Pandillas aprovecharon tregua para matar a policías en El Salvador

Los años 1998, 1999 y 2015 dejaron a la PNC con 98, 94 y 86 muertes violentas

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Policías cargan el ataúd. Foto EDH / ??scar Iraheta

Por Karla Arévalo

2016-10-18 6:00:00

El 2015 no ha sido el único año cruento para la Policía Nacional Civil. En 1998 y 1999 el número de policías asesinados llegó a 192. A lo largo de 23 años, más de 1,133 policías han sido asesinados.

Una tregua nacional y dos treguas locales precedieron al aumento de  asesinatos de policías. El intento de reconciliación entre líderes de la MS y la pandilla 18 que presenció Humberto Carías, entonces coordinador del Programa Antimaras de la Policía Nacional Civil, el 23 de abril de 1996, falló:  “El 80 % (de la tregua) fue un fracaso. El 20 % se fue en una caja o se fue con Dios”. Ese año hubo 69 policías asesinados. El “Tratado de  consolidación de amor y paz” entre pandillas se firmó en El Congo, Santa Ana.


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Quince días antes del acuerdo entre las pandillas de El Congo, hubo otra tregua en el municipio de San Martín. Misioneros de la fraternidad Amar, de la Iglesia Católica, mediaron entre los pandilleros que aceptaron una tregua. No todos estuvieron de acuerdo.

Cuando en el 2011 doce ciudadanos eran asesinados cada día, el ex ministro de Justicia y Seguridad, David Munguía Payés, con la venia del ex presidente Mauricio Funes, avaló un pacto entre la pandilla 18 y la MS. Funes reconoció que la tregua bajó el número de homicidios. En 2011 hubo 4,371; entre ellos,  38 policías asesinados. El 2012 cerró con 2,594 homicidios y 40 policías asesinados. El gobierno atribuyó los 1,177 asesinatos menos a la tregua.


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Los datos llevan a inferir que las treguas tuvieron como efecto, no la reconciliación de las pandillas, sino el aumento de policías asesinados. Pero el director de la Policía desde 1994 hasta 1999, Rodrigo Ávila, dice que los asesinatos de policías a finales de los noventa fueron por cuestiones personales, fuertes operativos contra bandas organizadas y resabios que dejó el conflicto armado.

Ávila sostiene que para 2015, “los responsables de la mayor parte de homicidios a policías son los pandilleros”. Ese año hubo 86 policías asesinados. El criminólogo Carlos Carcach, atribuye los recientes  homicidios de policías a la implementación de medidas extraordinarias y al enfrentamiento directo entre policías y pandilleros.


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En 2014 hubo 256 enfrentamientos entre policías y pandilleros; y 676 en 2015. Esto corresponde a un aumento del 164 %. En esos hechos, 684 policías resultaron lesionados, según el Instituto Centroamericano de Investigaciones para el Desarrollo y el Cambio Social (INCIDE).

La deportación que salpicó a la Policía

Hace 20 años, 1,126 delincuentes fueron deportados a El Salvador. De los repatriados, 580 eran indocumentados.

La Policía se interesó por saber quiénes eran los deportados y qué delitos cometieron en los Estados Unidos. El 8 de abril de 1997, Jesús Enrique Flores, un pandillero de la 18 tendió una emboscada a dos policías. El sargento Mario Sorto murió, mientras que el agente Óscar Castro resultó lesionado. El asesino era uno de los deportados. El arma con que disparó se encontró en un pozo del sector donde se escondía. “Nunca he tocado un arma”, dijo al ser capturado.

El acuartelamiento, la medida estatal

Los primeros cuatro meses de 2015 fueron asesinados 45 policías, casi el número total de policías asesinados en 2014, que fue de 58. Esto motivó a la comisión de Seguridad Pública de la Asamblea Legislativa a reformar el artículo 16 de la ley Orgánica de la Policía que obliga a los agentes a ser acuartelados cuando el director de la institución lo ordene.

En mayo, luego de la reforma, hubo 7 policías asesinados, la mitad que en abril.

 

El ex agente Marvin Reyes sirvió 20 años  a la institución policial y califica el acuartelamiento como inhumano: “Las unidades no pueden contener al 100 % del personal. La Policía Nacional Civil no se fundó para ser acuartelada. Eso es un gran error”, dice. Mientras que Carcach opina: “Militarizar a la policía sería dar marcha atrás. La solución tampoco está en concentrarlos en centros habitacionales especiales”.

“Ciudad policía” fue la promesa de Mauricio Ramírez Landaverde ante las constantes amenazas a la vida de los policías. La ciudad, exclusiva para policías, permitiría sacarlos de las colonias dominadas por pandillas y resguardarlos en complejos habitacionales con vigilancia. Pero Rodrigo Ávila opina que “a quien hay que sacar de las colonias no es a los policías, sino a los pandilleros”. Sacar a los policías de las comunidades los convierte en “desplazados”, dice Carcach: “hablo de desplazamientos debido a la violencia. Ellos pasaría a formar parte de la cifra de desplazados”.

Los agentes son los más vulnerables ante los ataques de la delincuencia. Desde que se fundó la Policía Nacional Civil en 1992, 979 agentes y 101 cabos han sido asesinados.

Otra razón por la que Marvin Reyes rechaza el acuartelamiento es por el deterioro de algunas delegaciones policiales, como la Delegación Altavista en Soyapango o la Subdelegación Miramonte, que quedó sin energía eléctrica por impago del recibo en mayo de 2016. “Las delegaciones no reúnen ni los requisitos mínimos para que nos tengan 24 horas ahí”.

La suspensión de licencias es un “problema mayúsculo” dice Reyes. La solución es “blindar a la Policía” con una ley que  castigue con largas condenas a quien agreda a un agente o a su familia.