1. Un pintor homicida
En la colonia Quezaltepeque de Santa Tecla, donde raramente suelen ocurrir hechos de violencia, el 4 de abril, Olga Lidia Salinas de Cardona junto a sus hijas Katerin y Sofía, de 18 y 10 años, fueron degolladas.
Un grupo de hombres entró a la casa de los Cardona Salinas y mató al perro para ocultar su presencia.
El esposo de Lidia y padre de las menores, fue obligado a ir a un banco de Santa Tecla para vaciar sus cuentas; de regreso fue gravemente herido y, días después, murió en un hospital.
Hay tres capturas y varios videos que demuestran los hechos.
Pese a que en un momento se llegó a manejar el robo como el móvil del crimen, el nivel de barbarie usado por los homicidas hace llevar hacia otro rumbo las investigaciones de las autoridades.
2. Apuñalada por un ramo de pitos (flor)
Wendy, una niña de 12 años tomó un ramo de flor de pitos (comestibles en El Salvador) del terreno de José Antonio García, de 62 años, en marzo pasado.
El hombre enfurecido acabó con los sueños de Wendy al apuñalarla en el pecho. Colgado quedó el uniforme de la menor que usaría para asistir a la escuela al día siguiente.
El homicidio ocurrió en el cantón Concepción del municipio de El Carmen en Cuscatlán.
Al parecer, el árbol pertenecía a la familia de la niña, pero estaba plantado en el lugar equivocado. Al no atender el reclamo del furioso hombre, él intentó agredir a Wendy y a su madre; pero Wendy estaba más cerca y el puñal la alcanzó primero. Murió camino al hospital.
José García fue capturado y puesto a la orden de las autoridades. La Policía también detuvo al tío de Wendy porque le lanzó una piedra a García en un intento por defender a sus sobrinas.
3. Asesinato de joven universitaria
El caso Bobadilla es conocido desde 2013. Hoy, vuelve a sonar a raíz de la última resolución de la Fiscalía para uno de los acusados del homicidio contra Helen Arias: su novio, José Alejandro Bobadilla.
”Se hizo justicia”, declaró Alejandro Bobadilla quien fue absuelto del delito de complicidad en el asesinato el 13 de abril de 2016.
Helen Arias intentó librarse de la muerte, pero los golpes con un martillo le ganaron la batalla. Según las autoridades, Claudia Leiva de Bobadilla y Andrea Bobadilla usaron “exceso de violencia” contra Helen. La uña acrílica de una de las homicidas fue encontrada en el cadáver de la víctima.
Al inicio de la investigación, las confesiones de las imputadas, los relatos de testigos y las pruebas de sangre se convirtieron en fuerte evidencia contra los acusados.