Sayhwa Oukaras y Samay Castañeda, de Ecuador, entretienen a transeúntes en el centro de San Salvador

Dos ecuatorianos viajan por el mundo compartiendo su música

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Por Enrique Carranza

2017-05-29 10:14:46

Los ecuatorianos Sayhwa Oukaras y Samay Castañeda llegan afanados a la plaza La Salud, al final de la calle Arce, centro de San Salvador, conectan un pequeño pero potente equipo de sonido, se visten con coloridos trajes y comienzan a interpretar diversas melodías.

Así, los sonidos de la zampoña, los pitos y las chalchas interrumpen el bullicio producuido por los autobuses y vendedores del centro de la capital, para este momento Sayhwa y Samay interpretan Los caminos de la vida.

Las chalchas son un puñado de uñas de llamas amarradas entre si, también hay otro de esos instrumentos elaborado con semillas secas. El sonido que producen ambos es tan peculiar que se vuelve difícil describir.

Durante la intervención musical Sayhwa se encarga de las zampoñas, poseen 6 diferetes; por su parte Samay de los pitos, flautas y las chalchas, también baila.

Sayhwa y Samay viajan por diferentes países interpretando gran variedad de melodías, las cuales en su mayoría son ejecutadas con instrumentos de viento. “Es como ser el embajador de la música”, explica Sayhwa.

Ambos son morenos, de baja estatura y de pómulos prominentes.

Sayhwa habla muy bien el español, Samay lo intenta pero falla, parece que solo lo entiende pues asiente al tratar de contestar algunas preguntas.

Sus vistosos trajes, que incluyen sendos penachos, representan a las tribus Jíbaros y Shuara, ambas nativas del altiplano de Ecuador.

Sayhwa relata que la música lo ha llevado por la mayoría de países de Latinoamérica. Además de Europa, Alemania, Rusia y Corea del Norte, entre otros. “La primera vez que vine a El Salvador fue en 2006, la música me trajo”, comenta, él tiene más de 21 años de carrera musical, a los 11 ya había incursionado en el mundo de la solfa.

Mientras, para Samay es la primera vez que visita El Salvador, y aún está en formación.
El repertorio de estos musicos comprende temas nativos ecuatorianos, clásicos, y de meditación.

Aceptación
Los traseúntes se detienen y escuchan la música, uno que otro es atraído por las artesanías también comercializadas por Sayhwa y Samay.

No falta el peatón que compra uno de sus discos, venden cuatro diferentes, cada uno de estos vale dos dólares.

Otros, quizás los más atrevidos, posan y se toman algunas fotografías.

“Por regla de migración internacional solo nos podemos estar tres meses en cada país. El costo de los viajes sale de la venta, no se cuenta con ningún apoyo”, comenta Sayhwa.

Desde que Sayhwa llegó por primera vez al país han pasado más de 11 años, y las veces que ha vuelto son incontables.

“Es mi punto de referencia (El Salvador). Aquí inician muchos viajes. Me gusta la amabilidad y calidez de la gente, la geografía, El Salvador es un país hermoso”, sostiene.

En pocas semanas Sayhwa iniciará otra travesía esta vez el destino es Alaska, antes hará escala en Canadá.

Mientras, Samay, regresará a Ecuador, espera solventar asuntos personales.