Acribillan a veterano de fuerzas especiales y a su hermano

La víctima estuvo de alta en el comando Antiterrorista. Los mató la pandilla 18 cerca de su casa, en un cantón de Cojutepeque

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Militares y policías hicieron un rastreo en la zona en busca de los homicidas de los hermanos, pero no hubo detenciones.

/ Foto Por René Estrada

Por Diana Escalante

2016-01-03 9:02:00

En un acto repudiable varios pandilleros de la 18, del ala sureña, le quitaron la vida a dos hermanos que residían en el cantón El Carrizal, en Cojutepeque, Cuscatlán.

Miguel Muñoz Flores, de 33 años, y su pariente José, de 21, fueron acribillados, el domingo, cuando viajaban en una motocicleta que era manejada por el primero.

Miguel tenía dos años de trabajar como agente de seguridad privada en Dubái, en los emiratos árabes.

Antes de partir hacia el extranjero en busca de un mejor empleo para ayudar económicamente a su familia, la víctima estuvo de alta en la Fuerza Armada.

Según sus excolegas, cuando Muñoz se salió de la institución estaba destacado en el Comando Especial Antiterrorista (Ceat).

El domingo al mediodía, Miguel y su hermano retornaban a su vivienda tras realizar unas diligencias.

Cuando circulaban por un tramo desolado de la calle principal del cantón fueron atacados a balazos por pandilleros que estaban escondidos entre matorrales y varas de bambú.

Las autoridades informaron que el primero en morir fue José, quien iba sentado en la parte trasera de la moto.  Los delincuentes le dispararon en la cabeza y él cayó de inmediato sobre la calle.  

En un intento por ponerse a salvo, Miguel siguió  manejando pero no imaginó que más adelante otro grupo estaba apostado entre la vegetación esperando para matarlo.

Los cadáveres quedaron a unos 50 metros de distancia, según el reporte policial.

Fuentes allegadas a la investigación manifestaron que los delincuentes presuntamente querían asesinar a un pariente de las víctimas, a quien habrían confundido con Miguel.

Las fuentes dijeron que los homicidas usaron pistolas, fusiles M-16 y escopeta para cometer el ataque.

Aunque hubo un operativo de búsqueda en la zona, las autoridades no reportaron detenciones.

Habitantes a merced de los pandilleros 
El cantón El Carrizal es asediado por la pandilla 18, por lo que desde hace varios meses miembros de la Fuerza Armada patrullan  la zona y dan seguridad casi permanente en la única ruta de bus que brinda el servicio a los habitantes.  

Tras el asesinato de los hermanos Muñoz, varios soldados recorrían el lugar listos a disparar.

Las pocas personas que caminaban por la calle lo hacían de prisa y se mostraban esquivas con los extraños.

Cuando los militares vieron a unos periodistas les pidieron que se identificaran y luego, el que estaba al mando, le ordenó a unos soldados que los acompañara “porque nunca se sabe de dónde van a salir (los pandilleros)”.  

Según las fuentes, la topografía del lugar permite que los delincuentes cometan sus fechorías y tengan opciones para ocultarse o escapar.

A esto se suma, dijeron ellos, que hay varios residentes del cantón que son colaboradores de los pandilleros y los alertan cuando ven llegar a patrullar a la Policía o los militares.