Los embutidos son el sello turístico de Cojutepeque

Yolanda Herrera, una mujer de 68 años, que mantiene la tradición de un negocio familiar de embutidos, que inició en 1925.

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Por Mauricio Pineda

2017-05-23 6:42:17

CUSCATLÁN. Mantener una tradición que actualmente tiene casi 100 años no es tarea fácil; Ana Yolanda Herrera Martínez lo sabe muy bien, pues a sus 68 años está al mando de Embutidos Amparito, cuya fundación data de 1925 en una de las zonas más comerciales de Cojutepeque, en Cuscatlán.

“Soy la hija más pequeña de mi mamá, Amparo de Herrera, que es la que continuó el negocio; este lo inició mi abuela Isabel Arias, ella lo empezó”, relata la anciana, entre tanto que acomoda la mercadería.

Por muchos años, Ana Yolanda se dedicó al trabajo administrativo como secretaria en el Registro de Comercio y también en el Registro de Propiedad, lo que ahora se conoce como Centro Nacional de Registro (CNR). Luego se fue a trabajar para una firma de abogados.

“Muchas compañeras me decían ¿qué vas hacer cuando te jubiles?”, recuerda; la respuesta a sus amigas de trabajo en más de una ocasión fue “aunque sea andar vendiendo, a eso me voy a dedicar”. Y así ocurrió, tomó las riendas del negocio familia.

“Todo comenzó en un banquito tan sencillo de madera, ahí era donde mi abuelita acomodada los chorizos en una canastilla; allí fue donde ella comenzó a luchar”, explica cuando le viene a la mente los orígenes de la venta de embutidos.

Actualmente el negocio está ubicado a la orilla de la calle, justo en el kilómetro 33 y medio de la carretera Panamericana, en Cojutepeque. Ahí se ha mantenido por casi un siglo.

“Aquí es donde nací, soy la última de cuatro hermanos; un varón y tres hembras, mi mamá siempre nos enseñó a trabajar”, detalla.

La dedicación, la constancia, la paciencia y la atención hacia las personas han recompesado el esfuerzo de esta generación de mujeres originarias de Cojutepeque.

El rico sabor de sus productos ha trascendió fronteras, al punto que extranjeros la buscan para comprar chorizos, butifarras, salchichones y todo tipo de embutidos.

“Embutidos Amparito es bien reconocido, muchas personas nos buscan por la calidad de los productos y por ello se ha mantenido este negocio por mucho tiempo; siempre me he esforzado con mantener la calidad”, aseguró Herrera Martínez.

La visitan de Finlandia, Estados Unidos, Australia, y por supuesto salvadoreños que vienen del extranjero y del interior del país.

Variedad de producto

En cuanto a precios, Herrera Martínez explicó que la docena de chorizos pequeños se cotiza a $4; mientras que los grandes a $6 y $10.

La docena de butifarras se vende a $4; entre tanto, las longanizas se comercializan a $6 y $10.

Pero, dependiendo el gusto de los clientes, también se preparan chorizos y butifarras asados con tortilla. Todo el producto es elaborado por su propietaria.

“La gente busca de todo, las personas también prefieren las butifarras con tortillitas”, dice Yolanda, como también le dicen de cariño en el sector.