???¡Señora, su bebé se ha salido del útero, tiene todo su brazo fuera!???

Carmen y Mario recibieron la vida de su hija como un regalo del cielo. La bebé nació a las 28 semanas de gestación, con un peso de 1,020 gramos y con altas probabilidades de tener problemas neurológicos. 

descripción de la imagen

Fotografía tomada de un video en el que la pequeña bebé saca su brazo y toma el dedo del doctor, ante el asombro de los médicos.

/ Foto Por Cortes??­a

Por Textos: Elizabeth Castro / Evelyn Chacón

2016-12-14 7:00:00

“Esta historia inicia como todo en la vida, rodeada de amor y pasión por hacer las cosas, con ilusión y esperanza de que el futuro pueda ser mejor.

Desde que supe que estaba embarazada me dijeron que todo estaba bien. Pero todas las madres tenemos temores, y es normal.
Al inicio, Mario, mi esposo, y yo teníamos muchas preguntas para Dios. 

Él las fue contestando una a una.

A mitad de noviembre, comencé a sentirme cansada. Era muy difícil trabajar, un dolor de cabeza muy fuerte y decaimiento general fueron las alarmas que me hicieron consultar.

Una noche, alrededor de las 3:00 de la mañana, sentí la mano de la bebé en mi vientre, como avisando que las cosas no andaban bien.

Al día siguiente, tenía dolor en el abdomen, el cual fue aumentando. 

Consulté en el Hospital 1º de Mayo, el único hospital del Seguro Social que atiende embarazos de alto riesgo.

Esperé la atención médica desde las 10:00 de la mañana hasta las 4:00 de la tarde. Una doctora se apiadó de mi dolor y sugirió una ultrasonografía. 

Aunque ya no era hora de realizarlas, el doctor encargado de hacer el examen se compadeció y lo practicó.

Su sorpresa fue grande.

 “¡Señora!, su bebé se ha salido del útero, tiene todo su brazo fuera”, expresó. 

El asombro de los médicos me asustó.


Regalo 1: “Todas mis pertenencias me caben en esta pequeña cartera” 


En ese momento pedí un milagro, mi pensamiento giró alrededor de la Sagrada Familia y el sufrimiento que pasaron María y José al saber que su Hijo Jesús nacería esa noche y no estaban preparados.

“Te pido Dios que prepares mi corazón para recibir tu voluntad”, fue lo que dije.

Las palabras más dolorosas que oí fueron las de un doctor que expresó: “Se debe evacuar el producto. Está inmaduro y se debe sacar”.

Qué duras palabras para las madres que con mucha ilusión cuidamos nuestro embarazo.
“El producto a la bolsa”

Hubo una junta de médicos, y dos valientes doctoras y la experiencia de uno de los jefes hicieron que se arriesgaran para intentar lo nunca se había hecho en este país, devolver el “producto a la bolsa”.


Regalo 3. Esperanza y amistad en tiempos difíciles


Cuando estábamos en el quirófano, se dieron cuenta de que el líquido amniótico se había perdido.

La mano de la bebé fue tocada por uno de los médicos. La bebé se sujetó al médico que en ese momento le salvaría la vida.

Con inmenso cuidado, introdujeron el bracito de la niña otra vez al útero y cerraron el vientre.

Había muchos riesgos de infección, aunque se controló la bioseguridad al máximo.

Esa noche fue de bendición. La bebé se había salvado. Las pocas posibilidades de vida para mí y las nulas para la niñita fueron desechadas.
Había vida para ambas.


Regalo 4. El amor vestido de blanco y cosido con ternura


Mi vientre, su pesebre, había servido para la maduración de sus pulmoncitos y el desarrollo de su órganos.

Después de dos semanas de reposo absoluto en Cuidados Intensivos, la bolsa del líquido amniótico se rompió nuevamente, el útero no resistió.

El “producto” nació a las 28 semanas de gestación, con 1,020 gramos de peso (2.25 libras) y 35 centímetros.

¡Era una hermosa niña… un milagro!

Sin embargo, los médicos aún tenían un pronóstico reservado para la bebé, ya que podía tener problemas neurológicos, había riesgos de infección, su bajo peso, su visión podría verse afectada…

Pero para nosotros el milagro estaba hecho. 

Era el regalo que Dios nos tenía para esa Navidad.

¿Cuál será su nombre?, preguntaban. Y sin dudar dijimos: María José.

María José fue sometida a cuatro cirugías para poder alimentarla, se le cortó una parte del intestino debido a una enterocolitis, sufrió varios paros respiratorios y desde su nacimiento, el 5 de diciembre, hasta el 21 de febrero pasó en una incubadora de la UCI.

Eso no impidió que la bautizáramos el 6 de enero.

María José fue dada de alta el 17 de marzo de 2008.

Alessandra, su hermana mayor, mi esposo y yo no cabíamos de alegría de recibir al nuevo miembro de nuestra familia después de varios meses.


Regalo 5: La felicidad de un niño y la unión familiar


Agradezco al personal de la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital 1º de Mayo por los cuidados tan amorosos y llenos de bondad que dan a los pacientes que están en ese servicio. 

Gracias a todos los doctores y enfermeras que aún cuidan de María José y de los más de 50 niños en esa Unidad.

Y a los doctores como los que me atendieron, quienes toman riesgos tan valientes como este para preservar la vida. Que Dios los bendiga”.

.Contra todo pronóstico María José está sana y recién cumplió 9 años. Este es el testimonio de lo vivido por su madre el 19 de noviembre de 2007.


Regalo 1: “¿Aló… con quién tengo el gusto de hablar? Si, soy yo, Anita Mirian su servidora …”