El evangelizador de las redes sociales

El jueves se presenta en el país el Padre Luis Zazano, sacerdote católico argentino reconocido por utilizar Facebook, Twitter y WhatsApp para compartir sus reflexiones diarias en audios. 

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El sacerdote argentino Luis Zazano, conocido por evangelizar desde su celular a través de las redes sociales, estará en El Salvador. Todos los días, Zazano comparte una breve reflexión del evangelio en sus cuentas de Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp y su página en Internet www.padreluiszazano.com

Por Gabriela Orellana / comunidades@eldiariodehoy.com

2016-02-10 5:00:00

El Salvador recibirá el jueves al Padre Luis Zazano, sacerdote argentino reconocido por evangelizar a miles de seguidores desde su celular a través de las redes sociales, donde comparte cada día su reflexión del Evangelio a través de Facebook, Twitter, Instagram, WhatsApp y en su página web (www.padreluiszazano.com). 

Esta forma de evangelizar comenzó en el 2012, cuando era secretario del arzobispo de Tucumán y lideraba un grupo de jóvenes en la cual les enviaba una reflexión del evangelio vía Facebook. Un día, medio dormido, en vez de publicar la meditación en el grupo cerrado, lo hizo en su cuenta personal y empezaron a llegar mensajes como “¡qué lindo, padre!” Al siguiente día pensó en no publicarlo debido a la equivocación, pero los fieles le preguntaban y esperaban el siguiente. Fue así que el año pasado comenzó a enviar la reflexión por WhatsApp, siendo este un medio para acercar a la gente a Dios. 

El Padre Luis, como cariñosamente se le conoce, es un sacerdote católico diocesano, vicario parroquial de la Iglesia de la Sagrada Familia de Nazareth en Alderetes, Tucumán, Argentina. Profesor de Doctrina Social de la Iglesia en el Seminario Mayor Arquidiocesano “Nuestra Señora de La Merced y San José” y Profesor de Humanística en la Universidad del Norte de Santo Tomás de Aquino. Fue ordenado sacerdote en la Catedral de Tucumán el 23 de marzo del 2012. 

Es graduado en Teología de la Universidad Católica de Argentina, Magister en Liturgia de la Sociedad Argentina de Liturgia y actualmente está cursando una Licenciatura en Orientación Familiar en la Universidad Austral, Argentina.

En una entrevista reciente realizada por un periódico digital argentino, el Padre Luis comentó: “El hombre hoy está más tiempo en una computadora que mirándose a la cara (…). Hoy se produce una sociedad individualista o la sociabilización solitaria, que involucra a esas personas que tienen cuentas y que pueden tener miles de seguidores pero que, en la realidad, están solas. No tienen amigos reales. Y eso lleva a pensar qué identidad tiene el hombre hoy”. 

Y dice más adelante: “Se han perdido valores; hay personas que no tienen la capacidad de mirarse cara a cara. Hoy hay angustia y estamos viviendo la gran enfermedad del siglo 21, la depresión; a la que llegan los que no encuentran sentido a la vida, aquellos a quienes nadie les habla, porque tampoco nadie los escucha. Necesitan pedir un consejo y no saben a quién”

FUROR EN REDES SOCIALES 

En el último mes, casi 55 mil personas ingresaron a su página con el deseo de conocer y profundizar en su reflexión diaria del Evangelio. Cuenta con más de 30 mil seguidores en Facebook, 5 mil en Twitter, casi 3 mil en Instagram y tiene más de 3,200 contactos en WhatsApp. Es una cadena interminable en la cual sus seguidores reenvían su mensaje. Lo siguen desde China, Japón, Inglaterra, Venezuela, Canadá, Irak, El Salvador, Guatemala, y en muchos países de América. 

“Si San Pablo estuviera en estos tiempos, utilizaría los medios de comunicación. Si en el siglo I, Pablo escribía cartas, ¿cómo no usaría estos medios ahora?”, asevera el Padre Luis.  

“Una persona no se tiene que quedar con el celular, nada más. Esto es una pequeña ayudita para llegar a Dios. No es el audio o la misa. Es el audio que lleva a misa”. Igualmente comenta que no todos sus seguidores son católicos, algunos son ateos o de otras religiones. 

LA REFLEXÓN QUE EVITA UN SUICIDO 

Una de las historias que ha demostrado que sus reflexiones si llegan a la gente y pueden hacer cambios significativos en las vidas de las personas; un sacerdote de Guatemala le contó que un hombre estaba por suicidarse: “Estaba buscando el arma y escribiendo un WhatsApp a su esposa para despedirse. Pero no encontraba el arma. En ese momento, llega la meditación del Evangelio, la escucha y se retira a llorar. Al llegar la esposa a la casa y él le pide perdón, diciéndole que esa meditación le había hecho reflexionar y se preguntaba: ‘¿por qué no encuentro mi arma?’. La mujer mira y ahí estaba el arma”. 

“El hombre me escribió para agradecerme, pero esto no lo he hecho yo, lo ha hecho Dios a través del Evangelio”, comenta. “Lo que hace la reflexión, es abrir las ventanas para que entre aire fresco a la Iglesia. No podemos estar estancados. Si no, como toda agua estancada, se pudre”. 

Lo que mueve al Padre Luis Zazano para evangelizar de esta otra manera, es su deseo ardiente por difundir la Palabra de Dios a todos los rincones del mundo entero, aprovechando la cercanía que las redes sociales y medios de comunicación dan hoy en día. Además busca hacer eco a lo que el Santo Padre, el Papa Francisco, nos anima a todos los católicos para salir de nosotros mismos.

 “Anunciar el mensaje de Jesús en los medios de comunicación no consiste en ir a buscar al pasado frases o imágenes que iluminen el presente, sino profundizar en el presente hasta encontrar en él ese Dios cercano que camina a nuestro lado. Jesús es de nuestro tiempo, camina adelante, no atrás. Analizando los hechos, averiguando nuevos datos, criticando conductas, proponiendo ejemplos, compartiendo mensajes, buscamos encontrar y mostrar las huellas del amor de Dios a los hombres y mujeres de este “hoy”, de esta actualidad”.

LLAMADO A SER SACERDOTE

“Mi llamado vocacional lo sentí a los 17 años. Yo no venía de una familia practicante que participara de algún movimiento o de algún grupo, para nada. Es más, me había tomado una buena distancia de la Iglesia católica y hasta podría decirte que tuve una actitud contraria a la Iglesia desde los 12 hasta los 15 años. La que me volvió a acercar a la Iglesia era la que en ese entonces era mi novia, porque ella sí pertenecía a un grupo, entonces cuando me puse de novio con ella empecé a ir a misa y a participar, y después conocí a un sacerdote jugando a la pelota del que me hice muy amigo; y luego de un camino que fui haciendo en ese proceso de conversión al cristianismo”, cuenta.

“Me di cuenta de cómo Dios llenaba mi vida, y lo descubrí también en el servicio, atendiendo a un comedor infantil, y después dando catequesis. Y la gran pregunta fue la confesión, cuando había una niña que quería confesarse y no había sacerdote, y me dijo:  ‘qué voy a hacer si no tengo quién me confiese’. Es ahí cuando empecé a cuestionarme “el día de mañana yo podría confesar”. Esa necesidad y esa carencia de la confesión es la que me llevó a preguntarme ¡¿qué puedo hacer yo para llegar a un alma?’”. 

Zazano aconseja a los jóvenes a evangelizar con el testimonio, con la cercanía, con esos amigos que se van a jugar a la pelota o a tomar una cerveza, y entre diálogo y diálogo hablar de los valores, desde la cercanía, o preguntarle “qué te pasa que te veo con mala cara”, o decirle “no sé qué te pasa, pero contá conmigo”. Desde ese lugar, desde mostrar una preocupación por el otro.  Lo que dice el papa Francisco de “primerear”; bueno, “primereá” y acompaña al otro, y ahí vas a ver cómo el evangelio empieza a fluir y a meterse en el otro”.