Cambio climático agrava epidemia del zika

El Aedes aegypti se estaría volviendo más resistente, propagando más el virus.  

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La OMS ha decretado emergencia sanitaria global por el zika y ha llamado a controlar al vector Aedes aegypti.  

/ Foto Por elsalv

Por Xenia González Oliva

2016-02-25 6:28:00

La llegada de un nuevo virus a una región en la que la población no posee defensas inmunológicas es  una seria amenaza, pero en el caso del zika, el peligro aumenta al combinarse con otras condiciones que pueden facilitar su propagación, por ejemplo el impacto del cambio climático. 

En el caso del zika y de los otros virus transmitidos por el mismo vector, el mosquito Aedes aegypti, el aumento de las temperaturas por fenómenos como El Niño, les permite propagarse con mayor facilidad.  

“Hay un comportamiento errático del clima y esas situaciones vienen a hacer que la presencia de estas enfermedades no corresponda a los patrones habitualmente conocidos, lo cual debe poner en guardia a los sistemas de salud”, expresó el médico infectólogo Jorge Panameño. 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha determinado que brotes epidémicos del virus del Zika pueden ocurrir globalmente ya que los ambientes en los que los mosquitos viven y se reproducen cada vez son más, debido al cambio climático. 

La interacción entre el cambio climático, el calentamiento global y la expansión de estas enfermedades se ha comenzado a estudiar más, manifestó el director de Vigilancia Sanitaria del Ministerio de Salud, Rolando Masis. 

“Como efecto nuevo, hemos visto cómo la población del mosquito se extiende cada vez más. Estamos viendo casos en lugares donde antes, geográficamente, no era posible”, dijo Masis. 

Pero la influencia del cambio climático y las variables que provoca en las temperaturas no solo han permitido que el Aedes aegypti llegue a más lugares, sino que también lo han ido transformando en un organismo más resistente e incluso más agresivo. 

Normalmente la primera fase de vida del mosquito, que contempla las formas de huevo, larva y pupa, toma un período de siete días hasta que llega a su fase adulta. 

Sin embargo, las altas temperaturas pueden provocar que ese período se acorte y llegue a su fase adulta en menos días. Esa parte del ciclo puede llegar a realizarse hasta en apenas tres días. 

“Los huevos hoy maduran mucho más rápido que el proceso normal. Lo que provoca una proliferación mayor de zancudos porque nacen mucho más rápido”, explicó el infectólogo Iván Solano Leiva. 

Incluso, dependiendo de la temperatura, la hembra del zancudo puede depositar entre 50 a 200 huevos. 

Masis explicó que cuando un zancudo “sano” picaba a una persona infectada, en este caso con el zika, por lo general no podía transmitir la enfermedad inmediatamente y pasaba un período de al menos ocho días en los que el virus se incubaba en el insecto. 

Pero ese tiempo también se ha reducido. 

“Esto nos hace que tengamos un mosquito  más pequeño, más agresivo, que pica más, que tiene la necesidad de alimentarse más y significa mayor probabilidad de que una enfermedad como esta se difunda”, expuso. 

Para Masis todas estas nuevas condiciones pueden verse como consecuencias del cambio climático. 

Evolución del virus 

En el documento de la respuesta estratégica y plan de operaciones conjuntas contra el zika, publicado recientemente por la OMS, la entidad anticipó que el virus continuará su expansión en las Américas.

La misma directora de la OMS, Margaret Chan, ha señalado los cambios drásticos que ha tenido el zika desde que se identificó por primera vez en 1947, en un bosque de Uganda. 

Hasta el año pasado, el zika era conocido como un virus que solo provocaba ligeros malestares en las personas infectadas y con pequeños brotes en un espacio geográfico limitado.  

Su posible relación con trastornos neurológicos, como el síndrome de Guillain Barré, y malformaciones congénitas, en este caso microcefalia, no se había contemplado durante esas décadas previas. 

“El año pasado el virus fue detectado en las Américas donde ahora se está expandiendo explosivamente”, sostuvo Chan, en la introducción de la estrategia de la OMS, que ha declarado emergencia global por el zika. 

Para Panameño, las razones que han llevado a la emergencia, como la agresividad del virus en su propagación y secuelas en la población, pueden estar directamente relacionadas con el calentamiento global. 

“Es muy probable, en mi opinión, que tenga incidencia en el comportamiento de los virus. Nos explicaría la rápida diseminación a través de nuestros territorios de esta enfermedad”, opinó el especialista. 

Menos casos, pero con riesgo de incremento

A finales del 2015 e inicios del 2016, el Minsal llegó a reportar más de mil casos sospechosos de zika por semana. 

Pero durante las últimas cinco semanas se ha registrado una reducción progresiva de la cantidad de casos registrados. 

Entre enero y hasta el 20 de febrero, se habían registrado 5 mil 123 casos sospechosos de zika; en total son 8 mil 959 desde que se confirmó el virus en el país. 

Una de las primeras alarmas en El Salvador tras el ingreso del zika al país fue el alza de casos de Guillain Barré. 

Mientras aparecían más casos de zika, también aumentaban las personas que desarrollaban el poco común trastorno neurológico. 

Con la disminución de los casos de zika, son menos los pacientes con Guillain Barré, que, hasta la semana pasada, eran 126 en total. 

“Parece una relación directa en términos de tiempo y espacio”, señaló Masis. 

Al mismo tiempo, se ha reducido el índice larvario a escala nacional. 

Al inicio del año era del 11% y para la última semana era de 9%, según el Minsal. 

El índice larvario está basado en la cantidad de criaderos de zancudo. Por ejemplo, en el departamento de San Salvador que aún es del 22%, quiere decir que de cada 100 casas hay 22 con criaderos. 

El índice larvario de seguridad, para poder controlar al vector y los virus que transmite, debe ser del 4%. 

Sin embargo, es probable que el comportamiento actual no se mantenga por mucho tiempo. 

Para los infectólogos, Panameño y Solano Leiva, las condiciones climáticas recientes, con bajas temperaturas y fuertes vientos, han influido en la reducción de población de mosquitos, y por tanto de la propagación del virus. 

“Ha tenido que ver el cambio en el clima, pero también por el trabajo realizado, se ha invertido casi $1 millón en la jornada contra el zancudo”, consideró, por su parte, Masis. 

No obstante, la ministra de Salud, Violeta Menjívar, también ha reconocido el riesgo provocado por el cambio climático. 

“No nos atengamos, el cambio climático está haciendo daños muy grandes al país. De repente tenemos grandes calores y el vector se reproduce. El frío y viento hace que el animal se disperse un poco”, dijo Menjívar. 

Panameño destacó que puede haber un acelerado aumento de la población de zancudos ante la llegada de los días más calurosos, acompañados de lluvias esporádicas.

Aunque los huevos del zancudo requieren del agua para poder pasar a la fase de larva, pueden mantenerse viables hasta un año en lugares secos. 

“Cuando cae la primera tormenta todos esos huevos que han pasado sedentarios, eclosionan todos y se ve el gran brote de mosquitos”, había explicado anteriormente el entomólogo Rubén Sorto a El Diario de Hoy. 

Altas temperaturas con lluvias fuertes seguido de períodos sin lluvias es precisamente lo que el Observatorio Ambiental predijo para este año. 

“Esto nos enseña que el objetivo primordial debería ser el combate de las condiciones que favorecen la presencia del mosquito”, manifestó Panameño. 

Para él la lucha ya no se debe concentrar solo con fumigaciones, o jornadas de inspección, se debe abarcar los problemas relacionados a la falta de agua potable e instalación adecuada de acueductos para la mayor parte de la población. También influye un mal manejo de los desechos y acumulación de basura. 

“La realidad del calentamiento global es innegable y tenemos que saber cómo responder”, sostuvo Panameño.