SANTA ANA. Los 800 alumnos que estudian en el centro escolar caserío Llano Largo, de la colonia El Jordán, en el cantón El Ranchador, al poniente de Santa Ana, son favorecidos con la construcción de dos aulas nuevas y otras obras complementarias.
El proyecto, que realiza el Fondo de Inversión Social y Desarrollo Local (Fisdl), en coordinación con la alcaldía de Santa Ana, tiene una inversión total de 72 mil 247.96 dólares, de los cuáles la comuna de la localidad está aportando 23 mil 751.84 dólares, gracias al Fondo para el Desarrollo Económico y Social (Fodes).
El objetivo de la ampliación es poder atender la demanda de estudiantes, ya que muchas familias que residen en las diez colonias de la zona, aseguran que quisieran matricular a sus hijos en esta escuela por ser la única opción con el nivel de bachillerato más cercano, pero la falta de espacio se los impedía. Algunos jóvenes dejaban de ir a la escuela por esa razón y otros tenían que viajar hasta la ciudad para poder continuar con sus estudios.
“Ahora que habrán más aulas, ojalá habiliten más cupos para que podamos inscribir a nuestros hijos”, manifestó una madre de familia.
Las obras
Los trabajos iniciaron en octubre del año pasado y se espera estén concluidos la próxima semana, explicó el jefe de la Unidad de Adquisiciones y Contrataciones (UACI) de la comuna santaneca, René Arévalo, quien agregó que, a la fecha, han avanzado con los tiempos estimados.
El funcionario explicó que la petición de la ampliación del centro educativo la hizo la escuela a la municipalidad. Esta última llevó la iniciativa al Fisdl y este evaluó la factibilidad, dando el aval.
Aunque no se tiene fecha precisa para la inauguración del nuevo proyecto de ampliación, los padres de familia esperan con ansias les notifiquen cuándo serán habilitados los dos salones para estar pendientes de la nuevas matrículas.
Más proyectos
Este centro escolar ha progresado gracias a las gestiones de sus administradores, no sólo en infraestructura, sino en el desarrollo de sus estudiantes. El noviembre del año pasado, por ejemplo, fue favorecido por la Fundación Calleja y Microsoft con el programa “Yo puedo programar”.
Este consistió en la habilitación de un centro de cómputo equipado y con tecnología de punta para que los niños mayores de 11 años aprendan las bases para convertirse en programadores de sistemas computacionales, a través de juegos y ejercicios.
Además, tiene un enfoque de prevención de la violencia, ya que es impartido en horarios que no afectan el desarrollo normal de las clases para que los niños puedan recibir de manera idónea cada asignatura. También los docentes que impartirán el programa han sido capacitados para enseñar jugando.