Lorenzo Córdova, analista político y consejero presidente del Instituto Nacional Electoral de México, afirmó que un pilar fundamental de un sistema político estable y democrático es la vigilancia en el financiamiento de los partidos políticos.
Afirma que es importante entender a los partidos como entes privados con finalidad pública, pues aspiran a administrar el poder y los recursos que aportan todos los ciudadanos. Por ello es importante supervisar quién da dinero a los partidos políticos y los compromisos que estos pueden adquirir con sus donantes. “Quien dona dinero a la política no está haciendo filantropía. Detrás de cada donación puede haber un interés por favorecer a un sector particular o aspirar a cierto tipo de políticas. Esto no es necesariamente malo, pero debe haber una rendición de cuentas”, dice Córdova.
Por otra parte, en países de institucionalidad débil sin regulación del dinero en la política no hay garantías de que agrupaciones ligadas al crimen organizado no busquen financiar o pretendan influir en los partidos políticos.
“Debemos detectar, encarecer e inhibir el financiamiento ilícito de la política”, agrega Córdova, y para ello es importante tener una ley de partidos firme en esta área.
Además, indica que es importante que haya sanciones fuertes que desincentiven el financiamiento ilícito de partidos. Señala que las multas en México han alcanzado hasta los $100 millones por incumplimiento.
Por su parte, en El Salvador la Ley de Partidos Políticos omite la vigilancia del financiamiento de los partidos. Pese a que la Sala de lo Constitucional declaró inconstitucional esta omisión, la Asamblea Legislativa no ha cumplido este fallo y sigue sin establecer formas de vigilar el dinero en la política.
Lorenzo Córdova afirma que El Salvador se pierde la oportunidad de inyectarle claridad, transparencia y legitimidad al sistema democrático y esto es grave. “La rendición de cuentas, debería ser un principio democrático de primer orden”, acotó.
Asimismo, Córdova opina que la reforma política electoral que acerca a los representantes de un país con la ciudadanía debe ser un proceso constante y que involucre a la mayoría de actores posibles, pues de este depende que se sienten las reglas del juego democrático.
También ve positivos los avances de El Salvador en materia electoral, como la posibilidad de votar por rostro o los concejos plurales, los cuales han surgido a raíz de sentencias judiciales y afirma que la sociedad completa debe apropiarse de la exigencia de estos cambios.