciban la misma clase sin importar que sean de distintas edades y diferentes niveles académicos.

Es una forma de aprendizaje que, según la profesora, afecta en el desarrollo de los estudiantes por no poder brindarle atención especializada a cada grupo.

“Aunque nos den capacitaciones o metodologías de cómo trabajar con grados integrados siempre es difícil, sobre todo en mi caso que también me absorbe la dirección una gran parte de mi tiempo. Los frutos son diferentes, difícilmente los niños van a salir con un aprendizaje excelente”, aseguró Muñoz.

La directora trasladó el problema a su jefe inmediato, un asistente técnico pedagógico designado por el Mined, para pedirle ayuda y le asignaran a una persona más. Pero la respuesta no fue satisfactoria.

Debido a que a su excompañera la habían declarado subutilizada, el jefe le dijo que no podían pedir otra plaza, tendría que esperar por lo menos tres años para poderla solicitar, pese a que el número de niños que se inscriben en la escuela sigue creciendo.