Mototaxis: un transporte popular, pero inseguro

En El Salvador circulan 3,062 unidades en 110 municipios.

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Conozca de la voz de uno de los choferes de mototaxis, el testimonio de las dificultades que deben sortear día con día, quienes se dedican a ese oficio.

/ Foto Por elsalv

Por Roberto Alas / Cristian Díaz / Lucinda Quintanilla

2016-02-11 8:00:00

Los riesgos que a diario corren los usuarios que abordan las mototaxis son diversos: desde ser embestidos por vehículos particulares y pesados hasta sufrir un vuelco.

Pese a los peligros, la prisa y la pelea por subir pasajeros hacen que este tipo vehículos desordene, junto al resto del transporte público, las ciudades. Además, causan accidentes y comente un elevado número de infracciones de tránsito, según la PNC.

De los 262 municipios del país, 110 cuentan con este servicio de transporte alternativo local. Es decir, en el 42 % del territorio, miles de usuarios abordan una mototaxi.

Con un total de 591 de estos vehículos, el departamento de Ahuachapán es donde el Viceministerio de Transporte (VMT) ha autorizado el mayor número.

Prácticamente, movilizarse en ese transporte no ofrece ninguna garantía de seguridad. Los tres pasajeros, el máximo que puede llevar, no tienen de dónde agarrarse más que del respaldo del conductor. El número de infracciones que les han sido impuestas son una muestra del riesgo que los pasajeros corren al abordarlas.

Un total 2,150 esquelas fueron impuestas a mototaxis en 2015, según el departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil de Ahuachapán.
De esa cantidad, 1,200 esquelas fueron leves, 200 graves y 750 muy graves. 

Las multas impuestas significan que, del total de unidades que circulan en ese departamento, a cada una se le impuso de tres a cuatro esquelas por infracciones leves, graves y muy graves.

Aunque no precisaron el número de esquelas impuestas por municipios, el departamento de Tránsito de la PNC de Ahuachapán dice que la mayor parte de conductores multados están el municipio de Atiquizaya.

Las faltas por las que son sancionados son: no portar llanta de repuesto y llevar llantas lisas, no portar triángulo reflectivo o dispositivos preventivos de seguridad.

Asimismo, circular fuera del recorrido o andar en carreteras abiertas, sobrepasar la capacidad de pasajeros de acuerdo a las especificaciones propias del vehículo (sólo pueden llevar tres pasajeros más el conductor) y sobre cargar la unidad, entre otras.

Carlos Velásquez, quien tiene varios años de conducir un vehículo de ese tipo, expresó que antes la Policía le ponía esquelas muy seguido por sobre carga de pasajeros y circular en carretera.

“Hoy soy más cuidadoso y trato de no exponer al pasajero; pero acuérdese de que uno anda en la calle y nunca sabe cuándo va a tener un accidente”, dijo el conductor.

José Cortez, quien reside en el municipio de Atiquizaya, Ahuachapán, indicó que si bien se desplazan con más rapidez, hay motoristas que son muy temerarios cuando hacen los recorridos a las zonas urbanas o van a los cantones.

“Es cierto que nos movilizamos bastante rápido, aunque hay motoristas que son muy imprudentes para manejar. Unos corren rápido y las calles del municipio no están hechas para eso”, opinó Cortez.

Mercedes Estrada, quien iba del casco urbano de Atiquizaya hacia el Barrio El Ángel, aseguró que muchas veces los motoristas corren a gran velocidad y “paran donde quieren cuando se sube otro pasajero”.

Por su parte, la síndico de la alcaldía de Atiquizaya, Jenifer de Mirasol, aseguró que el transporte alternativo les provoca problemas en el municipio, desde desorden hasta accidentes de tránsito.

“Hemos tenido un montón de accidentes que provocan las mototaxis; pero también un deterioro en la red vial”, aseguró.

En el municipio de Ahuachapán, donde circulan 283 mototaxis, estos vehículos circulan un día sí y otro no. Aquí también han ocurrido accidentes de tránsito, aseguró el alcalde Abilio Flores.

Aunque no mencionó el número, agregó que algunas veces los responsables son los conductores del transporte alternativo y en ocasiones por la imprudencia de los vehículos particulares.

En ese municipio, con calles muy estrechas, Francisco Ramírez manifestó que conducir en la ciudad ahuachapaneca se convierte en un riesgo cuando circulan las mototaxis. “Ellos paran en cualquier lugar, a veces uno va manejando y hacen giros en “U” que hacen que uno frene de inmediato”, se quejó.

Para él, uno de los problemas por los que se generan percances viales es el hecho de que no existe un plan de ordenamiento en la ciudad.
El Subinspector López Reyes, jefe del 911 y de la Subdelegación Centro de Ahuachapán, expresó que las mototaxis se ven involucrados en accidentes de tráfico debido a “la poca experiencia de los conductores y los giros no autorizados”.

En Quezaltepeque, departamento de La Libertad, la situación también es caótica porque ahí no solo circulan mototaxis en el centro de la ciudad, sino porque lo hacen buses, microbuses y microbuses piratas.

En ese municipio, según el alcalde Elio Lemus, los accidentes que se han registrado han sido leves y mínimos gracias a un plan de señalización impulsado con el VMT.

Clientes con temor, pero  satisfechos

Pese a los riesgos que los usuarios corren al abordar el transporte alternativo de las ciudades, quienes lo utilizan se sienten satisfechos por el costo del pasaje y el servicio que prestan.

Lo menos que cuesta el pasaje es $0.50, eso depende de si el pasajero viaja al casco urbano o a los cantones.

En Nejapa, departamento de San Salvador, Clara Ardón abordó una mototaxi desde el casco urbano del municipio hacia el cantón San Luisito.

Ella comentó: “Son de un gran beneficio, más que todo porque no hay transporte hacia donde yo voy, a veces hay pick up, pero no siempre”, indicó.

Carlos Alberto, otro mototaxista quien pidió omitir su apellido, dijo que él se esfuerza por prestar un buen servicio a los clientes y por ello conduce con precaución por el casco urbano de Quezaltepeque, las colonias y los cantones del municipio.

En Atiquizaya, don Joel García viaja desde el casco urbano hacia la Hacienda San Antonio. Por esa “carrera” paga $1.50. Eso no le parece demasiado: “Es barato porque van directo, no van parando y lo llevan a u no hasta la casa”.