Tres entierros en lugar de desfile por la Independencia

En el cantón San Antonio, las pandillas pelean hasta por controlar la escuela pública a pesar de que el centro de estudios tiene vigilancia policial. 50 alumnos han desertado en lo que va del año.

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Los asesinatos de tres estudiantes provocaron la suspensión de los desfiles del 15 de Septiembre en el municipio de El Carmen, Cuscatlán. Hay temor en las escuelas y deserción escolar

/ Foto Por elsalv

Por Jorge Beltrán Luna

2016-09-14 9:27:00

En lugar de un desfile cívico para conmemorar el día de la independencia, este 15 de septiembre, en el cantón San Antonio, municipio El Carmen, Cuscatlán, habrá tres desfiles fúnebres hacia el cementerio de ese cantón.

La directora del centro escolar dijo ayer que por respeto a las familias de tres estudiantes asesinados entre el lunes y el martes, habían acordado suspender el habitual desfile del 15 de Septiembre.

Para Ximena Liset hoy sería un día especial porque participaría como porrista en el desfile que recorrería las calles principales del pueblo de El Carmen.

Fotos: Los homicidios que apagaron el día cívico en El Carmen

A sus 14 años, Ximena estudiaba quinto grado en la escuela del cantón El Carmen (se llama igual que el municipio). Su entusiasmo había llegado a tal grado de prestar algunas ropas a algunas de sus compañeras para que realizaran los ensayos.

Pero dos hombres miembros de la pandilla 18 Sureños truncaron esos planes.

La muerte de Ximena

El lunes al mediodía, cuando Ximena regresaba de clases, dos pandilleros, a uno de los cuales han identificado como el hijo del “Negro Domingo”, le salieron al paso, la tomaron del cabello, le taparon la boca y la introdujeron a un monte.

Ximena nunca se iba a pie de la escuela a su casa, localizada en el caserío La Joya. Siempre lo hacía en bus. Pero ese día, no salieron a tiempo de tomar el bus y, junto a una niña de unos 10 años, decidieron caminar por la calle que atraviesa el cantón El Carmen y San Antonio.

El rapto de Ximena fue cometido a unos 100 metros de la escuela del cantón San Antonio, donde estudiaban Walter Alfredo, de 16 años, y Rodrigo Antonio, de 15, quienes fueron asesinados a las 4:30 del martes, también cuando recién salían de su jornada escolar.

Varias personas vieron que fue un hijo del “Negro Domingo” y otro hombre que vive por el barrio El Calvario.

Los vio un ebrio consuetudinario; los vio la niña que acompañaba a Ximena y los vieron también los policías que cuidan el centro escolar del cantón San Antonio.

Esos policías vieron que ambos pandilleros estaban desde media mañana en el lugar conocido como La Bomba (estación de bombeo de agua) o El Bambular.

En cuestión de minutos, los policías que custodian la escuela de San Antonio fueron alertados del rapto de Ximena, pero no hicieron nada porque quien les avisó era una niña. Eso dicen los familiares de Ximena.

Fue preciso que llegaran varios adultos para que pidieran refuerzos y comenzaran a buscarla. El ebrio también les avisó pero no le creyeron por andar borracho.

En la misma tarde del lunes, la Policía dijo a parientes y vecinos que habían encontrado el bolso escolar de la adolescente, manchas de sangre y un hoyo en forma de sepultura, recién excavado.

Algunas personas dijeron que como a las 5:00 de la tarde del lunes escucharon varios disparos en el lugar conocido como Las Marías, donde encontraron el bolso escolar.

El cadáver de Ximena fue encontrado en el lecho del río Quezalapa, en el tramo que pasa por el cantón Jiñuco, municipio de Tenancingo, distante varios kilómetros de Las Marías, donde aparentemente la mataron.

El cadáver de la adolescente fue encontrado cerca de las 3:00 de la tarde del martes por un hombre que pescaba en el río. El cuerpo había quedado atrapado entre unas raíces.

Ximena vivía en el caserío La Joya, un vecindario con presencia de la mara Salvatrucha. El resto del cantón San Antonio es dominado por la pandilla 18 Sureños. Estos pandilleros han prohibido a los habitantes de La Joya desplazarse a pie por la calle principal del cantón San Antonio.

¿Represalia de la MS?

Minutos después de que en La Joya se supiera que Ximena había sido encontrada muerta, Walter Alfredo y Rodrigo Antonio fueron acribillados, justamente en el desvío hacia el caserío La Joya, al cual los lugareños llaman El Gancho.

Ambos jóvenes se dirigían al caserío Los López, un par de kilómetros al norte de la escuela donde estudiaban.

El mismo martes en la noche, trascendió de que los dos estudiantes habían sido asesinados porque eran testigos de  la privación de libertad de Ximena. Eso ha sido descartado tanto por fuentes policiales como por familiares.

Lugareños aseguran que el doble asesinato podría ser “el vuelto”, esto es, la venganza, por parte de la MS, agrupación que predomina en el caserío donde vivía Ximena.

Tanto familiares como vecinos de Ximena afirman que la adolescente no tenía ningún vínculo con pandillas; más bien atribuye su asesinato al hecho de desobedecer la advertencia de la pandilla 18 hacia los habitantes de La Joya, de no transitar a pie por la calle principal del cantón.

Pandillas se disputan el control de la escuela

Rodrigo Antonio tenía 15 años y cursaba noveno grado. Su profesor lo califica como un buen estudiante, muy callado pero a la vez muy bueno para hacer exposiciones de temas en clases. Observaba muy buena conducta.

Era un estudiante con calificaciones de 8 y 9, y justamente el martes anterior expuso sobre el tema de la violencia que afecta al país. 

Walter Alfredo tenía 16 años y cursaba el sexto grado porque por un tiempo dejó de asistir a la escuela. Este año había retornado sus estudios.

Aunque la directora de la escuela asegura que los dos adolescentes eran bien portados, algunos estudiantes de ese mismo centro escolar indican que uno de ellos había amenazado a varios estudiantes que residen en el caserío La Joya.

La escuela a la que asistían ambos parece ser una posición en disputa entre la pandilla 18 Sureña y la mara Salvatrucha. El campo de batalla parece ser los baños de la escuela donde abundan los garabatos alusivos a esas agrupaciones delictivas.

Y es que a pesar de que esa escuela cuenta con vigilancia policial y está cerca de un puesto de policías y soldados, está lejos de ser un remanso de paz.

Según la directora de la escuela, solo este año ha habido aproximadamente 50 estudiantes que han dejado de asistir porque sus familias se han ido del cantón por el grave problema de inseguridad.

El asesinato de Rodrigo Antonio y Walter Alfredo posiblemente derive en más deserciones. Varias madres o padres de estudiantes afirmaron ayer a El Diario de Hoy que ya no enviarían a sus hijos a estudiar aunque reprueben el año.

¿Por qué? Aunque la pregunta parece absurda tras los tres asesinatos, arranca una respuesta inquietante: “los policías o soldados solo pasan sentadotes en la escuela o platicando con las bichas (adolescentes) de noveno grado”. 

La respuesta es acompañada con una mezcla de reclamo o sugerencia: “A Ximena la agarraron (raptaron) cerca de ellos. Si tan solo hubieran reaccionado luego, tal vez la hubieran rescatado”, dijo una persona.

En cuanto al asesinato de los dos jóvenes, los vecinos consideran que tal vez si los policías y soldados patrullaran los alrededores de la escuela antes que los estudiantes salgan, podrían haber disuadido a los asesinos. “Pero como solo pasan “sentadotes”.