Desde hace 162 años la fiesta es en honor al Dulce Nombre de Jesús

Lluvias y calles malas provocaron que el Dulce Nombre de Jesús fuera el patrono de Ahuachapán

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 El 20 de febrero de 1855 fue la primera vez que se realizaron las fiestas en honor a Dulce Nombre de Jesús 

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Por Cristian Díaz

2017-02-25 10:00:00

Las fiestas patronales de Ahuachapán en honor al Dulce Nombre de Jesús no siempre fueron las principales de la cabecera departamental.

La primera celebración que se realizó en honor al Dulce Nombre de Jesús fue el 20 de febrero de 1855, según registros de los libros de la parroquia Nuestra Señora de la Asunción.

Así lo consigna un documento cuyo autor es el doctor Horacio Magaña y que fue proporcionado a El Diario de Hoy por el párroco de dicha iglesia, padre Carlos Álvarez.

Las fiestas patronales fueron celebradas, antes de esa fecha, el 15 de agosto en honor a Nuestra Señora de la Asunción, cuyo templo donde se venera al Dulce Nombre de Jesús lleva el mismo nombre.


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Sin embargo, por ser una época de lluvia, las vías de comunicación se ponían en malas condiciones. Eso dificultaba su tránsito en bestia, carretas e incluso a pie. Además, los comerciantes pasaban dificultades para que los objetos que llevaban a las fiestas no sufrieran algún deterioro.

La suma de esos aspectos provocaron que al presbítero y doctor Isidro Menéndez, quien fue párroco durante muchos años, se le ocurriera crear una nueva festividad religiosa; proponiendo celebrar a Jesús Nazareno bajo la advocación del Dulce Nombre de Jesús.

Su celebración fue establecida  el domingo anterior al inicio de la Cuaresma. Por ello, en Ahuachapán no existe una fecha fija para la festividad.

Este año, el día principal es el domingo 26 de febrero. A las 9:00 de la mañana será la misa concelebrada; a las 3:00 de la tarde, la procesión con la imagen del Dulce Nombre de Jesús; y a las 9:00 de la noche habrá quema de pólvora.

El doctor Magaña expone en el documento que, de acuerdo a las narraciones, para incrementar la solemnidad y el fervor por la nueva festividad, el presbítero distribuyó entre las poblaciones cerca de 300 imágenes pequeñas de Jesús.  Las mismas fueron entregadas en jornadas que duraron entre dos y tres días.


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Las imágenes eran llevadas a Ahuachapán en la víspera de la fiesta y colocadas en un sitio especial durante la misa solemne.

La imagen del Dulce Nombre de Jesús fue traída de España aunque no se precisa fecha. Junto a ella venían otras dos iguales que se veneran en Guatemala.

Aparentemente esa era la razón del por qué durante varias invasiones a Ahuachapán por parte de ejércitos guatemaltecos en el siglo XIX, trataron de llevarse al Dulce Nombre de Jesús.

Sin embargo, siempre les resultó imposible porque se les hacía muy pesada, lo que les impedía su movilización hasta que desistían de llevársela.

Extrañamente los ahuachapanecos la regresaban al templo sin mayor dificultad. 

La devoción entre los lugareños hacia al patrono creció tanto que luego de un fuerte terremoto que sacudió a la ciudad, decidieron salir con su imagen en solemne procesión por las principales calles para pedir su protección.


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El recorrido es realizado cada 1 de enero a partir de 1938; mientras que el terremoto ocurrió el 24 de diciembre de 1937.

Actualmente la celebración en honor al patrono incluyen actividades religiosas, artísticas, y de entretenimiento.

Las actividades religiosas se realizan en la parroquia Nuestra Señora de la Asunción cuya construcción data de finales del siglo XVII y comienzos del XVIII.