Por la condición de las víctimas de la masacre en cantón El Brazo, en San Miguel, así como por el lugar donde ocurrió el hecho y la forma de operar, el ministro de Justicia, Mauricio Ramírez Landaverde no descartó que grupos de exterminio asentados en el oriente del país estén detrás del caso.
“El caso está en investigación no podemos asegurar que se trate de un grupo de esa naturaleza pero tampoco lo podemos atribuir a pandillas, debemos de permitir que la investigación se lleve a cabo y que la Fiscalía y la PNC avancen en la investigación”, dijo el ministro de Justicia.
La madrugada del 24 de mayo, seis personas, supuestos colaboradores de la MS-13, estaban atadas de pies y manos con signos de ejecución fueron encontradas asesinadas en la calle del cantón El Brazo de San Miguel.
Un niño, tres mujeres y dos hombres víctimas de masacre
El titular afirmó que se le está poniendo todo el interés por esclarecer el caso. “Es una posibilidad muy fuerte que se trate de uno de esos grupos organizados con la finalidad de matar supuestos delincuentes”.
Citó como ejemplo que grupos similares han existido en el pasado y que se han sido descubiertos, sobre todo uno que se localizó en el centro y sur de San Miguel, en el volcán Chaparrastique en los municipios de San Miguel, El Tránsito, Chirilagua, Jucuarán, entre otros. Ese grupo se investigó y tenía varios hechos atribuidos incluyendo unos casos múltiples en playa El Cuco hace ya un par de años.
El crimen del pandillero que dejó al descubierto al grupo de exterminio en San Miguel
Los miembros de ese grupo, incluyendo a varios miembros de la Policía, fueron capturados y se investigaron otros grupos que operan en la zona norte de La Libertad en Colón, San Juan Opico y Ciudad Arce, que funcionaban de forma parecida.
“Se trataba más bien de homicidios por encargos y en el que se contrataron los servicios de sicarios para asesinar a personas que entraron en conflicto con otros, donde su finalidad era lucrarse y no resolver un problema social, en ese sentido deben ser combatido con mayor fuerza que otros delincuentes, porque no solo operan al margen de la Ley, sino que son un obstáculo para que las personas que cometen delitos sean investigadas y capturadas, que se haga justicia y se reparen los daños causados”, enfatizó.
El ministro de Justicia no negó que se hayan dado casos similares en Usulután, Metapán en Santa Ana, donde han simulado vestimentas policiales, militares y a la hora de los hechos se han hecho pasar por autoridades, que llevan una orden judicial de registro o detención, pero al final son las mismas estructuras de maras o pandillas que atacan a sus rivales o de sus propios miembros.
Ramírez Landaverde afirmó que el modos operandi empleado en las últimas masacres tiene relación con hechos atribuidos al grupo de exterminio oriental identificado como la Sombra Negra entre los años 1994 y 1995. Hay algunos rastros que coinciden, como que son grupos que cuentan con financiamiento, que cobran por sus servicios y en algunos casos están relacionados con comunidades de salvadoreños que residen en Estados Unidos, para obtener recursos”.