Mons. Ricardo Urioste dedicó su vida a la fe y el servicio

Entre sus virtudes destacan su amor a Cristo, su sencillez y humildad al servicio de la Arquidiócesis. Fue uno de los clérigos más cercanos a Monseñor Romero e impulsor de su beatificación ante el Vaticano

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Sus restos están en capilla ardiente, en la parroquia Cristo Redentor,  Mañana a las 3:00 p.m. en Catedral Metropolitana los sepultarán después de una misa. foto edh / omar carbonero.

/ Foto Por Omar Carbonero

Por NIdia Hernández, Violeta Rivas y Daniel Choto

2016-01-15 7:20:00

La Iglesia Católica salvadoreña está de luto por la muerte de Monseñor Ricardo Urioste, un gran colaborador del Arzobispado de San Salvador y presidente de la Fundación Romero. El religioso falleció la madrugada de este viernes en la unidad de cuidados intensivos del Instituto Salvadoreño del Seguro Social (ISSS).

 Monseñor Urioste fue ingresado al hospital el 31 de diciembre recién pasado, a consecuencia de un traumatismo craneano que sufrió tras  una caída en su casa el 30 del mismo mes. 

Desde entonces permaneció en cuidados intensivos en el hospital general, pero una complicación renal, por la diabetes que padecía, le provocó un paro cardíaco y falleció, explicó el director del ISSS, Ricardo Cea.

“Nuestro querido Monseñor Urioste tuvo una serie de complicaciones entre ellas una falla renal aguda, que lo llevó a un paro cardiaco”, dijo el director del ISSS. 

Su muerte ha sido muy sentida entre los miembros del clero y otras personas muy cercanas al obispo, así como funcionarios de gobierno. 

Algunos sacerdotes consultados al respecto no dudaron en destacar las cualidades y virtudes del prelado, quien durante toda su vida predicó el amor a Cristo y al prójimo, sobre todo a los más pobres y necesitados y su ejemplo en el ejercicio del ministerio sacerdotal.

Reacciones
 El responsable de comunicaciones del Arzobispado de San Salvador, Padre Simeón Magaña, destacó que dejó un gran vacío en la Iglesia, pero que a la vez están muy agradecidos por el trabajo pastoral que llevó a cabo, pero también por su testimonio de vida y por ser un fiel servidor de los demás.

Se caracterizó por servir con mucha entrega, humildad y sencillez en el acompañamiento a los obispos de la Arquidiócesis de San Salvador, comentó el sacerdote Magaña.

“Fue un colaborador muy cercano de la Arquidiócesis de San Salvador, desde muchos años antes de la muerte de Monseñor Romero”, dijo.
Por su parte, Monseñor Rafael Urrutia, canciller del Arzobispado y la Arquidiócesis de San Salvador ante el Vaticano, también no dudó en elogiar sus virtudes como religioso y como persona.

“Las cualidades más admirables de Monseñor Urioste son: primero su amor tan grande a Cristo, lo que mostraba su fe inquebrantable. El era un hombre que amaba la palabra de Dios, un ejemplo para muchos y un gran pastor”, expresó.

Horas después de conocerse la noticia de su fallecimiento, el presidente de la República, Salvador, Salvador Sánchez Cerén, se unió a las muestras de pésame.

 “Nuestras más sinceras condolencias por el fallecimiento de Monseñor Urioste, impulsor de la paz y la reconciliación en El Salvador”, expresó Sánchez Cerén en su cuenta de Twitter. También el secretario de Comunicaciones de la Presidencia, Eugenio Chicas, escribió en su cuenta de Twitter: “Lamento profundamente fallecimiento de Monseñor Urioste, hombre entregado a la fe, al pueblo y a la causa de Monseñor Romero”.

Legados
Según el Padre Magaña, Monseñor Urioste fue también un cercano colaborador y seguidor de Monseñor Romero, a quien admiraba mucho y de quien, tras su muerte, se encargó de impulsar muchas de sus enseñanzas, sobre todo aquellas relacionadas con el amor a los que sufren por la pobreza y marginación social.

“Él (Monseñor Urioste) siempre decía que muchas personas no querían a Monseñor Romero, porque no lo conocían”, y a partir de esa valoración se propuso dar a conocer la obra del ahora beato salvadoreño, explicó.

En tanto, Monseñor Urrutia no dudó en destacar el amor filial que lo unía a Monseñor Romero. “El principal legado es el amor a Monseñor Romero”, sintetizó el canciller de la Arquidiócesis de San Salvador.

 Monseñor Urioste nació el 18 de septiembre de 1925 en San Salvador y era el último de tres hijos del matrimonio entre Adrián Urioste y Amada Bustamante de Urioste. Fue ordenado sacerdote el 18 de julio de 1948 y uno de los principales promotores, de la beatificación de Monseñor Óscar Arnulfo Romero.

Pocas horas despúes de su muerte, el Arzobispado emitió un comunicado para dar a conocer su deceso a toda la feligresía de El Salvador, en el que e confirmaba que “este día 15 de enero, a las 0:20 a.m., falleció nuestro querido Mons. Ricardo Urioste Bustamante, para quien pedimos sus oraciones para su descanso eterno”, expresaba el boletín de prensa.