Salvadoreños reducen el consumo de plantas alimenticias

La Mora, Chipilín, espinaca, loroco, cochinito, berro, ayote, papelillo, flor de izote y verdolaga son las plantas comestibles más utilizadas por los salvadoreños; pero se está perdiendo la costumbre de su consumo.

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El loroco es una de las plantas más conocida y ocupada en la gastronomía salvadoreña y exportada hacia Estados Unidos; contiene calcio, fósforo y vitamina C.

/ Foto Por MARITZA SANTOS

Por Evelia Hernández

2016-12-22 11:27:00

Los salvadoreños están poniendo en riesgo su seguridad alimentaria al reducir significativamente el consumo de plantas comestibles como la espinaca, loroco, verdolaga, entre otros, los cuales tienen los suficientes nutrientes que los llevaría a mejorar sus condiciones de salud.

Lo anterior se determinó durante una investigación de la Universidad Salvadoreña Alberto Masferrer (USAM), que señala que se está desaprovechando las vitaminas que contienen las plantas comestibles y que serían de utilidad para mantener la seguridad alimentaria de las familias salvadoreñas.

¿Pero, cuáles son las plantas en que los salvadoreños han bajado su consumo?

Son diez planta alimenticias: mora, chipilín, espinaca, loroco, cochinito, berro, ayote, flor de izote, papelillo y verdolaga.

Según la Investigación “Estudio de Plantas Alimenticias consumidas por la población de El Salvador en su fase III”, en general, el consumo de esas plantas nativas supera a las exóticas: berro, hierba buena, entre otras.


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Pero en el área metropolitana de San Salvador hay una tendencia al consumo de plantas de origen extranjero como la chaya, hierba buena y cilantro, las cuales tienen costo económico más alto que las nacionales.

El estudio fue hecha por Igor Villalta, docente e investigador  de la USAM.

Para Villalta, la exploración cobra mayor importancia porque “estamos rescatando las especies de plantas comestibles que se han utilizado por muchos años y que por diversas razones, algunas están perdiendo la tradición en el consumo”.

Por ejemplo, el salvadoreño come güisquil, pero no consume la raíz, la flor y los brotes tiernos de esa planta que también son comestibles.

“Entonces, hay un desaprovechamiento de los vegetales que están desapareciendo en la población y que serían de utilidad para la seguridad alimentaria”, de la población opinó Villalta.

razón para consumirlas

El estudio determinó que el consumo de las plantas alimenticias se debe en un 49 % al conocimiento de su valor nutricional, mientras que un 33 % por su sabor, 11 % por costumbre y el 7 % por la accesibilidad de la planta.

Otro de los datos importantes que presenta la investigación es la forma en que la población se abastece de ellos.

Un 58 % compra en le mercado y  11 % los adquiere en supermercados. “En este aspecto hay que ver la importancia de capacitar a los campesinos y horticultores para rescatar el cultivo y realizar prácticas agrícolas menos contaminantes para que cumplan con requisitos de venta para los supermercados”, opinó el doctor Carlos Miranda, asesor en la investigación de campo.

En cuanto a la influencia del consumo alimenticio de plantas, para Miranda existe un dato preocupante en el resultado, ya que solo el 4% de los entrevistados recibe influencia en la educación, esto “debido al bajo nivel educativo”, en cuanto a los hábitos alimenticios que se aprenden en la aulas.

Mientras que un 11 % lo recibe por medio del sistema de Salud y el 81% por influencia de los hábitos de familia.

La mora es la especie que tiene mayor aceptación entre los salvadoreños entrevistados.

Según el estudio publicado por el International Journal of Food Sciences and Nutrition la mora es un alimento fuerte en proteínas, fibra cruda, calcio, hierro y manganeso, teniendo mayor valor nutricional que la espinaca.

“Es importante que El Salvador tenga sus propios estudios acerca de los componentes y minerales de las plantas nativas comestibles”, expresó Villalta.

 Según las conclusiones de la fase III, las desigualdades de ingresos económicos en las familias salvadoreñas, el monopolio del comercio de alimentos y las pautas culturales, inducen a consumir productos alimenticios de muy baja calidad y de poco o ningún contenido nutricional, llevando a un incremento en los índices de obesidad y desnutrición.


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En una siguiente fase de la investigación, Villalta buscará determinar los minerales y toxicidad de las plantas comestibles salvadoreñas.

 Un ejemplo es el Chipilín,  “se le encontró alcaloides, pero en la raíz, no en lo hoyuelos de las hojas; entonces no hay problema de consumo porque son plantas validadas por el consumo durante siglos. Esta planta contiene buenas cantidades de vitamina A, ácido fólico”, añadió Villalta.

Además, los estudios realizados a algunas  especies vegetales  con los que cuenta el país revelan que tienen gran potencial para tratar y prevenir enfermedades.

Otra  de las conclusiones es que la escasa información de plantas alimenticias nativas,  se traduce en pérdida  de conocimiento ancestrales sobre el uso de plantas como la semilla del conacaste ,  en el que no existe en el imaginario de la población que es comestible, teniendo potencial como fuente de harina y aceites, y fruto para comida de ganado.

Las costumbres y los hábitos alimenticios influyen en la desnutrición y obesidad en El Salvador. El 49.4 % de hogares salvadoreños enfrentan algún tipo de inseguridad alimentaria, según datos de la  Dirección General de Estadística y Censo (Digestyc) del 2015.

En el indice de prevalencia de obesidad en adultos mayores de 20 años  es de  un 27 %, lo que aumenta el riesgo de padecer enfermedades crónicas como hipertensión arterial, diabetes, cáncer, entre otras, repercutiendo en la calidad de vida de las personas.

El conocimiento  de los nutrientes   y el consumo de las  plantas nativas  comestibles cambiaría las cifras de la mal nutrición en el país.

Sobre  la investigación 

El estudio se realizó entre 2013 y 2015 y en el que se entrevistó a 2, 124 salvadoreños en los servicios de salud, del Ministerio de Salud; y de las Clínicas Comunales del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS) a nivel nacional.

El criterio de selección de los encuestados fue al azar y se les preguntó si  conocía  o no sobre plantas alimenticias no tradicionales.