En El Salvador diariamente, en promedio, se registran 5 accidentes de motociclistas y 4 lesionados por cada percance vial. Entre el 1 de enero y el 7 de noviembre pasado hubo 1,677 motociclistas involucrados en accidentes, 191 de los cuales murieron y 1,500 resultaron lesionados, según el Viceministerio de Transporte (VMT).
De acuerdo a estadísticas internacionales, el motociclista tiene un 35% de más probabilidades de accidentarse que un automovilista.
“Los traumatismos craneales y cervicales son la principal causa de muerte, lesiones graves y discapacidades entre los conductores de motocicletas”, establece el Manual de Seguridad Vial para decisores y profesionales, elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los golpes graves en la cabeza también pueden causar pérdida de la memoria, o padecer demencia o quedar parapléjico.
Esos fueron los diagnósticos que le dieron a la familia de Samuel Delgado, un joven de 24 años de edad, que sufrió un accidente conduciendo su motocicleta.
“Iba para mi casa, acababa de salir de trabajar cuando tuve el accidente. No recuerdo cómo fue, lo último de lo que me acuerdo es que iba en la moto y después desperté en el hospital”, relató Flores.
Su diagnóstico fue traumatismo craneoencefálico severo cerrado, es decir, un golpe fuerte en la cabeza sin una abertura.
“Iba para mi casa, acababa de salir de trabajar cuando tuve el accidente. No recuerdo cómo fue, lo último de lo que me acuerdo es que iba en la moto y después desperté en el hospital”, comentó Flores.
De acuerdo con el Manual de Seguridad Vial de la OMS, este tipo de golpes no causa herida en el cráneo, pero sí que el cerebro se golpee e inflame al moverse; esto a su vez provoca desprendimiento de tejidos, nervios o vasos sanguíneos.
Entre enero y julio de este año, el Seguro Social atendió 605 motociclistas;de ese total, 263 sufrieron múltiples golpes, 56 tuvieron daños en los meniscos de la rodilla derecha, 30 heridas en la pierna derecha, entre otros.
A Samuel la lesión no le causó la muerte, pero sí estado de coma durante diez días.
“Después del accidente me trasladaron al Hospital San Rafael. A las 10:00 de la noche de ese mismo día, cuando quedé en coma, me trasladaron al Hospital Rosales porque en el San Rafael no tenían el respiradero que necesitaba. Cuando desperté no sabía a dónde estaba, me sentía todo confundido y asustado”, narró Samuel.
Al salir de ese estado, permaneció en observación médica por 11 días más. Por tres días estuvo sedado, fue una decisión de los médicos.
“Cuando desperté me sedaron porque dicen que tenía una actitud agresiva. Dicen que empecé a quitarme todos los cables que tenía puestos.
El neurólogo me dijo que por el accidente podía perder la memoria o quedar loco y que suerte había tenido de no quedar parapléjico”, manifestó.
Al salir de la unidad de observación médica fue remitido al Instituto Salvadoreño de Rehabilitación (ISRI) porque que tenía dificultades motrices.
El joven también tenía dificultad para recordar, había olvidado eventos de días anteriores al accidente y de ese mismo día.
“Me costaba caminar, tenían que cargarme. No me acordaba de cosas que había hecho y lo del accidente sigo sin poder recordarlo, cuando llegué a mi casa quise abrir mi Facebook y no me acordé de la contraseña hasta el siguiente día”, narró.
En el ISRI, después de realizarle un diagnóstico, determinaron que era necesario que Samuel recibiera terapia física para dar movilidad a sus piernas y brazos.
“Determinamos que recibiera la terapia física porque tenía debilidad en sus miembros superiores e inferiores y debían ser fortalecidos”, manifestó Mirna Guadalupe Herrera, terapeuta física del ISRI.
Herrera explicó que Samuel tenía problemas de coordinación y desequilibrio para caminar, por ello le asignaron ejercicios de flexibilidad con pesas en manos y pies. Además, tenía parálisis facial leve, pero después de casi un mes de terapia con muecas, los músculos del rostro empezaron a responder.
“Con el tiempo ha mejorado su fuerza muscular, equilibrio, coordinación y su marcha; ahora ya es independiente en sus actividades”, dijo Herrera. Esta terapia la ha recibido de lunes a viernes, 45 minutos por la mañana y 30 minutos por la tarde.
Samuel tiene sordera del lado izquierdo debido al impacto que sufrió, puesto que el golpe fue en ese lado, por lo que era posible que el cerebro todavía estuviera inflamado, dijo Herrera, con el tiempo se sabrá si la afectación será permanente o no.
El motociclista ha recibido terapia ocupacional, en la cual practicaba actividades de la vida diaria como pegar botones, coser ropa y manipular plastilina para tratar de dar movilidad a las manos y dedos.
“En esta terapia se trabaja la independencia de las actividades de la vida diaria, a veces es necesario volver a reaprender determinadas cosas.
Todas las actividades y ejercicios se asignan de acuerdo al grado de la lesión que el paciente tenga”, expuso Susana Sibrián, terapeuta del área ocupacional del ISRI.
A Samuel también le fue asignada una terapia educativa y didáctica para ejercitar la parte cognitividad y evaluar su estado de interpretación y memoria, ya que por el golpe le cuesta recordar, comprender o memorizar.
Los ejercicios los ha realizado todos los días durante una hora; planas, lectura y comprensión. A través de estas terapias se puede determinar si la persona tendrá una secuela moderada o severa después del accidente, ya sea física o mental.
“Samuel no tendrá secuelas porque hemos visto que es muy independiente, a pesar del accidente que tuvo. Desde un principio se empezó a estimular su cognitividad y fortalecer sus miembros”, aseguró Herrera.
Durante un mes, el paciente estuvo en rehabilitación, de lunes a viernes, en ese lapso fue ingresado en el ISRI.
Según Odir Sánchez, encargado del área de comunicación del ISRI, para la institución un proceso de rehabilitación como el de Samuel tiene un costo que ronda los cinco mil dólares al mes, pero para el paciente no tiene costo.
El Manual de Seguridad Vial revela que los traumatismos craneales generan costos médicos mucho más altos comparado con otro tipo de lesiones. De igual forma, en el proceso de rehabilitación los costos se elevan en una personas que no utiliza cascos porque permanecen más tiempo en el proceso.
“En promedio, los costos de hospital para los motociclistas que usaban el casco en el momento de la colisión fueron de aproximadamente 20% o 600 dólares más bajos que para los motociclistas que no lo usaban”, cita el documento.
El Seguro Social subsidió incapacidades por 934 días a los 605 motociclistas accidentados, atendidos entre enero y julio de este año, lo que equivale a $5,607, de acuerdo a datos entregados por la Oficina de Información y Respuesta de la autónoma.
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