Lo que más hizo don José Germán Nerio en sus últimos 20 años fue colaborar con las autoridades en diferentes tareas en el cantón El Progreso, en El Boquerón. Sin embargo, esas autoridades no le agradecieron esa colaboración a la hora de su muerte. Pasó más de 14 horas tirado entre cafetales sin que nadie se hiciera cargo del levantamiento de su cadáver.
Ayer varios pandilleros lo interceptaron cuando se dirigía hacia sus terrenos y le dieron varios disparos. Su bomba de fumigación quedó a un costado junto a su sombrero. La Policía sospecha que los responsables del homicidio fueron los pandilleros de la Mara Salvatrucha que delinquen en la zona. Sobre su asesinato, la PNC no tiene las razones del porqué del hecho, pero sí aseguran que hace un año, fue asesinado otro pariente del agricultor.
Don José era un servidor anónimo, evitaba el protagonismo y su prioridad eran sus vecinos. Algunos ayer estaban preocupados porque dejó a medias su proyecto de la entrega de abono para los cultivos.
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De acuerdo con sus familiares, don José colaboró mucho con el comité de Protección Civil para evitar incendios y daños a las montañas deforestadas de una gran parte del volcán de San Salvador. Era un buen guía y su basto conocimiento de la tierra y la zona, lo hacía un líder. Su último aporte fue la coordinación de los incendios que ocurrieron en las montañas hace semanas.
Don José amaba la naturaleza y el medio ambiente. Previo a las fiestas del lugar donde vivió desde que era un niño, se disfrazaba de torito pinto para anunciar las festividades en las calles y laderas del cantón El Progreso. Era fiestero, dice su esposa.
Desde hace dos años, trabajó en la comuna de Santa Tecla como coordinador de la comisión comunal del cantón. Estaba pendiente del alumbrado eléctrico, reparación de calles y problemas de agua potable y otros servicios. También don José ayudó a adornar el cementerio del pueblo hace semanas. En ese mismo camposanto pidió ser enterrado junto a su padre.
Mañana miércoles su familia tiene programado enterrarlo en el mismo hoyo. Su comunidad lo cargará aproximadamente 500 metros desde su vivienda.
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El padre, abuelo y vecinos que todos lloran
“Ya regreso, iré a ver el terreno y luego a comprar semillas a Santa Tecla”, así le expresó don José a su esposa ayer al salir de su casa. Tenía 37 años de casado y siempre fue un buen hombre.
Como era costumbre, todos los días a las 6:00 de la mañana iba a sus dos terrenos a limpiarlos. Cultivaba aguacates, café y árboles frutales. Tenía dos caballos a quiénes los trataba como amigos. Del ingreso económico que obtenía de sus cultivos, el agricultor logró graduar a sus cuatro hijos. Él era el principal aporte en su casa, dónde vivía con sus nietos, esposa e hijos.
En el cantón El Progreso sienten la muerte de don José. “No existirá nunca un hombre tan servicial y humano”, dicen sus vecinos.
