De los 30 hospitales públicos del país, administrados por el Ministerio de Salud, 17 tienen recorte en su presupuesto de funcionamiento, y los restantes tienen alzas que oscilan entre el 0.02% y el 2.37% o se mantienen igual al año anterior.
Los datos son resultados de la comparación de los presupuestos asignados a cada hospital en 2016 versus los recién aprobados para este año, plasmados en los Proyectos de Presupuestos para el ejercicio fiscal 2016 y de 2017, del Ministerio de Hacienda.
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Para el año pasado el funcionamiento de hospitales tuvo una asignación de alrededor de $297 millones 458 mil 970 y para este año la asignación es de $280 millones 126 mil 741.
Los hospitales con los mayores porcentajes de reducciones presupuestarias, del mayor al menor, son: San Rafael en el municipio de Santa Tecla, Rosales en la capital; el sanatorio de Santa Ana, el de San Miguel, Sonsonate (ver lista completa en gráfico).
Pero si la comparación se realiza en montos; los centros asistenciales públicos, más afectados son Rosales con $4 millones menos; Bloom con $2 millones; el hospital San Juan de Dios en San Miguel con $1 millón 916 mil; siguiéndole el de Santa Ana con $1 millón 901 mil, mientras que el hospital de Maternidad o de la Mujer se reduce en un $1 millón 87 mil.
De acuerdo con el recién aprobado presupuesto 2017; el Ministerio de Salud recibirá $624 millones, a los cuales se suman $5 millones 40 mil, que incluyeron los diputados el miércoles pasados, los que son destinados para beneficio salarial, fundación de pacientes renales y para educación sexual y de prevención en el municipio en el departamento de Cabañas.
El presupuesto general de Salud se divide en funcionamiento e inversión.
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En el de inversión está el dinero, por ejemplo, para equipamiento y mejora de infraestructura de algunas unidades de salud como la de Polorós, entre otros gastos del fortalecimiento del Sistema público.
Mientras que el de funcionamiento es utilizado para la operación institucional de gastos de administración, compra de insumos, pago de servicios externos.
Este año Salud recibirá 40.9 millones para inversión y 583.9 millones para funcionamiento, según lo manifestado por la ministra.
El hospital Rosales, uno de los centros de referencia a nivel nacional y de atención especializada en medicina y cirugías, tiene, este año, una reducción de $4 millones 126 mil 699 en su presupuesto de funcionamiento.
El jefe del servicio de Nefrología, doctor Ricardo Leiva, advierte que su área se verá afectada con una reducción de un 40 % del dinero que le asignan; lo cual perjudica la atención médica dada a los pacientes con daños en los riñones.
El año pasado, los especialistas del Rosales denunciaron, en varias ocasiones, una serie de carencias, como por ejemplo la falta de medicamentos para pacientes de Oncología y Nefrología, así como la falta de camas hospitalarias, y daños en equipo médicos, expuso Rodolfo Canizález, secretario primero de conflicto del Sindicato de Médicos del hospital Rosales (SIMHR), quien calificó el hecho como: “producto de una mala administración”.
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Canizález se pregunta si las autoridades saben de las carencias hospitalarias “ por qué no mantener una cuota voluntaria (en los sanatorios), sabiendo que este puede contribuir a solventar problemas mínimos que tiene el hospital, como falta de guantes, bisturí, entre otras cosas”.
El médico opinó que este “gobierno adopta medidas populista; de nada sirve que no se cobre, si el paciente siempre va a comprar el medicamento porque no hay”.
Las finanzas del único sanatorio público del país especializado en la atención pediátrica, el hospital Bloom, también tienen una reducción de $2 millones 93 mil 442.
La resta preocupa a los sindicalistas de ese centro asistencial, los cuales advierten que el años pasado hubo problemas con el abastecimiento de medicamentos e insumos y con la disminución del presupuesto de este año , dijo Álex Carballo, del Sindicato de Trabajadores del hospital Bloom (SITHBLOOM).
“Sí con el presupuesto de 2016 existieron carencias, existieron deudas, con un presupuesto más reducido estas mismas carencias se van a agudizar y podrían incrementarse la falta de insumos para atención al paciente”, advirtió Carballo.
Al oriente del país, uno de los hospitales más afectados es el San Pedro, en Usulután, el cual “carece de ambulancias, insumos médicos (guantes, jeringas, material quirúrgico. Y su cuadro básico de medicamentos es del 60 %” , aseguró Mauricio Ganuza, sindicalista de Sitmspas.
El hospital de Maternidad o de la Mujer, en la capital, recibe $1 millón 87 mil menos. Ese sanatorio tuvo el año pasado escasez de medicamentos para aplicar quimioterapia a pacientes con cáncer
“El hospital ya se mantiene sin medicamentos y de muchos insumos que hacen falta y ahora que el insumo (presupuesto) es menos, pues será más la calamidad que tendremos y quién va sufrir la calamidad son los pacientes”, opinó la dirigente de Sigesal, Blanca de Galindo.