La niña Lilian ha llegado a convertirse prácticamente en “la voz del pueblo”. Su audiencia e influencia en las redes sociales y medios de comunicación ha trascendido a su atinada caja de lustre. Su franqueza ha sido bienvenida por jóvenes y adultos y justamente esa habilidad es la que mayor simpatía le arrastra.
Con seguridad, la mayoría de salvadoreños promedio sería incapaz de tomar por el brazo a un diputado, si se lo encontrara en un centro comercial, por ejemplo, para decirle “oiga señor, yo no lo elegí para que me quite la pensión, qué le pasa a usted con mis ahorros”. Lo más probable es que ese ciudadano promedio se trague lo que piensa, incluso esos fabulosos improperios que a la niña Lilian se le salen con naturalidad. También lo más seguro es que ponga tooodo lo que se le viene a la mente en su Facebook y lo comparta en las noches de desvelo o en las tardes de ocio, pero hasta ahí llegaría su protesta.
Precisamente, El Diario de Hoy le consultó a la niña Lilian sobre lo que piensa de esa reforma de pensiones y qué haría si fuera ella la que le tocara darle sus ahorros al Gobierno, por obligación, en lugar de tener la libertad de tomarlos por ser exclusivamente suyos, sin que nadie ajeno y sin autorización se los quite.
En esta ocasión, la niña Lilian les dice, a su manera, que las ganancias en los ahorros se obtienen trabajando y no atracando a nadie.
Le compartimos sus opiniones al respecto.